NUESTROS CÓMPLICES:

lunes, 22 de septiembre de 2025

LA OBRA MAESTRA DE WOLF ALICE.

 


Hoy creemos necesario empezar nuestra reseña por el final. Cuando hablamos de las valoraciones críticas y nosotros damos la nuestra. THE CLEARING de WOLF ALICE para nosotros es un clarísimo ejercicio de riesgo y un 100 sobre 100 como una Catedral. Pero no todo el mundo opina lo mismo. Aunque hay muchos medios como NME, Far out Magazine, Dork o DIY que también están en nuestro mismo barco de que esto es una pequeña joya del pop contemporáneo que acabará siendo un disco de culto en cuanto pase un poco de tiempo y también le han otorgado el 100/100, hay otros medios que a pesar de no escribir una reseña negativa, se les ha visto un tanto tibios y recelosos por incapacidad de asumir que este disco de WOLF ALICE se sale de todo lo que han hecho hasta el momento y es igual de bueno o incluso mejor que su álbum anterior Blue Weekend (2021) que es el álbum de la banda mejor valorado por los críticos. El resto de medios de ha otorgado las siguientes valoraciones: The Forty-Five, Albumism, XS Noise, Under The Radar, The Line Of Best Fit y AllMusic 90/100; Northern Transmissions 87/100; The Skinny, Rolling Stone, Clash, Mojo, Spill Magazine, The Arts Desk y Record Collector 80/100; Gods In The Tv, Slant y Paste 70/100; Uncut y PopMattes 60/100 y los que no se han enterado de nada The Irish Time con un 40/100. Para terminar con una media de 83 sobre 100. ¿Y qué vamos a encontrar en THE CLEARING? En sus trabajos anteriores sobre todo My Love Is Cool (2015) y Visions of a Life (2017), había una presencia muy clara de guitarras pesadas, riffs distorsionados y una energía cercana al grunge, shoegaze o incluso al post-punk. En THE CLEARING, ese filón se suaviza considerablemente. Hay menos riffs agresivos, menos estallidos de energía caótica, y un enfoque más contenido o cinemático. El rock está presente, pero es más atmosférico y menos visceral. El álbum tiende hacia lo ambiental, lo onírico, incluso por momentos coquetea con el dream pop, el art pop o ciertas texturas que recuerdan a Sigur Rós o incluso Beach House, aunque con identidad propia. Hay un uso más prominente de sintetizadores, capas de sonido cuidadosamente producidas y arreglos que buscan más la emoción contenida que el impacto directo. Ellie Roswell siempre ha sido una vocalista camaleónica, capaz de pasar del susurro a un grito desgarrado. Pero en THE CLEARING, explora nuevos registros y técnicas, como voces más cercanas al falsete, armonías corales, y un fraseo más introspectivo o incluso teatral. En algunos momentos parece canalizar una vulnerabilidad que no se había mostrado con tanta claridad. Y en otros, se permite una grandilocuencia vocal, como si se atreviera a sonar más “grande” sin miedo al exceso. Y esto merece un capítulo aparte. Porque si analizamos canción por canción, no solamente descubrimos que Ellie Roswell es una vocalista muy versatil que posee registros infinitos que desconocíamos, también descubrimos que es una banda con una cultura musical brutal.   



Nosotros hemos encontrado muchas referencias en sus canciones, tenemos a The Carpenters, por ejemplo. Safe The World podría ser una canción de The Carpenters en la actualidad si Karen Carpenter no hubiera fallecido y ellos siguieran en activo. Safe The World tiene efectivamente una sensibilidad melódica, emocional y vocal que conecta de forma casi directa con The Carpenters, y en particular con Karen Carpenter, que es un referente vocal y emocional muy específico: ternura melancólica, gravedad íntima y belleza contenida. Pero los referentes no quedan ahí. Learning Against The Wall tiene claramente un aire a The Bangles, y en particular, la forma en que Ellie Rowsell canta recuerda bastante a Susanna Hoffs. No tanto por imitación directa, sino por una serie de decisiones estilísticas y de producción que evocan ese sonido ochentero pop-rock con tintes jangle y sensibilidad melódica brillante pero contenida. Midnight Song es un tema etéreo que también podría evocar a Sally Oldfield, Maggie Reilly o incluso a Kate Bush. Ellie canta aquí con una voz que parece más aire que cuerpo, casi como si se despegara de sí misma. Sally Oldfield tenía ese mismo enfoque en canciones como Mirrors o You Set My Gypsy Blood Free, donde la voz no busca protagonismo, sino fundirse con el entorno sonoro. Los arreglos de Midnight Song son casi meditativos, con pads largos, quizás algún arpegio lejano, y mucha reverberación atmosférica, como si todo ocurriera dentro de un templo vacío. Este enfoque recuerda mucho al folk místico y ambiental que Sally Oldfield exploró en los 70 y 80. Como muchas canciones de Kate Bush, Midnight Song no se entrega. Tiene una letra (o atmósfera lírica) que sugiere más de lo que dice, dejando que el oyente rellene los huecos emocionales. La voz como personaje: Ellie no canta “como ella misma” en esta canción. Crea una especie de persona etérea, como hacía Kate con voces alteradas, graves o espectrales. Aunque Ellie no llega a esos extremos vocales, la intención es teatral sin ser obvia. el eco de Maggie Reilly es tan válido como el de Sally Oldfield o Kate Bush, aunque su estilo sea algo distinto: menos experimental, pero igualmente evocador, etéreo y melódicamente hipnótico. En The Sofa ese piano predominante incluso podría evocar a Tori Amos. Y no solo la evoca, la convoca. The Sofa es, sin exagerar, uno de los momentos más amósicos (si se me permite el término) de todo el repertorio de WOLF ALICE hasta ahora. Es como si Ellie Rowsell, que en este álbum ha probado tantas máscaras vocales y afectivas, decidiera por un instante habitar el espacio emocional de Tori, pero sin imitarla, sino canalizándola con respeto y contención. Tori Amos convirtió el piano en un órgano confesional, una extensión directa de la psique. En The Sofa, ese piano no acompaña, guía. Las notas caen como pensamientos no estructurados, más cercanas al flujo de conciencia que a una progresión pop estándar. El uso de silencios, pausas y repeticiones breves refuerza esa atmósfera íntima, como si estuviéramos escuchando a alguien procesar algo doloroso en tiempo real. Ellie aquí no proyecta hacia afuera: se repliega, canta desde dentro, desde el rincón del sofá (literal y metafóricamente), y en eso está muy cerca del tipo de interpretación que hacía Tori en temas como Winter, China o Silent All These Years. Hay algo casi infantil en el tono, pero al mismo tiempo cargado de ambigüedad adulta. Esa mezcla tensa es un sello Amos clásico. Tori Amos siempre ha trabajado desde lo poético-emocional, usando imágenes cotidianas o domésticas para hablar de cosas profundas: dolor, trauma, deseo, vacío. The Sofa toma ese objeto cotidiano y lo convierte en símbolo emocional, un lugar de espera, de abandono, de testigo silente. A diferencia de otras baladas, The Sofa tiene un minimalismo que incomoda ligeramente, que no te deja relajarte del todo. Esa es también una técnica de Tori: hacerte sentir algo incómodo en lo bello, como si lo que se dijera o lo que callara tuviera un peso demasiado grande para ser ignorado. THE CLEARING visto en conjunto, parece casi un catálogo de voces posibles dentro de Ellie Rowsell. Y en The Sofa, se sienta (nunca mejor dicho) en un espacio íntimo que pocas veces había explorado, pero que le queda sorprendentemente natural. THE CLEARING es una obra maestra. Nos gusta mucho más que sus álbumes anteriores y no creemos que solo sea una cuestión de gustos. Es porque hemos conectado con lo que el disco propone, no solo con lo que entrega. Y es muy poco común catalogar un álbum de Obra Maestra solo por las referencias que evoca. Porque no hablamos de virtuosismo, de producción o de impacto comercial. Hablamos de algo más difícil de lograr: Un álbum que abre puertas hacia otras músicas, otros tiempos, otras sensibilidades. Un álbum que, en lugar de imponerse, sugiere. Que habla más de lo que dice. Es un disco que escucha al pasado para hablar en presente. No copia ni homenajea de forma explícita. Pero dialoga con voces como las de Kate Bush, Sally Oldfield, Maggie Reilly, Tori Amos, The Bangles, The Carpenters... Y al hacerlo, no suena nostálgico, sino atemporal. Ese es un logro enorme. Asume la transición, no la disfraza. En vez de repetir la fórmula del éxito de Blue Weekend (2021), se lanza al vacío del no saber qué viene después. Y aún así, suena coherente, sereno y profundo, como si la incertidumbre fuera parte del diseño. Deja espacio al oyente. No todo está servido. Las canciones se abren lentamente, si uno quiere. Es un disco sin urgencia, sin ansiedad, algo casi impensable en el contexto musical de hoy. Ellie Rowsell aparece en múltiples formas sin perder el centro En este álbum, ella es: una narradora casi espectral (Midnight Song), una mujer con voz de los 80 (Leaning Against the Wall), una baladista emocional (Safe the World), una pianista introspectiva (The Sofa), y a la vez es siempre ella, no una imitadora ni una actriz. Eso es identidad verdadera. THE CLEARING no entra fácil. No tiene singles evidentes, no está pensado para gustar inmediatamente, y no compite con la urgencia de los discos hechos para Spotify. Pero como acabamos de demostrar con toda esta exposición, es un disco que se crece en el oyente informado, sensible, atento. No te pide nada, pero te da muchísimo si te sientas con él. Y quizás lo más importante: THE CLEARING no trata de ser importante. Simplemente lo es, para quien esté dispuesto a escucharlo.         




MEJORES MOMENTOS: Bloom Baby Bloom, White Horse, The Sofa, Learning Against The Wall, Midnight Song, Safe The World

MEDIA CRÍTICA: 83/100

NUESTRA VALORACIÓN: 100/100

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...