Para que muchas mujeres hayan podido volar, otras han tenido que aprender a caminar primero. SARAH McLACHLAN es una pionera en muchísimos sentidos y además de convertirse en una leyenda en los noventa, luchó muchísimo por la música hecha por mujeres con la creación del Lilith Fair, un espacio donde tenían cabida todas las cantantes y compositoras de la época que normalmente eran ninguneadas en otros festivales en favor de alguna banda liderada por hombres o algún solista masculino. Afortunadamente ha llovido mucho y han cambiado mucho las cosas desde entonces y la mujer ha conseguido por derecho tener su espacio propio dentro de la música y hoy día son cabeza de cartel de los festivales más importantes del mundo. Pero no siempre fue así y fue crucial el papel de SARAH McLACHLAN y otras cantautoras de la época como Paula Cole. Dicho todo esto, SARAH McLACHLAN ha lanzado este fin de semana BETTER BROKEN su décimo álbum de estudio tras más de una década sin editar material inédito y por mucho que seas una leyenda, una ausencia de más de diez años es dificil de afrontar tal y como ha cambiado la industria en los últimos tiempos y la inmediatez con la que se consume la música. Lo que vamos a encontrar en BETTER BROKEN es a la misma SARAH McLACHLAN de siempre, que nadie espere experimentos, ni cambios porque no los va a encontrar, ni los necesita. De hecho, los que hemos comprado el disco queríamos justo eso. Un disco de SARAH McLACHLAN. En BETTER BROKEN nos encontramos con una colección de canciones inéditas, algunas llevan más de diez años compuestas, otras son más recientes. Los temas centrales del álbum incluyen resiliencia, reconstrucción personal, el enfrentamiento a dificultades emocionales y la importancia de sanar. El álbum está producido por Tony Berg y Will Maclellan y cuenta con una colaboración con Katie Gavin (Muna) que puede conectarla con la generación Z y que descubran por fin que no todo lo ha inventado Phoebe Bridgers.
En cuanto a la crítica, teniendo en cuenta que es un disco que lleva cinco días liberado, ahora mismo solamente cuatro medios importante se han pronunciado. AllMusic y Under The Radar con un 80/100; Uncut con un 70/100 y Slant con un 60/100. Esto se convierte en una media de 73 sobre 100. No es una media muy alta, pero es que discos icónicos suyos de los noventa como Fumbling Towards Ecstasy (1993) o Surfacing (1997) que supuso su consagración, varios Grammys y la conquista del mercado americano, tampoco la tuvieron o incluso la tuvieron más baja. De hecho, tenemos la sensación de que la crítica la valora mucho mejor ahora haciendo exactamente lo mismo que hacía entonces y es algo que llevamos observando últimamente. Artistas veteranos que la crítica no fue generosa con ellos en su momento y con el paso de los años parece que han querido enmendar ese error. En el caso de McLachlan puede deberse a que cuando irrumpió en los noventa iba un poco contracorriente con lo que se escuchaba entonces. Discos como Fumbling Towards Ecstasy (1993) y Surfacing (1997) fueron éxitos de ventas y profundamente influyentes, especialmente para mujeres en el pop y el folk alternativo. Pero en su momento fueron tratados con cierto desdén por críticos machistas que consideraban su música como "demasiado emocional", "blanda" o "para chicas". El contexto de la época (grunge, britpop, la arrogancia crítica masculina de los 90) no favorecía a mujeres haciendo introspección sincera con arreglos suaves. Sarah fue encasillada como “adult contemporary” o “new age”, categorías que la crítica muchas veces considera menores o comerciales. Hoy, esos mismos elementos (vulnerabilidad emocional, producción elegante, escritura confesional) son precisamente los que la crítica celebra como pioneros o adelantados a su tiempo. Así que en su caso puede que no se esté enmendando ningún error y que la crítica sea mucho más receptiva y menos machista que cuando grabó esos álbumes icónicos y por fin se valore lo suficiente. Pero creednos BETTER BROKEN está a la altura del resto de su discografía y llega en un momento donde Sarah es vista como una figura respetable, y el disco como un acto de resistencia emocional. Eso pesa más ahora que en los noventa, cuando aún se medía todo por innovación o rebeldía sonora. Por nuestra parte no merece menos de un 85 sobre 100. Solamente por congruencia artística. Escuchar a SARAH McLACHLAN y que sea todo tan orgánico y cuidado y no sientas que está forzando algunas fórmulas para estar al día, no tiene precio. Por cierto, nosotros a Fumbling Towards Ecstasy (1993) y Surfacing (1997) le seguiríamos dando los 100/100 que les dimos en su momento.
MEJORES MOMENTOS: Better Broken, Reminds me, Gravity... En realidad todo el álbum es de una calidad exquisita y se debe escuchar de principio a fin sin usar el modo aleatorio.
MEDIA CRÍTICA: 73/100
NUESTRA VALORACIÓN: 85/100
No hay comentarios:
Publicar un comentario