JACK JOHNSON es otro de esos viejos amigos que regresan con un nuevo trabajo. Se titula ALL THE LIGHT ABOVE IT TOO y es el séptimo en su carrera.
Y habría que hablar mucho sobre cómo JACK JOHNSON, con sus dos primeros discos, fue uno de los artistas más cool del primer lustro del milenio y de cómo dejó de serlo con su transición posterior al mainstream que se inició con In Between Dreams (2005) y que continuó con dos discos que aburrieron bastante, hasta que volviera a sorprendernos con From Here To Now To You (2013) un álbum que recuperaba el pulso de sus dos primeros trabajos, que tampoco devolvió a Johnson a la primera línea. Nosotros en su momento advertimos que ese trabajo quedaba un tanto lastrado por un exceso de baladas.
Ahora es el momento de ALL THE LIGHT ABOVE IT TOO un álbum del que han dicho que está emparentado con Sleep Through The Static (2008) y puede que sea cierto en meros aspectos formales. Pero ALL THE LIGHT ABOVE IT TOO suena bastante mejor y tiene suficientes ingredientes como para que Johnson reactive su carrera engatusando a un público mucho más joven del que le ha seguido hasta la fecha.
El propio Johnson ha comentado que las canciones de este álbum no las ha compuesto en su casa o en su estudio, porque le resultaba más inspirador componerlas en acampadas o navegando. Y los que ya conocéis a Johnson como activista ecologista y persona concienciada con su tiempo, no os sorprenderá saber que algunas de las canciones son auténticas réplicas a las opiniones de Donald Trump sobre el calentamiento global y otros aspectos ecológicos. Precisamente The Times UK ha machacado este disco otorgándole dos de cinco estrellas con el argumento de que "Sus canciones están muy politizadas". Un argumento poco válido si tenemos en cuenta que normalmente se usa cuando la línea editorial del medio que lo proclama, no comulga con las ideas expuestas en las canciones. Por lo que no se puede considerar una crítica estrictamente musical.
El resto de los críticos no han mezclado churras con merinas y han respondido favorablemente. Nosotros tenemos la sensación de que este trabajo puede hacer mucho por la carrera de Johnson, porque ya se nos había olvidado que podía sonar así de bien y hemos atisbado cierta frescura que no encontrábamos desde sus tres primeros discos. El productor elegido esta ocasión ha sido Robbie Lackritz y ha conseguido potenciar su elegancia de siempre y la brillantez que ya conocíamos en otros de sus álbumes más acústicos.
ResponderEliminarPues a mí que me gusta mucho una de esas baladas aburridas...
Te agradezco haberlo rescatado porque con tu reseña lo he rescatado yo.
La verdad es que en este disco he escuchado una voz con mil matices que no había oído antes en él, que me encanta.
Y me gusta aún más por sus réplicas, por atreverse a decir con su música a todo el mundo lo que piensa.
Mil estrellas para él.
Y un besazo para ti, gato.
@ María
ResponderEliminarA mi personalmente, también me gustan los discos más aburridos de Jack Johnson. Y he querido hacer ese prólogo porque Johnson pasó de ser muy cool a casi un apestado en tiempo record, en cuanto tuvo una repercusión mainstream. Y tengo la sensación de que este disco puede arreglar mucho las cosas por muchos motivos. Porque suena mejor, como bien apuntas. Porque Donald Trump no es nada popular y cualquier cosa que se haga en su contra une a muchísima gente y porque ha recuperado la frescura de sus primeros trabajos.
Probablemente, me equivocaré y su carrera transcurrirá sin ningún sobresalto y mucha gente ni se molestará en escuchar este nuevo trabajo. Porque ya sabes que en la prensa especializada y en los blogs siempre se está a la última con artistas y bandas nuevas, y el que tiene más de tres discos ya no se le hace ni puto caso. Esta es una cultura en la que se arrincona a los veteranos. Y precisamente acaban de editar Neil Young y Robert Plant. Aunque a esos, no los arrincona nadie.