Hoy mismo se pone a la venta YOUNG HEART, el cuarto álbum de estudio de BIRDY de la que no hablábamos desde que editase Beautiful Lies (2016) un disco que funcionó mejor que ninguno en cuanto a crítica, pero entendemos que no debió superar las expectativas de su discográfica que apostaron por ella como si fuera una superventas y el disco tuvo una vida comercial mucho más corta de la que auguraban sus numerosos cortes. Aunque es algo que no nos cuentan, suponemos que todo eso influyó en el hecho de que se tomase un tiempo de cuatro años en tener listo este trabajo, reapareciendo con un Ep en el 2020 titulado Piano Sketches para que no nos olvidásemos de ella. YOUNG HEART tiene una factura realmente impecable, podríamos decir que es su mejor trabajo hasta la fecha. Aunque no posee una canción como Wings que la sigue convirtiendo en una One-hit Wonder en muchos países, entre ellos España. Se ha grabado en Nashville y ha contado nada menos que con Ian Fitchuk y Daniel Tashian los aclamados productores del no menos aclamado Golden Hour (2018) de Kacey Musgraves. Es la propia Birdy, con la ayuda de estos productores, la que escribe los 16 cortes que componen el álbum.
Tener a esos dos productores al frente que han sido los responsables de uno de los mejores trabajos de la pasada década se puede convertir en un lastre para YOUNG HEART y se nota cuando los críticos de The Times y NME le han otorgado las cuatro estrellitas de rigor que equivalen a un 80 sobre 100 y ningún otro medio ha superado esa nota todavía -Aunque repetimos que se ha editado hoy mismo- The Line Of Best Fit le ha otorgado un 70 sobre 100 y The Irish Time un 60 sobre 100. De momento la media es de un 73 sobre 100. Está claro que lo han comparado con Golden Hour de Kacey Musgraves, y esto es otra historia, otra sensibilidad. Ni mejor, ni peor, simplemente otra cosa. Con lo que nos quedamos nosotros es que Birdy tiene un gran talento y que es capaz de emocionar con los pequeños giros y matices de su voz. En este trabajo nos encontramos con la madurez de una artista, que sigue siendo jovencísima, que consigue ahora que su álbum debut homónimo de covers del 2011 sea visto con cierta ternura, de lo atrevida que fue y, sobre todo, el futuro que tiene por delante. Alguien con un disco como este está claro que no solo ha venido para quedarse, seguramente acabará escribiendo una página en la historia de la música contemporánea tarde o temprano. Para nosotros es un 87 sobre 100. Y así nos aseguramos que entre en nuestra lista de los 100 mejores álbumes del 2021 ya que el corte suele estar en 85 sobre 100 y este disco lo merece.
MEDIA CRÍTICA: 73/100
VALORACIÓN EXQUISITECES: 87/100