SIA FURLER NO QUIERE SER FAMOSA.

Si SIA FURLER no destrona a Rihanna, Katy Perry o Lady Gaga como las princesas actuales del pop, no es porque no pueda hacerlo. Le sobra talento para cargárselas a las tres y a todas las advenedizas que se le pongan por delante. Lo que ocurre es que no tiene el más mínimo interés, porque el precio que se paga es muy elevado. Y ni quiere, ni necesita exponerse tanto como ellas. Y si hay algo que quiere dejar claro SIA FURLER con 1000 FORMS OF FEAR es que no quiere ser famosa.

Ya le pasó factura toda la popularidad obtenida con We Are Born (2010) su álbum anterior y el más exitoso hasta la fecha -Aunque en España, como siempre, pasase desapercibido-, que consiguió que perdiera un poco el rumbo con historias de depresiones, adicciones y, para colmo, el diagnóstico de algo tan molesto e inoportuno para cualquier persona con problemas de esa índole como es el hipertiroidismo -Enfermedad de Graves- que si no es controlado, hace que la vida del que lo padece se convierta en una montaña rusa emocional.
Y hay mucho de todas esas vivencias en este nuevo y excelente trabajo del que no hemos hablado aquí antes, porque estábamos esperando a que se editasen más vídeos. Pero que dimos muy buena cuenta en su día de CHANDELIER, su primer single, tanto en THE SONGBOOK como en VULGARIDADES

Cuando se le preguntó a SIA por el concepto de 1000 FORMS OF FEAR dijo que ante todo no quería ser famosa. Y se le había ocurrido la manera de vender este producto sin poner su cara, inspirándose en el peinado de Amy Winehouse, ese moño inconfundible que se llama Beehive (colmena). Ella pensó: "Si la marca de la Winehouse es el peinado colmena, la mía es la peluca Blonde Bob" -Que es el peinado que lleva habitualmente y la peluca que vemos en la cubierta del disco- Y se propuso fomentar esa marca, cantando en los programas de televisión de espalda al público, mientras alguien daba la cara y hacía una performance de sus canciones con una "Blonde Bob" puesta. 

Algo que ya ha hecho en los programas de Ellen y Jimmy Kimmel. Y la protagonista indiscutible de esta excentricidad de Sia Furler se llama Maddie ZIegler, la niña bailarina del Vídeo de Chandelier, que es la persona que realmente está sacando partido de todo esto. Ya que ella está consiguendo esa fama que Sía rechaza, gracias a sus increíbles performances. 

BIG GIRLS DON'T CRY

ELASTIC HEART

Ni que decir tiene que entre este álbum y el anterior de hace cuatro años, SIA tuvo colaboraciones con David Guetta y Flo Rida que se convirtieron en hits planetarios que a pesar del enorme éxito no supusieron ningún trastorno para su vida cotidiana. Porque ella siempre se sintió muy cómoda en el rol de compositora de algunas de estas canciones y en el de vocalista invitada. Una manera de que todos los focos no te apunten a ti.

OTRAS CANCIONES

BURN THE PAGES se anuncia como segundo single. Estamos a la espera del vídeo oficial.

EYE OF THE NEEDLE es una gran balada y una de nuestras favoritas.

HOSTAGE

STRAIGHT FOR THE KNIFE habla de uno de sus descensos infernales que le llevaron a pensar en el suicidio.

FAIR GAME

FREE THE ANIMAL

FIRE MEET GASOLINE

DISCOGRAFÍA SELECCIONADA

-Healing is difficult 2000
-Colour the small one 2004
-Lady Croissant 2007
-Some people have real problems 2008
-We are born 2010
-1000 Forms Of Fears 2014

PÁGINA OFICIAL

http://siamusic.net/

Con todas estas historias de fobias y excentricidades varias, hemos olvidado lo más importante. Y es que estamos ante una de las compositoras e intérpretes de más talento de su generación. Y que 1000 FORMS OF FEAR es un discazo se mire por dónde se mire. Primero, porque reune a cuatro de los productores más interesantes del momento: Christopher Braide, Greg Kurstin, Diplo y Jesse Shatkin, responsables de los mejores trabajos de P!nk, Paloma Faith, Pharrell Williams, Tegan & Sara o The Shins. Y segundo, porque SIA ha descendido hasta los infiernos y nos ha mostrado esas mil formas del miedo sacadas de su propia experiencia vital, con lo que también se convierte en uno de sus discos más personales e íntimos. Aunque ahora mismo no esté emocionalmente preparada para asumirlo y prefiera castigarse cara a la pared. Sin ninguna duda, uno de los mejores álbumes del 2014, y el mejor de su discografía.