Ante la visión de esta portada con ese joven onanista poseído por el mundo fetichista de las zapas, probablemente penséis que mi sobrino Caín ha dejado sus Vulgaridades por un momento y se ha instalado en nuestras Exquisiteces. Pero no. Este que os escribe es Midas, el de siempre, y hoy toca hablar de una banda indie un tanto gamberra que se llama THE DRUMS y que recientemente ha publicado su cuarto álbum de estudio titulado ABYSMAL THOUGHTS y quizás lleguemos un poco tarde para hablar de ellos. Porque fueron bastante más populares en el pasado. En el presente, THE DRUMS ya no es una banda como tal, su segundo componente Jacob Graham abandonó el barco y ha dejado todo el peso sobre Johnny Pierce, ese eterno adolescente que saca a su novio en la portada (y en los videos) y canta al temor a ser adulto o a ciertos traumas debidos a la homofobia que ha sufrido en sus propias carnes a lo largo de su vida.
Lo mejor de este álbum es básicamente su sencillez e ingenuidad de sus letras. Sus anteriores trabajos estaban sobreproducidos y aquí nos encontramos con una mínima (o nula) producción que va en favor de obra. Y que va a suponer el relanzamiento de THE DRUMS.
No vamos a negar que es un disco que ha dividido a la crítica. Algunos le han dado un aprobado por los pelos y otros lo han destacado como uno de los mejores lanzamientos indies de este mes.
Pero tampoco os vamos a engañar. El disco es un tanto irregular y tiene canciones muy, muy buenas y otras, no tanto. Pero os aseguro que si cargáis un pen drive con diez novedades recientes en Mp3 que no habéis escuchado antes y lo dejáis sonar, cuando llega el turno de ABYSMAL THOUGHTS y pasan tres canciones, estáis dejando lo que estéis haciendo para mirar quien o quienes son sus responsables para fijarlo entre vuestros discos favoritos. Y ese ha sido un poco mi modus operandi esta vez al escribir la reseña.
Al día puedo escuchar entre seis y diez álbumes que no he escuchado antes y solamente unos pocos captan mi atención e interés. Y este fue uno de ellos. Por eso lo recomiendo aún avisando que no es un disco redondo. Pero, al menos, fue ese disco que consiguió sacarme de ese tedio y "más de lo mismo" que a veces sufrimos los que nos dedicamos a esto. Porque tiene una frescura un tanto insólita para alguien tan joven y que lleva casi una década en las tablas. Y lo del complejo de Peter Pan de su autor, es algo muchísimo más extendido de lo que nos imaginamos en el universo masculino y muchos nos sentimos muy identificados. Ahora, os toca a vosotros escucharlo y sois los que tenéis la última palabra. Os leo en los comentarios...