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lunes, 29 de septiembre de 2025

ÁLBUMES REPESCADOS: MORGAN WADE, RENEÉ RAPP, RYAN DAVIS & THE ROADHOUSE BAND, DOROTHY, PATTY GRIFFIN, ASHLEY MONROE, THE BLACK KEYS, TOM GRENNAN, ALISON GOLDFRAPP y BLUSH.

 


Por fin llega el post de álbumes repescados del mes de Septiembre coincidiendo con la última entrada del mes. Llega tan tarde porque a pesar de que no se ha notado, hemos estado de vacaciones este mes y las entradas se dejaron escritas y programadas previamente. Pero una entrada tan laboriosa como esta había que escribirla a la vuelta de las vacaciones, de ahí su tardanza. El post de álbumes repescados de Octubre seguramente se publicará mucho antes.  

Solo nos quedan dos meses para cerrar el año y sentimos que quedan discos muy buenos por salir y que todavía tenemos muchos más en la recámara de los que nos gustaría hablar. No descartamos que en las próximas semanas se publiquen más de tres posts a la semana para dar salida a todo ese material del que queremos hablar y cumplir nuestra programación.  

MORGAN WADE - THE PARTY IS OVER (RECOVERED)


Justo un año después de la publicación de Obsesed (2024)MORGAN WADE regresa con THE PARTY IS OVER (RECOVERED), a priori puede parecer que no es demasiado inteligente publicar un álbum tan pronto, especialmente cuando Obsesed (2024) podría haber tenido más largo recorrido. Pero si tenemos en cuenta algunas características especiales de este nuevo álbum, sí que ha sido inteligente y mucho. Las canciones que tenemos aquí están compuestas por ella en su totalidad, sin co-autores, como ya pasaba en su álbum anterior. Lo que ocurre es que una parte de esas canciones fueron escritas antes de que firmase con su nuevo sello discográfico que es una major. Son temas antiguos, demos o canciones que ha interpretado en directo pero que no habían sido grabadas con producción definitiva (“recovered” en el título se refiere en parte a eso: rescatar canciones del pasado). El productor vuelve a ser Clint Wells, su colaborador habitual, lo que aporta una continuidad en el sonido, pero con la ventaja de la experiencia que ha ganado desde esos temas antiguos hasta ahora. Aunque sean canciones antiguas, Morgan las revisita desde una posición más madura, con nuevas perspectivas. Esa tensión entre lo viejo y lo nuevo puede generar profundidad emocional, una sensación de introspección que Obsessed (2024) ya apuntaba. Las canciones reflejan diferentes estilos: desde guitarras más crudas, influencias de rock/grunge, twang-punk, hasta momentos acústicos íntimos. Eso permite que no sea solo un álbum recopilatorio, sino una carta de presentación ampliada de quién es ella, de dónde viene, y cómo ha llegado a su presente. El álbum no es completamente retroactivo: mezcla lo antiguo recuperado con algunas canciones nuevas que siguen en la misma línea emocional. Así que también ofrece algo de nuevo contenido para quienes ya escucharon Obsessed (2024), lo que lo convierte en algo más que un simple recopilatorio que en ningún caso lo es, porque si no, no estaríamos hablando de él. Después de Obsessed (2024), que fue bastante íntimo y fue muy bien recibido, publicar algo así permite mantener el interés de la audiencia, sin necesidad de reinventarse totalmente, pero sí profundizar lo que ya estaba haciendo. Además, ayuda a marcar hitos en su proceso de recuperación personal como artista, algo que ella misma ha reconocido como parte de este proyecto. Lo más interesante de todo es que parece que incluso THE PARTY IS OVER (RECOVERED) está gustando un poco más que su álbum anterior del que se podría considerar una continuación o incluso un complemento. Porque posee mayor variación tonal y mezcla canciones rockeras más agresivas con baladas íntimas y atmósferas oscuras o melancólicas. Eso le da más dinámica que lo que algunos críticos sintieron que le faltaba a Obsessed (2024). En términos generales, THE PARTY IS OVER (RECOVERED) parece tener una recepción ligeramente superior en cuanto a reconocimiento de evolución artística, producción más ambiciosa, diversidad de estilos, y en que el rescate de canciones antiguas no se siente como relleno sino que aporta profundidad. Sin embargo, Obsessed (2024) sigue siendo valorado, particularmente por lo honesto y cohesionadamente personal que es, y por cómo reafirma lo que hace bien MORGAN WADE: escribir desde la emoción, transmitir vulnerabilidad, conectar con el oyente. Si tuviera que apostar, diría que este nuevo álbum le da un “plus” en frescura y riesgo respecto a Obsessed (2024), lo que para muchos críticos lo coloca un escalón más arriba, o al menos empata con lo mejor de su discografía. Cuando decimos todo esto sobre la crítica tenemos que aclarar que aunque las reseñas sobre estos dos discos siempre han sido positivas, que es a eso justo a lo que nos referimos, las valoraciones numéricas en la discografía de Wade nunca fueron demasiado altas. Si Obsessed (2024) terminó con un 72/100 de media, de momento, THE PARTY IS OVER (RECOVERED) alcanza una media de 70 sobre 100 gracias a American Songwriter 80/100 y Mojo 60/100. Por nuestra parte revalidamos la nota que le dimos a Obsessed (2024) que fue un 85 sobre 100 porque entendemos este nuevo álbum como una continuación aumentada en matices para saber de una vez quien es MORGAN WADE.      



MEJORES MOMENTOS: Let Me Behind, The Party Is Over, Let Me Behind

MEDIA CRÍTICA: 70/100

NUESTRA VALORACIÓN: 85/100

RENEÉ RAPP - BITE ME


RENÉE RAPP es una cantante, compositora y actriz estadounidense de tan solo venticinco años. Obtuvo reconocimiento por interpretar a la icónica Regina George en la versión musical de Broadway de Mean Girls, Chicas Malas en España. Repitió el papel en la adaptación cinematográfica musical de 2024 y también contribuyó a su banda sonora. Lanzó su EP debut Everything to Everyone (2022), al que siguió su álbum de estudio de larga duración Snow Angel (2023). BITE ME es su segundo álbum y se ha editado recientemente. Nosotros teníamos que hablar de él porque a pesar de que BITE ME tuvo un debut muy fuerte, especialmente en mercados clave. En Reino Unido y Países Bajos llegó al Nº 1 en listas de ventas de álbumes, mientras que en Estados Unidos alcanzó un sólido top 3 en el Billboard 200, con más de 64,000 unidades equivalentes vendidas en la primera semana (ventas físicas, digitales + streaming) que es un dato excelente para un debut, especialmente con una artista que viene más del mundo de la actuación y las redes, que del pop mainstream tradicional. Vivimos en una era de hiperproducción musical. Cada viernes hay una avalancha de lanzamientos, y muchas veces incluso propuestas destacadas, como BITE ME de RENÉE RAPP, se ven enterradas por el flujo constante de novedades. El ciclo de vida de un disco o single es ahora extremadamente corto, y eso afecta incluso a artistas con talento y una propuesta clara. Con lo que este álbum, a pesar de su atención mediática el fin de semana de su lanzamiento y esos buenos resultados, es muy probable que a la semana siguiente ya fuera eclipsado por otro álbum y otra artista. Eso quiere decir que si no sigues atentamente la corriente, puede que termines sin enterarte de que un álbum tan bueno como BITE ME de RENEÉ RAPP existe. Aunque para eso están estos posts de álbumes repescados que dejan reposar un poco estos álbumes en el tiempo (no mucho tiempo, porque vamos aceleradísimos), para darles una segunda merecida oportunidad. La narrativa de este álbum versa sobre las "emociones desestabilizadoras" tanto del comienzo como del final de las relaciones, lo que se nota además como "angustia seguida de la prisa de un nuevo enamoramiento". Además, BITE ME se aleja de la vulnerabilidad del desamor en Snow Angel (2023) y abarca temas de actitud rebelde. También se exploran los conceptos de reflexión tranquila, honestidad cruda, visibilidad queer y caos. Como suele ocurrir con estos productos de pop mainstream de calidad es un disco multiproducido por casi una decena de productores y con otros tantos co-autores. Destacan Solomonophomic, Carter Lang o Ryan Tedder entre los acreditados. La crítica lo ha valorado con una media de 79 sobre 100 que se distribuye de la siguiente manera: Dork 100/100; Rolling Stone 90/100; Spectrum Culture 87/100; The Independent, AllMusic y The Forty-Five 80/100; The Line of Best Fit y Clash 70/100; Pitchfork 64/100; The Arts Desk, The Irish Time y Evening Standard 60/100 para terminar con el 58/100 de Paste. Nosotros solo podemos decir que este álbum es mejor que el de Addison Rae, que no entendemos muy bien como está tan arriba en el cartel del Primavera Sound si apenas sabe cantar en directo, frente a RENÉE RAPP que nos ha dado un producto bastante decente que no insulta la inteligencia de nadie y además es comprobado que tiene tablas suficientes como para cantar bien en directo y no hacer el ridículo. Por nuestra parte no podemos darle menos de un 85 sobre 100.    



MEJORES MOMENTOS: Mad, Leave Me Alone, Why Is She Still Here?, Kiss It Kiss It, 

MEDIA CRÍTICA: 79/100

NUESTRA VALORACIÓN: 85/100

RYAN DAVIS & THE ROADHOUSE BAND - NEW TREATS FROM THE SOUL


RYAN DAVIS es un músico estadounidense (cantautor, multiinstrumentista) originario de Louisville, Kentucky. Actualmente vive en Jeffersonville, Indiana. Ha estado activo en diversos proyectos musicales durante más de una década. Antes de su etapa como RYAN DAVIS & THE ROADHOUSE BAND formó parte de bandas como State Champion, Tropical Trash, y experimentó con agrupaciones instrumentales como Equipment Pointed Ankh. NEW TREATS OF THE SOUL no es un álbum convencional en el sentido que no sigue los parámetros comerciales a los que estamos acostumbrados. Es un álbum con tan solo siete canciones que suelen exceder la duración habitual (alguna alcanza incluso los nueve minutos) y hace que la escucha de este trabajo se alargue a algo menos de una hora. Está especialmente indicado para consumidores de álbumes más que a consumidores de canciones o playlists. Se inscribe en una fusión de géneros cercanos a la americana, rock alternativo y alt-country, con toques experimentales en su instrumentación y arreglos. Las letras son un punto central: rebosan reflexiones existenciales, giros imaginativos, autorreproches, nostalgia, humor sombrío y observaciones poéticas sobre la vida cotidiana. No es un álbum que se guíe por fórmulas fáciles; muchas de las canciones se permiten saltos, digresiones y cambios de ritmo para mantener un carácter impredecible. La banda que acompaña a Davis incorpora instrumentos como pedal steel, cuerdas (violín, viola), samplers, sintetizadores, percusión, lo que le da al conjunto capas sonoras ricas y texturizadas. En NEW TREATS OF THE SOUL participan voces invitadas como Catherine Irwin (de Freakwater), Will Oldham, Jenny Rose y Lou Turner. Ha sido un álbum aclamado por la crítica. Ha obtenido una media de nada menos que 89 sobre 100 cuyas valoraciones más altas son el 97/100 de Paste y los 90/100 de Uncut y PopMatters y las más bajas (que no lo son) los 80/100 por parte de medios como: Dusted, Mojo, The Wire y Record Collector. Por nuestra parte TREATS OF THE SOUL no merece menos de un 90 sobre 100. Porque es un trabajo denso, desconcertante a ratos, pero cargado de verdad y hallazgos. Ryan Davis apuesta por la extensión, por letras que no se explican de inmediato, y por acompañamientos que amplifican emociones en vez de suavizarlas. Es un disco que requiere una escucha atenta, pero que entrega recompensas como sorpresas, momentos de conmoción y un claro reflejo de su autor como narrador íntimo y arriesgado. Ryan Davis es el paradigma del autor indie. Él compone absolutamente todo: las letras, las melodías, los arreglos. Participa activamente en la grabación y mezcla, eligiendo estudios y colaboradores muy específicos. Controla el lanzamiento a través de su propio sello (Sophomore Lounge). Su música tiene una estructura libre, poco pensada para el mercado o la radio. Se permite canciones extensas, con progresiones impredecibles, como monólogos cantados. Incluso la instrumentación (violines, pedal steel, samplers, loops, efectos de cinta, etc.) parece guiada más por su sensibilidad que por un molde genérico. En resumen, aunque haya trabajado con un productor externo como Seth Manchester, lo que vamos a escuchar refleja la visión de un autor total, y no de alguien siguiendo una fórmula ajena. El disco suena a lo que sucede cuando un músico experimentado y sin ataduras decide hacer lo que le sale del alma, que es justo lo que el título sugiere. Seguramente estará en todas las listas de lo mejor del año, incluida la nuestra.



MEJORES MOMENTOS: Montecarlo/No Limits. New Treats From The Soul... Por citar dos canciones. Aunque este es un álbum para escucharlo de principio a fin. 

MEDIA CRÍTICA: 89/100

NUESTRA VALORACIÓN: 90/100

DOROTHY - THE WAY


DOROTHY es la banda de rock de Dorothy Martin y THE WAY es su cuarto álbum de estudio. Tenemos que confesar que hemos seguido la carrera de Dorothy Martin porque comenzó siendo una clara heredera de Pat Benatar, aunque a lo largo de los años ha evolucionado hacia otros sonidos y otras perspectivas. En THE WAY se combinan elementos de rock duro con influencias sureñas y hasta pinceladas de country y gospel. Hay fuerza, riffs potentes, momentos cargados de emoción, introspección y temas de redención. Porque Dorothy Martin estuvo a punto de morir por consumo de drogas y la narrativa de THE WAY está muy ligada a las vivencias de Dorothy Martin, especialmente su lucha contra las adicciones, su proceso de sanación, y su conexión con la fe. Es una historia sobre como cae, lucha, se enfrenta a sí misma y finalmente encuentra un camino hacia la redención. No es una historia lineal, sino emocional. Es cruda, espiritual y poderosa, y se siente más como un testimonio personal que como una ficción. Hay que aclarar también que no es un "álbum conceptual" en el sentido estricto. Más que contar una historia con principio y final, sigue un recorrido emocional y espiritual, una especie de viaje de transformación personal. THE WAY está producido por Scott Stevens y uno de sus momentos más celebrados es la colaboración de Slash en la canción Tombstonese que se puede describir como un tema enérgico, con riffs que recuerdan al estilo Motörhead, y con Slash aportando un solo de guitarra contundente. El tema trata de traición, venganza y misericordia. Con respecto a la crítica, tenemos la sensación de que estos géneros que eran muy populares en los ochenta y noventa, en la actualidad parecen ser una rareza y casi de nicho. Solamente dos medios han reseñado THE WAY, Blabbermouth.com con un 90/100 y Classic Rock con un 70/100 y su media es de un 80 sobre 100. Por nuestra parte es un álbum que nos apetecía reseñar porque traemos a pocas mujeres rockeras clásicas a estas páginas y DOROTHY se merececía su espacio de una vez. Es cierto que cuando escuchás un disco como THE WAY, lleno de dramatismo, solos de guitarra, voces al límite y letras espirituales, suena como algo de otro tiempo. Aunque esté bien hecho, no encaja con el clima cultural actual y eso lo acaba convirtiendo en un guilty pleasure para muchas personas. Pero si buscas algo más visceral, auténtico y atemporal, DOROTHY ofrece eso. Para fans de Pat Benatar, Janis Joplin, Stevie Nicks o incluso de bandas como Halestorm, The Pretty Reckless o Rival Sons, THE WAY no es una rareza, es una bocanada de aire fresco. A veces, escuchar algo que está totalmente fuera de las modas, te hace conectar directamente, sin el filtro de la tendencia o la aprobación social. Nuestra nota precisamente por todo eso es de un 82 sobre 100.   



MEJORES MOMENTOS: Mud. Tonbstone Town, The Devil I Know, I Come Alive

MEDIA CRÍTICA: 80/100

NUESTRA VALORACIÓN: 82/100

PATTY GRIFFIN - CROWN OF ROSES


CROWN OF ROSES es el último trabajo de PATTY GRIFFIN, que no publicaba material inédito desde su álbum homónimo de 2019 y en todo este tiempo ha tenido que enfrentarse a desafíos personales importantes. Un tratamiento de cáncer que afectó su voz, la muerte de su madre y períodos de inseguridad creativa. Porque pensó que no volvería a cantar profesionalmente porque su voz cambió. Tenía menos rango, menos fuerza y más fragilidad. Este álbum representa para ella un renacimiento, volver a encontrarse tras la crisis porque aprendió a aceptar esa nueva voz y adaptó su manera de escribir canciones a su nuevo registro vocal. Según la propia PATTY GRIFFIN: "No puedo hacer lo que solía hacer vocalmente. Pero encontré maneras de seguir. Tuve que escribir canciones que mi voz pudiera cantar hoy, no las que mi voz podía cantar hace 10 años". Este proceso de pérdida, adaptación y aceptación está muy presente en CROWN OF ROSES, tanto lírica como sonoramente. Muchos críticos y fans han valorado justamente cómo convierte una experiencia tan dura en arte honesto y contenido emocional real. Dentro de la narrativa de estas nuevas canciones también encontramos temáticas relacionadas con la relación materno-filial, esta vez nos ha querido contar historias sobre mujeres, sobre la naturaleza, el tiempo y el legado, sobre la resiliencia y la esperanza. En cuanto a géneros y estilos PATTY GRIFFIN siempre se ha sentido muy cómoda dentro del folk, el alt country y la americana. Pero en este trabajo también encontramos algunos toques de blues, de gospel, muy sutiles, no excesivamente dominantes, pero sí como matices que aportan profundidad emocional. También hay momentos de sonido más íntimo, de arreglos minimalistas, de espacio para que la nueva voz de Griffin se exprese y despliegue todos sus registros. En cuanto a la crítica CROWN OF ROSES ha recibido una media de 84 sobre 100 que se distribuye de la siguiente manera: Uncut 90/100; AllMusic y Mojo 80/100 y HipHopDX y PopMatters 70/100. Por nuestra parte, CROWN OF ROSES representa un punto de inflexión en la carrera de PATTY GRIFFIN. No tanto porque cambie radicalmente lo que hace, sino porque es el momento en que todo lo que ha vivido: sus pérdidas, su enfermedad o sus dudas, lo incorpora a su arte de forma tan directa que ya no se siente separado de ella. Su voz con cicatrices, ya no suena como algo que hay que ocultar, sino como algo que aporta. La narrativa sobre su madre, los roles de mujeres, la naturaleza, la responsabilidad que tenemos con lo que dejamos... todo eso lo trae con sencillez, con elegancia, sin adornos innecesarios. ¿Es uno de sus mejores trabajos? Sí. Especialmente en términos de lo que significa ahora: el álbum que tenía que hacer, el álbum que expresa quién es ella hoy, no quién era. No sabemos si será el álbum más accesible para el oyente medio, pero en cuanto a integridad artística, profundidad emotiva, y coherencia con su trayectoria, creemos que CROWN OF ROSES está al nivel de sus mejores álbumes y no merece menos de un 90 sobre 100.  



MEJORES MOMENTOS: Way Up To The Sky, Born In A Cage, Back At The Start

MEDIA CRÍTICA: 84/100

NUESTRA VALORACIÓN: 90/100

ASHLEY MONROE - TENNESEE LIGHTNING


La última vez que hablamos de ASHLEY MONROE fue para hablar de Rosegold (2021) un álbum fallido, probablemente de los menos valorados de su discografía y poco tiempo después del lanzamiento de ese disco, Monroe comunicaba que tenía cáncer y que iba a comenzar a tratarse. El cáncer en su familia ya había estado presente. Sparrow (2018) uno de sus álbumes más aclamados, estaba dedicado a su padre que falleció de esa enfermedad. Afortunadamente, ASHLEY MONROE hace un tiempo que finalizó su tratamiento y hoy ya está recuperada y nos presenta un álbum ambicioso como TENNESSEE LIGHTNING en el que confluyen varias narrativas además de la superación de la enfermedad y la exaltación de la fé cristiana en algúnos momentos como en el corte final en el que sigue la tradición de Cash o Elvis y versiona innecesariamente Jesus Hold My Hand que roza el exhibicionismo de la espiritualidad que es algo que detestamos en este blog provenga de la religión que provenga y argumentamos que es exhibicionismo de la espiritualidad porque lo que percibimos es un uso casi testimonial o performativo de la fé en vez de algo verdaderamente integrado al discurso artístico del álbum. En lo que a nosotros respecta el álbum termina en el corte anterior y seguramente la inclusión de este tema va a bajar nuestra valoración final. Una pena, porque podría haber sido incluso mejor que Sparrow (2018) que sigue siendo su obra maestra. No obstante es un disco bastante rico que toca muchos más temas. Una de las cosas más interesantes del álbum es que Monroe no ofrece emociones limpias o unilaterales. Muchas canciones navegan en esa zona ambigua entre la tristeza y la alegría, entre la aceptación y la resistencia. Esa ambivalencia es muy humana, y le da profundidad emocional al disco. Habla sobre la celebración de la vida cotidiana con una mirada nostálgica, sobre el peso del pasado y la memoria. No es un álbum feminista, pero sí de autoafirmación femenina. El sur está presente también como paisaje emocional y simbólico. Aunque este trabajo está inevitablemente marcado por su enfermedad, Monroe no lo convierte en el tema central. Más bien, lo integra en una narrativa mayor, la de alguien que ha pasado por un umbral y ha salido con una visión más clara de quién es y qué quiere contar. El tono general del disco es más vitalista que solemne, y eso es revelador. En cuanto a géneros y estilos, después de su álbum fallido anterior, se ha dado cuenta que transitar hacia el pop igual no fue una buena idea y es mejor hacer un álbum que no traicione sus raíces country y que integre con fluidez otros géneros como Alt Country, Americana, Soft pop o incluso soft rock setentero, así como Gospel o Southern Soul. Como siempre ocurre con los álbumes de ASHLEY MONROE sus créditos son una fantasía. En esta ocasión ella se ha involucrado como productora y ha contado con la ayuda de Gena Johnson en esas labores. Pero por TENNESSEE LIGHTNING desfilan nombres como Brendan Benson, T Bone Burnett, Britney Spencer, Mary Stuart, Vince Gill, Waylon Payne, Karen Fairchild y Armand Hutton justo en la canción que eliminaríamos. En cuanto a la crítica, no entendemos muy bien como un trabajo como TENNESEE LIGHTNING solo recibe la reseña de un medio importante como es PopMatters con un 80 sobre 100. Todo parece indicar que más allá de su fandom, muy poca gente sabe que este disco existe. También influye que Monroe terminó con Warner en 2019 y sus dos discos posteriores son independientes. TENNESSEE LIGHTNING merecería mayor atención porque es su mejor álbum desde Sparrow (2018). Si tiene buenos publicistas y saben moverse, a lo mejor tendría una segunda oportunidad de cara a los Grammy. Porque merecería más de una nominación. Nuestra nota es de un 85 sobre 100 que podría haber sido un 90/100 si no hubiera incluido esa versión lúgubre de Jesus Hold My Hand y pensase más en todo tipo de públicos y no solamente en el de la América profunda.      


MEJORES MOMENTOS: Risen Road, The Touch, The Rod Pipe Dream, Magnolia, There You Are

MEDIA CRÍTICA: 80/100

NUESTRA VALORACIÓN: 85/100

THE BLACK KEYS - NO RAIN, NO FLOWERS


¿Qué ha pasado con THE BLACK KEYS? ¿Por qué sus últimos discos son tan complacientes con el gran público? ¿Por qué escuchas NO RAIN, NO FLOWERS y parece que estás escuchando un disco de Maroon5? Intentaremos dar respuesta a todas estas preguntas en las que vamos a basar nuestra reseña. En primer lugar aclararemos que NO RAIN, NO FLOWERS es un disco agradable de escuchar, muy radiable, con muchos hits un tanto genéricos que digeriríamos bastante mejor si no recordásemos a los THE BLACK KEYS de El camino (2011) de los que queda ya muy poco. En NO RAIN, NO FLOWERS se ha contado con productores externos como Patrick Carney, Rick Nowels, Daniel Tashian o Scott Storch, además del propio Dan Auerbach que últiamente es mucho más interesante cuando graba en solitario o produce para otros artistas. Todos estos productores lo único que han conseguido es darle un aire mainstream de manual a este álbum con arreglos más pulidos y una orientación a buscar el hit por el hit. Digamos que si El Camino (2011) supuso un pico en la carrera de THE BLACK KEYS, NO RAIN NO FLOWERS probablemente suponga otro pico, pero para mal y en una dirección totalmente opuesta. Si El Camino (2011) fue su cima expresiva y comercial, NO RAIN, NO FLOWERS es el momento donde lo comercial ha devorado lo expresivo. THE BLACK KEYS hoy parece más una plataforma de negocio musical que una banda a la que le corra sangre por las venas. Auerbach se reserva lo mejor para su sello Easy Eye Sound y sus grabaciones en solitario. Carney está más activo en producción y radio. El proyecto THE BLACK KEYS hoy es lo que le pasa a muchas bandas cuando ya no tienen nada que demostrar, quieren mantenerse vigentes, y tienen un público asegurado que les pide otro disco más como el anterior. Le ha pasado a los citados Maroon5 y también le pasa a Coldplay. ¿Por qué no les iba a ocurrir a ellos? Y ya que hablamos de Coldplay, nos gustaría decir algo positivo de NO RAIN, NO FLOWERS que puede sonar complaciente, prefabricado, y falto de garra, pero no llega al punto de ser emocionalmente falso como algunos discos recientes de Coldplay. Music of the Spheres (2021), por ejemplo. Hay en él, al menos, una capa de gusto musical real, cierta intención melódica que, aunque diluida, no suena totalmente hecha por algoritmo. El álbum está muy bien producido a nivel técnico. Suena bien, no hay errores que molesten en la mezcla. Esto, para muchos, entre los que nos incluimos, no es suficiente, pero por lo menos no es un desastre. Se nota que Auerbach aún sabe cómo armar una canción redonda, lo que pasa es que cuando está en THE BLACK KEYS ya no quiere incomodar a nadie. La crítica ha estado un tanto tibia con este álbum y no nos extraña. Según Albumoftheyear.org su media es de un 68 sobre 100 frente la de 71/100 que recoge Metacritic, como siempre obviando las malas valoraciones cuando se trata de un producto comercial. Así que nos quedamos con la media de Albumoftheyear.org esta vez, que se distribuye de la siguiente manera: The Skinny, Mojo, Record Collector y Classic Rock le otorgan la máxima puntuación que es un 80/100; AllMusic, DIY, Sputnikmusic, Rolling Stone, Clash, Uncut y The Needle Drop 70/100; The Arts Desk y The Independent 60/100 y las mínimas son las de Pitchfork, MusicOHM y Spectrum Culture con 54/100, 50/100 y 40/100 respectivamente. NO RAIN, NO FLOWERS es un disco de escucha fácil, pero que no deja huella. Está pulido, suena bien, y aún conserva cierta intuición melódica, pero ha perdido casi todo lo que alguna vez hizo vibrante a THE BLACK KEYS. No es tan cínico ni vacío como Coldplay en su etapa más comercial, pero es lo más cerca que la banda ha estado de convertirse en una versión adulta y domesticada de sí misma. Por todo esto nuestra valoración se queda en un 60 sobre 100 y estamos siendo muy generosos porque hubo un tiempo en que los amamos. Pero merecería mucho menos.    


MEJORES MOMENTOS: The Night Before, No Rain No Flowers, Baby Girl, On Repeat, Men In A Mission...

MEDIA CRÍTICA: 68/100

NUESTRA VALORACIÓN: 60/100

TOM GRENNAN - EVERY I WENT LED ME TO WHERE I DIDN'T WANT TO BE


EVERYWHERE I WENT LED ME TO WHERE I DIDN'T WANT TO BE es el cuarto álbum de estudio de TOM GREENAN. Un álbum que comienzas a escucharlo y notas que las tres primeras canciones son grandilocuentes, sobreproducidas y excesivas, esperas que algo cambie y que entre otra canción que haga de contrapunto y pueda ofrecer otra visión. Pero nunca llega. Todo el disco es grandilocuente, sobreproducido y excesivo y nos encontramos con el principal problema que nos hace pensar que los álbumes tal y como los conocemos, un día dejarán de existir. Porque las canciones de este nuevo trabajo pueden funcionar por separado, seguramente muchas de ellas serán singles y acumularán millones de reproducciones. Pero cuando las escuchas todas juntas como álbum, es una avalancha sonora que nunca afloja. No hay matices, ni momentos de respiro o contraste emocional. Es como si todo el álbum estuviera gritando sus sentimientos desde un estadio, con luces de neón y fuegos artificiales… incluso cuando lo que está diciendo podría haber funcionado mejor en voz baja. Esta misma crítica se la podríamos haber hecho a American Heart (2025) de Benson Boone (Que tuvo unas críticas terribles y que nosotros ni nos vamos a molestar en reseñar) porque ambos tienen en común una producción maximalista. Todo suena grande, limpio, épico, con capas y capas de sonido. Cada canción parece diseñada para sonar bien en una playlist editorial de Spotify o en TikTok, no para formar parte de un todo coherente. Incluso las baladas se sienten hinchadas, como si hubiera miedo al silencio o a la fragilidad. También se puede hablar en ambos casos de grandilocuencia emocional o lo que es lo mismo, letras cargadas de dramatismo: rupturas, ansiedad, crecimiento personal... Pero todo se dice a gritos, sin espacio para la sutileza. Las canciones se convierten en "eventos emocionales" más que en exploraciones reales de sentimiento. Y por supuesto trabajando con la mentalidad del single, no del álbum. Se nota que el enfoque es: “cada canción tiene que poder ser un hit”. No hay intención narrativa, ni arco emocional, ni estructura pensada a largo plazo. Se pierde la oportunidad de mostrar vulnerabilidad o construir una identidad artística más sólida. En ambos casos, el álbum no parece una necesidad expresiva del artista, sino una consecuencia lógica de tener que capitalizar el éxito previo. ¿Y por qué esto es tan común? Porque en el ecosistema actual, el álbum ha dejado de ser una apuesta artística para pasar a ser una estrategia de consolidación. El proceso es este: Te haces viral o generas hype con un par de singles. La discográfica ve el tirón. Hay que aprovechar la ola, por lo que lanzas un álbum. Pero como nadie escucha discos enteros… nadie se esfuerza mucho en construir uno. Es decir: El álbum es un envoltorio, no una obra en sí misma. Y esto es exactamente lo estamos señalando: la industria ha dejado de exigirle a los artistas que hagan buenos discos, y les exige simplemente que encadenen canciones vendibles. Afortunadamente en este blog hablamos muchísimo más de las excepciones que confirman esa regla. Pero la situación actual es esa y EVERYWHERE I WENT LED ME TO WHERE I DIDN'T WANT TO BE representa la manera de hacer y consumir música hoy día. En cuanto a las valoraciones críticas este álbum ha conseguido una media de 50 sobre 100 gracias a las valoraciones de Rolling Stone Uk con un 60/100 y The Arts Desk con un 40/100. Por nuestra parte, si habéis llegado hasta aquí, con todo lo que hemos dicho, no tiene ningún sentido que salvemos este álbum con una nota superior a esas dos. No, no lo tiene. Pero ya sabéis que cuando nos molestamos en escribir una reseña es porque hemos visto algo positivo y a pesar de todo, TOM GREENAN siempre nos ha parecido interesante aunque esta vez haya caído en todas las trampas de las discográficas. Como decimos siempre, esto no va a ser siempre así y llegará un momento que sus canciones tengan menor interés, su discográfica se deshaga de él y empecemos a ver a ese artista que muchos queremos ver. Nuestra nota es un 58 sobre 100 aunque sea un auténtico rosario de hits para Tik Tok.    



MEJORES MOMENTOS: higher, Boys Don't Cry, Full Attention, Shadowboxing

MEDIA CRÍTICA: 50/100

NUESTRA VALORACIÓN: 58/100

ALISON GOLDFRAPP - FLUX


Para hablar de FLUX de ALISON GOLDFRAPP nos tememos que tenemos que hacer una pequeña introducción nostálgica y hablar de la moda Chill Out en España que fue un fenómeno que sirvió como paraguas para meter desde downtempo elegante hasta compilaciones infames vendidas en gasolineras con portadas de puestas de sol y nombres como Buddha Ibiza Dreams Vol. 24. Y ahí, por supuesto, Goldfrapp, tenía su lugar asegurado con temas como Lovely Head o Pilots que, sacados de contexto, parecían hechos para pincharlos en una terraza con mojitos, aunque en realidad tenían una oscuridad y rareza mucho más ricas que todo ese envoltorio de fondo de spa barato. Recuerdo que no tenía nada en contra de Goldfrapp ni de ninguna banda que se vió metida en esa moda entre 2000 y 2005, los que me caían mal eran los que te miraban por encima del hombro y te decían que esa era la música que tenías que escuchar, máxime cuando la etiqueta Chill Out se convirtió en un auténtico coladero en España que dejó pasar a gente como Luis Cobos incluso. El chiste se cuenta solo. Pues bien, no dejo de pensar en toda esa gente enfrentándose hoy a FLUX de ALISON GOLDFRAPP con ese sonido más clubber y hedonista sin pedir perdón por ser directamente petarda. Algo muy interesante porque rompe con esa imagen refinada y pretenciosa que muchos snobs del Chill Out le proyectaban en aquel momento. Esos mismos, deben estar rasgándose las vestiduras ahora mismo si escuchan FLUX, un giro hacia el Glitter. Aunque para ser rigurosos, también hay que decirle a toda esa gente que Goldfrapp nunca fue estrictamente Chill Out. De hecho, en cuanto pudieron, se soltaron el moño con Black Cherry (2003) -Nuestro álbum favorito de su etapa como banda-, que ya tiraba más al glam y al electroclash, alejándose de esa imagen de banda para ambientar tiendas de ropa cara. ALISON GOLDFRAPP es una artista con más de dos décadas de trayectoria que empezó con un sonido etéreo, cinematográfico y arty en Felt Mountain (2000), se transformó en diva electro-glam con Black Cherry (2003), y luego ha ido moviéndose entre lo sofisticado y lo pop con elegancia. Podría haberse acomodado fácilmente en un perfil más “respetable”, más “veterana cool” o incluso nostálgico. Pero no. Se lanza con FLUX a la pista de baile sin pedir perdón, abrazando sin complejos el petardeo electrónico actual, el brillo sintético, los beats directos, y un sonido más hedonista que cerebral. Eso a algunos críticos les cuesta digerirlo. Porque parece que cuando una artista con su recorrido se lanza a hacer un disco claramente orientado al baile, con momentos casi eurodance o clubber, enseguida aparecen los adjetivos como "ligero", "poco ambicioso", "superficial"... como si por no ser introspectivo o conceptual estuviera por debajo de sus estándares anteriores. Pero ese juicio ignora algo importante: la libertad artística también incluye el derecho a pasárselo bien, a ser frívola si te da la gana, y a evolucionar sin pedir permiso. Y en realidad, si uno mira en perspectiva, Goldfrapp siempre ha tenido una vena mamarracha genial, juguetona y disfrutable. Lo que pasa es que ahora Alison lo hace en solitario, sin Will Gregory, y se nota que ha querido liberarse de cierta solemnidad. FLUX no es tanto un desvío como una culminación lógica de ese deseo de moverse, de mutar. Así que lo tenemos muy claro. Que alguien con una carrera como la de ALISON GOLDFRAPP venga en 2025 con un álbum así no es una bajada de nivel. Es más bien una especie de acto de desobediencia estética: "¿Esperabas elegancia contenida? Pues toma bombo a negras, lentejuelas y sudor de club." Y la verdad: eso, hoy, se agradece mucho más que otro disco introspectivo con cuerdas y silencios reverberados. En cuanto a la crítica, Metacritic le da un 71/100 de media pero nos vamos a quedar con el 65 sobre 100 de albumoftheyear.org porque recoge muchas más reseñas. Y aunque hay medios como AllMusic, The Line Of Best Fit y Record Collector que le otorgan un 80/100 como nota más alta, muchos otros medios han optado por el 60/100 (The Skkinny, Uncut, Mojo, The Independent, The Arts Desk...). Pero Far Out Magazine le da la puntilla con un 30/100. Por nuestra parte ya ha quedado claro que nos gustan este tipo de incursiones que deja descolocada a la crítica y tenemos que reconocer que el fin de semana que se editó este álbum supuso un soplo de aire fresco en comparación con otros más aburridos que nos tocó escuchar. Nos unimos al grupo de los de la máxima nota con un 80 sobre 100. Y que nadie se piense que esto es un disco menor y fácil de hacer porque en el apartado técnico ha necesitado tres productores más, además de la propia ALISON GOLDFRAPP que enriquece el universo Synthwave.    



MEJORES MOMENTOS: Find Xanadu, Hey Hi Hello, Reverberotic, Sound & Light...

MEDIA CRÍTICA: 65/100

NUESTRA VALORACIÓN: 80/100

BLUSH - BEAUTY FADES, PAIN LASTS FOREVER


Y terminamos este post de álbumes repescados con la nota más exótica. Se trata de BLUSH una banda asiática, concretamente de Singapur que acaba de publicar su segundo álbum de estudio titulado BEAUTY FADES, PAINT LASTS FOREVER. BLUSH crea música en el espectro Indie pop, Dream Pop e Indie Alternativo. Aunque en este álbum tiene como colofón una pequeña pieza maestra del rock alternativo que se diferencia del resto del álbum titulada Swallowing 999999 Needles, uno de los cortes más intensos del álbum, en el que se combinan voces suaves y momentos de gritos y distorsión, reflejando ese contraste tan presente en el disco. Singapur no tiene un mercado tan importante como Corea del Sur, pero poco a poco empiezan a salir también bandas interesantes que por supuesto no estarían adscritas al movimiento K-Pop que es exclusivamente Surcoerano. Por si alguien se lo ha preguntado, tenemos que decir que no hay ninguna etiqueta similar para la música que se hace en Singapur porque muchos artistas escriben y cantan en inglés, lo cual los inserta directamente en circuitos angloparlantes globales y hace menos necesario tener esa etiqueta local distintiva. En este segundo álbum la formación es la siguiente: Soffi Peters (vocalista) y Daniel Pei (bajo). A ellos se unió Darell Laser en guitarra, mientras que Jared Lim que ya había colaborado previamente y vuelve como productor y guitarrista colaborador. Una de las intenciones de la banda con su nuevo álbum es jugar con la tensión entre lo “dulce” de las melodías pop y momentos más oscuros, ruidosos o distorsionados. Volviendo al hecho de que canten en inglés, en una primera escucha si no tienes toda la información biográfica que os estamos dando, es muy probable que ubiqueis este disco dentro del mercado europeo, concretamente en el anglosajón. Porque las letras están en un inglés fluido y natural, sin acentos marcados. La vocalista, Soffi Peters, tiene una voz suave, casi etérea, que recuerda mucho a artistas británicas como Hope Sandoval (Mazzy Star) o Harriet Wheeler (The Sundays). Además, los títulos y frases tienen ese tono melancólico y poético que suele asociarse con bandas del Reino Unido o del circuito alternativo de Estados Unidos. En ese sentido, saber que es una banda asiática podría generar ciertos prejuicios y si te enfrentas a BEAUTY FADES, PAINT LASTS FOREVER es un buen álbum que no tiene nada que envidiarle a los mejores productos indies británicos o americanos. En cuanto a la crítica, ningún medio importante lo ha reseñado, ni le ha dado una valoración numérica como para que los agregadores de críticas lo recojan. Ni siquiera en el apartado de Albumoftheyear.org en el que son los usuarios de esa página los que valoran. Así que tendréis que confiar en nuestro criterio. Este álbum no merece menos de un 85 sobre 100, es un álbum sólido, tiene identidad artística, tiene momentos destacables y cohesión. Pero también tiene espacio para crecer o arriesgar más y es una banda que logró algo importante: Trascender su origen y ser escuchados por lo que hacen, no por lo que representan. En ningún momento se siente como si este álbum fuera un trampantojo por que ellos no sean británicos. No molesta que suene como una banda británica, no decepciona que no lo sea y no nos parece que finjan nada, porque no lo hacen. Es un álbum muy recomendable al que le vamos dar todo nuestro apoyo de aquí a Diciembre. Porque si algo nos gusta de nuestro trabajo es descubrir bandas tan interesante como BLUSH.



MEJORES MOMENTOS: X My Heart, Poison The Well, Heartbreak Cafe, Swallowing 999999 Needles... 

MEDIA CRÍTICA: ----

NUESTRA VALORACIÓN: 85/100


viernes, 26 de septiembre de 2025

LOLA YOUNG O CÓMO SER LA PEOR ENEMIGA DE UNA MISMA.

 


Fuimos el primer blog en España que habló de LOLA YOUNG cuando no la conocía absolutamente nadie en nuestro país y después del éxito global de Messy ya es imparable y la estrella que anunciamos que sería. Este año regresa con nuevo álbum: I'M ONLY FUCKING MYSELF. Lleva tres en tres años, imaginamos que en algún momento bajará el ritmo aunque ha confesado que combina su trastorno esquizoafectivo y sus adicciones (con sus idas y venidas a rehabilitación) con un superpoder que la convierte en una compositora muy prolífica. LOLA YOUNG es un desastre, ella lo sabe, no se engaña a ella misma, ni a nadie y eso es bueno. Porque hace que sea menos desastre. Y esa honestidad la sabe reflejar en sus letras y es muy dificil no identificarse con ellas. Lola tiene esa cualidad rarísima que muy pocos artistas logran: ser emocionalmente caótica sin ser caótica artísticamente y no se esconde ni se disfraza. No hay personaje. No hay pose. Ella misma se pone en el centro del desastre, y aún así, o por eso mismo, te inspira ternura, respeto y cercanía. Esa humanidad brutal, casi incómoda a veces, se convierte en algo precioso cuando se traslada a una canción. Este álbum va sobre sexo y también sobre el autosabotaje y de cómo ser el peor enemigo de uno mismo. Y una vez más vuelve a dar en la diana con letras totalmente certeras que consiguen conmoverte. Es un álbum que ya ha empezado con muy buen pie con sus adelantos que no superan el éxito de Messy, de momento, pero casi. Dealer es una pequeña obra maestra del pop contemporáneo que ha enamorado al mismísimo Elton John que apostaba su casa si no se convertía en un éxito. Hoy por hoy, ya lo es. Dealer es una de esas canciones donde cada verso es una daga. No sobra nada. Y lo mejor: no se victimiza, ni se enaltece. Solo expone el desgaste emocional como quien se quita una costra. La producción es contenida, lo justo. Eso crea un espacio donde la letra respira y el peso de cada palabra se amplifica. La forma en que Lola canta no es melodramática, pero tiene una tensión tremenda. Es como si contuviera un grito, o una súplica, o un colapso… Pero nunca llega a hacerlo del todo. Y eso es mucho más potente. Aunque habla de una relación muy concreta, lo que expresa es el vacío del desenganche, del deseo no correspondido, de saberse en una relación desequilibrada. Todos hemos sido dealers o clientes en algún momento emocional.    



La producción de I'M ONLY FUCKING MYSELF es muy rica y mezcla muchos géneros: Pop-Rock, Grunge, Funk, R&B con momentos de intensidad sonora que le dan caracter. Esta producción viene firmada por Carter Lang, Manuka y Solomonophonic. Precisamente Solomonophonic fue el productor de su álbum anterior This Wasn't Mean For You Anyway (2024) y ha repetido con él para este nuevo trabajo. Para la crítica, el mejor álbum de LOLA YOUNG es This Wasn't Mean For You Anyway (2024) que consiguió una media de 91/100 según Metacritic. Si leeis la mayoría de las reseñas de I'M ONLY FUCKING MYSELF, la realidad es que son buenas. Pero las valoraciones han bajado con respecto a su álbum anterior. Esta vez, nadie le ha otorgado el 100/100 e incluso ha habido dos medios que lo han valorado bajo, con lo que se tiene que conformar con un 78 sobre 100 de media que se distribuye de la siguiente manera: AllMusic, Rolling Stone, The Independent, Dork, Evening Standard 80/100; Northern Transmissions 72/100; Paste, Clash, The Line Of Best Fit 70/100; NME 60/100 (NME le dió un 100/100 a su álbum anterior) y 50/100 Far Out Magazine. ¿A qué se pude deber que las valoraciones sean más bajas? Principalmente a venir con unas expectativas muy altas por su excelente trabajo anterior y el éxito viral de Messy. Pero no nos equivoquemos, este es un álbum que salió hace menos de una semana y le queda un largo recorrido. Posee muchos más hits que su álbum anterior y aunque haya bajado de media crítica, este álbum va a gustar mucho más al público y la consolida como una auténtica estrella y ya juega en otra liga. Ya no hablamos de una promesa, ni de una artista emergente y todo eso ha ocurrido gracias a I'M ONLY FUCKING MYSELF. Por nuestra parte percibimos precisamente eso, que es un álbum que viene detrás de otro al que nosotros también le dimos un 100/100 y sentimos que ha hecho un trabajo redondo aglutinando canciones que van a captar la atención en cuanto suenen en cualquier emisora de radio o por las vías por las que se suele escuchar música. Pero quizás haya perdido un poco esa magia que tenía This Wasn't Mean For You Anyway (2024) a pesar de que sabemos y estamos seguros de que este nuevo trabajo le va a gustar mucho más a los locals que el anterior. Porque se van a fijar más en la cantidad de singles (como canciones independientes) que van a salir de aquí, antes de pensar en el concepto de un álbum cohesionado y todo lo que implica (algo que sí ocurría con su trabajo anterior). Digamos que I'M ONLY FUCKING MYSELF representa la forma de hacer y vender música hoy día, para bien y para mal. Aún así, nosotros no vamos a valorarlo bajo porque pensamos que es, de lejos, el disco de la semana y probablemente del año. Aunque sintamos que LOLA YOUNG ya es un poquito menos nuestra y más de todos. Si valoramos con un 90/100 su álbum debut My Mind Wanders And Sometimes Leaves Completely (2023) y le dimos un 100/100 a This Wasn't Mean For You Anyway (2024) tenemos que buscar un punto intermedio para I'M ONLY FUCKING MYSELF porque es mejor que su álbum debut, pero no llega a la excelencia de su segundo trabajo. Por lo que creemos que un 92 sobre 100 es la nota perfecta. No obstante, volvemos a repetir que este disco va a tener un largo recorrido, le van a caer algunas nominaciones a premios importantes y seguiremos hablando de él en Diciembre.  



MEJORES MOMENTOS: Dealer, Spiders, One Thing, Post sex clarity, Not Like That Anymore, Why do I feel better when I hurt You?...

MEDIA CRÍTICA: 78/100

NUESTRA VALORACIÓN: 92/100

miércoles, 24 de septiembre de 2025

EL REGRESO DE SARAH McLACHLAN.

 


Para que muchas mujeres hayan podido volar, otras han tenido que aprender a caminar primero. SARAH McLACHLAN es una pionera en muchísimos sentidos y además de convertirse en una leyenda en los noventa, luchó muchísimo por la música hecha por mujeres con la creación del Lilith Fair, un espacio donde tenían cabida todas las cantantes y compositoras de la época que normalmente eran ninguneadas en otros festivales en favor de alguna banda liderada por hombres o algún solista masculino. Afortunadamente ha llovido mucho y han cambiado mucho las cosas desde entonces y la mujer ha conseguido por derecho tener su espacio propio dentro de la música y hoy día son cabeza de cartel de los festivales más importantes del mundo. Pero no siempre fue así y fue crucial el papel de SARAH McLACHLAN y otras cantautoras de la época como Paula Cole. Dicho todo esto, SARAH McLACHLAN ha lanzado este fin de semana BETTER BROKEN su décimo álbum de estudio tras más de una década sin editar material inédito y por mucho que seas una leyenda, una ausencia de más de diez años es dificil de afrontar tal y como ha cambiado la industria en los últimos tiempos y la inmediatez con la que se consume la música. Lo que vamos a encontrar en BETTER BROKEN es a la misma SARAH McLACHLAN de siempre, que nadie espere experimentos, ni cambios porque no los va a encontrar, ni los necesita. De hecho, los que hemos comprado el disco queríamos justo eso. Un disco de SARAH McLACHLAN. En BETTER BROKEN nos encontramos con una colección de canciones inéditas, algunas llevan más de diez años compuestas, otras son más recientes. Los temas centrales del álbum incluyen resiliencia, reconstrucción personal, el enfrentamiento a dificultades emocionales y la importancia de sanar. El álbum está producido por Tony Berg y Will Maclellan y cuenta con una colaboración con Katie Gavin (Muna) que puede conectarla con la generación Z y que descubran por fin que no todo lo ha inventado Phoebe Bridgers


En cuanto a la crítica, teniendo en cuenta que es un disco que lleva cinco días liberado, ahora mismo solamente cuatro medios importante se han pronunciado. AllMusic y Under The Radar con un 80/100; Uncut con un 70/100 y Slant con un 60/100. Esto se convierte en una media de 73 sobre 100. No es una media muy alta, pero es que discos icónicos suyos de los noventa como Fumbling Towards Ecstasy (1993) o Surfacing (1997) que supuso su consagración, varios Grammys y la conquista del mercado americano, tampoco la tuvieron o incluso la tuvieron más baja. De hecho, tenemos la sensación de que la crítica la valora mucho mejor ahora haciendo exactamente lo mismo que hacía entonces y es algo que llevamos observando últimamente. Artistas veteranos que la crítica no fue generosa con ellos en su momento y con el paso de los años parece que han querido enmendar ese error. En el caso de McLachlan puede deberse a que cuando irrumpió en los noventa iba un poco contracorriente con lo que se escuchaba entonces. Discos como Fumbling Towards Ecstasy (1993) y Surfacing (1997) fueron éxitos de ventas y profundamente influyentes, especialmente para mujeres en el pop y el folk alternativo. Pero en su momento fueron tratados con cierto desdén por críticos machistas que consideraban su música como "demasiado emocional", "blanda" o "para chicas". El contexto de la época (grunge, britpop, la arrogancia crítica masculina de los 90) no favorecía a mujeres haciendo introspección sincera con arreglos suaves. Sarah fue encasillada como “adult contemporary” o “new age”, categorías que la crítica muchas veces considera menores o comerciales. Hoy, esos mismos elementos (vulnerabilidad emocional, producción elegante, escritura confesional) son precisamente los que la crítica celebra como pioneros o adelantados a su tiempo. Así que en su caso puede que no se esté enmendando ningún error y que la crítica sea mucho más receptiva y menos machista que cuando grabó esos álbumes icónicos y por fin se valore lo suficiente. Pero creednos BETTER BROKEN está a la altura del resto de su discografía y llega en un momento donde Sarah es vista como una figura respetable, y el disco como un acto de resistencia emocional. Eso pesa más ahora que en los noventa, cuando aún se medía todo por innovación o rebeldía sonora. Por nuestra parte no merece menos de un 85 sobre 100. Solamente por congruencia artística. Escuchar a SARAH McLACHLAN y que sea todo tan orgánico y cuidado y no sientas que está forzando algunas fórmulas para estar al día, no tiene precio. Por cierto, nosotros a Fumbling Towards Ecstasy (1993) y Surfacing (1997) le seguiríamos dando los 100/100 que les dimos en su momento. 



MEJORES MOMENTOS: Better Broken, Reminds me, Gravity... En realidad todo el álbum es de una calidad exquisita y se debe escuchar de principio a fin sin usar el modo aleatorio. 

MEDIA CRÍTICA: 73/100

NUESTRA VALORACIÓN: 85/100

lunes, 22 de septiembre de 2025

LA OBRA MAESTRA DE WOLF ALICE.

 


Hoy creemos necesario empezar nuestra reseña por el final. Cuando hablamos de las valoraciones críticas y nosotros damos la nuestra. THE CLEARING de WOLF ALICE para nosotros es un clarísimo ejercicio de riesgo y un 100 sobre 100 como una Catedral. Pero no todo el mundo opina lo mismo. Aunque hay muchos medios como NME, Far out Magazine, Dork o DIY que también están en nuestro mismo barco de que esto es una pequeña joya del pop contemporáneo que acabará siendo un disco de culto en cuanto pase un poco de tiempo y también le han otorgado el 100/100, hay otros medios que a pesar de no escribir una reseña negativa, se les ha visto un tanto tibios y recelosos por incapacidad de asumir que este disco de WOLF ALICE se sale de todo lo que han hecho hasta el momento y es igual de bueno o incluso mejor que su álbum anterior Blue Weekend (2021) que es el álbum de la banda mejor valorado por los críticos. El resto de medios de ha otorgado las siguientes valoraciones: The Forty-Five, Albumism, XS Noise, Under The Radar, The Line Of Best Fit y AllMusic 90/100; Northern Transmissions 87/100; The Skinny, Rolling Stone, Clash, Mojo, Spill Magazine, The Arts Desk y Record Collector 80/100; Gods In The Tv, Slant y Paste 70/100; Uncut y PopMattes 60/100 y los que no se han enterado de nada The Irish Time con un 40/100. Para terminar con una media de 83 sobre 100. ¿Y qué vamos a encontrar en THE CLEARING? En sus trabajos anteriores sobre todo My Love Is Cool (2015) y Visions of a Life (2017), había una presencia muy clara de guitarras pesadas, riffs distorsionados y una energía cercana al grunge, shoegaze o incluso al post-punk. En THE CLEARING, ese filón se suaviza considerablemente. Hay menos riffs agresivos, menos estallidos de energía caótica, y un enfoque más contenido o cinemático. El rock está presente, pero es más atmosférico y menos visceral. El álbum tiende hacia lo ambiental, lo onírico, incluso por momentos coquetea con el dream pop, el art pop o ciertas texturas que recuerdan a Sigur Rós o incluso Beach House, aunque con identidad propia. Hay un uso más prominente de sintetizadores, capas de sonido cuidadosamente producidas y arreglos que buscan más la emoción contenida que el impacto directo. Ellie Roswell siempre ha sido una vocalista camaleónica, capaz de pasar del susurro a un grito desgarrado. Pero en THE CLEARING, explora nuevos registros y técnicas, como voces más cercanas al falsete, armonías corales, y un fraseo más introspectivo o incluso teatral. En algunos momentos parece canalizar una vulnerabilidad que no se había mostrado con tanta claridad. Y en otros, se permite una grandilocuencia vocal, como si se atreviera a sonar más “grande” sin miedo al exceso. Y esto merece un capítulo aparte. Porque si analizamos canción por canción, no solamente descubrimos que Ellie Roswell es una vocalista muy versatil que posee registros infinitos que desconocíamos, también descubrimos que es una banda con una cultura musical brutal.   



Nosotros hemos encontrado muchas referencias en sus canciones, tenemos a The Carpenters, por ejemplo. Safe The World podría ser una canción de The Carpenters en la actualidad si Karen Carpenter no hubiera fallecido y ellos siguieran en activo. Safe The World tiene efectivamente una sensibilidad melódica, emocional y vocal que conecta de forma casi directa con The Carpenters, y en particular con Karen Carpenter, que es un referente vocal y emocional muy específico: ternura melancólica, gravedad íntima y belleza contenida. Pero los referentes no quedan ahí. Learning Against The Wall tiene claramente un aire a The Bangles, y en particular, la forma en que Ellie Rowsell canta recuerda bastante a Susanna Hoffs. No tanto por imitación directa, sino por una serie de decisiones estilísticas y de producción que evocan ese sonido ochentero pop-rock con tintes jangle y sensibilidad melódica brillante pero contenida. Midnight Song es un tema etéreo que también podría evocar a Sally Oldfield, Maggie Reilly o incluso a Kate Bush. Ellie canta aquí con una voz que parece más aire que cuerpo, casi como si se despegara de sí misma. Sally Oldfield tenía ese mismo enfoque en canciones como Mirrors o You Set My Gypsy Blood Free, donde la voz no busca protagonismo, sino fundirse con el entorno sonoro. Los arreglos de Midnight Song son casi meditativos, con pads largos, quizás algún arpegio lejano, y mucha reverberación atmosférica, como si todo ocurriera dentro de un templo vacío. Este enfoque recuerda mucho al folk místico y ambiental que Sally Oldfield exploró en los 70 y 80. Como muchas canciones de Kate Bush, Midnight Song no se entrega. Tiene una letra (o atmósfera lírica) que sugiere más de lo que dice, dejando que el oyente rellene los huecos emocionales. La voz como personaje: Ellie no canta “como ella misma” en esta canción. Crea una especie de persona etérea, como hacía Kate con voces alteradas, graves o espectrales. Aunque Ellie no llega a esos extremos vocales, la intención es teatral sin ser obvia. el eco de Maggie Reilly es tan válido como el de Sally Oldfield o Kate Bush, aunque su estilo sea algo distinto: menos experimental, pero igualmente evocador, etéreo y melódicamente hipnótico. En The Sofa ese piano predominante incluso podría evocar a Tori Amos. Y no solo la evoca, la convoca. The Sofa es, sin exagerar, uno de los momentos más amósicos (si se me permite el término) de todo el repertorio de WOLF ALICE hasta ahora. Es como si Ellie Rowsell, que en este álbum ha probado tantas máscaras vocales y afectivas, decidiera por un instante habitar el espacio emocional de Tori, pero sin imitarla, sino canalizándola con respeto y contención. Tori Amos convirtió el piano en un órgano confesional, una extensión directa de la psique. En The Sofa, ese piano no acompaña, guía. Las notas caen como pensamientos no estructurados, más cercanas al flujo de conciencia que a una progresión pop estándar. El uso de silencios, pausas y repeticiones breves refuerza esa atmósfera íntima, como si estuviéramos escuchando a alguien procesar algo doloroso en tiempo real. Ellie aquí no proyecta hacia afuera: se repliega, canta desde dentro, desde el rincón del sofá (literal y metafóricamente), y en eso está muy cerca del tipo de interpretación que hacía Tori en temas como Winter, China o Silent All These Years. Hay algo casi infantil en el tono, pero al mismo tiempo cargado de ambigüedad adulta. Esa mezcla tensa es un sello Amos clásico. Tori Amos siempre ha trabajado desde lo poético-emocional, usando imágenes cotidianas o domésticas para hablar de cosas profundas: dolor, trauma, deseo, vacío. The Sofa toma ese objeto cotidiano y lo convierte en símbolo emocional, un lugar de espera, de abandono, de testigo silente. A diferencia de otras baladas, The Sofa tiene un minimalismo que incomoda ligeramente, que no te deja relajarte del todo. Esa es también una técnica de Tori: hacerte sentir algo incómodo en lo bello, como si lo que se dijera o lo que callara tuviera un peso demasiado grande para ser ignorado. THE CLEARING visto en conjunto, parece casi un catálogo de voces posibles dentro de Ellie Rowsell. Y en The Sofa, se sienta (nunca mejor dicho) en un espacio íntimo que pocas veces había explorado, pero que le queda sorprendentemente natural. THE CLEARING es una obra maestra. Nos gusta mucho más que sus álbumes anteriores y no creemos que solo sea una cuestión de gustos. Es porque hemos conectado con lo que el disco propone, no solo con lo que entrega. Y es muy poco común catalogar un álbum de Obra Maestra solo por las referencias que evoca. Porque no hablamos de virtuosismo, de producción o de impacto comercial. Hablamos de algo más difícil de lograr: Un álbum que abre puertas hacia otras músicas, otros tiempos, otras sensibilidades. Un álbum que, en lugar de imponerse, sugiere. Que habla más de lo que dice. Es un disco que escucha al pasado para hablar en presente. No copia ni homenajea de forma explícita. Pero dialoga con voces como las de Kate Bush, Sally Oldfield, Maggie Reilly, Tori Amos, The Bangles, The Carpenters... Y al hacerlo, no suena nostálgico, sino atemporal. Ese es un logro enorme. Asume la transición, no la disfraza. En vez de repetir la fórmula del éxito de Blue Weekend (2021), se lanza al vacío del no saber qué viene después. Y aún así, suena coherente, sereno y profundo, como si la incertidumbre fuera parte del diseño. Deja espacio al oyente. No todo está servido. Las canciones se abren lentamente, si uno quiere. Es un disco sin urgencia, sin ansiedad, algo casi impensable en el contexto musical de hoy. Ellie Rowsell aparece en múltiples formas sin perder el centro En este álbum, ella es: una narradora casi espectral (Midnight Song), una mujer con voz de los 80 (Leaning Against the Wall), una baladista emocional (Safe the World), una pianista introspectiva (The Sofa), y a la vez es siempre ella, no una imitadora ni una actriz. Eso es identidad verdadera. THE CLEARING no entra fácil. No tiene singles evidentes, no está pensado para gustar inmediatamente, y no compite con la urgencia de los discos hechos para Spotify. Pero como acabamos de demostrar con toda esta exposición, es un disco que se crece en el oyente informado, sensible, atento. No te pide nada, pero te da muchísimo si te sientas con él. Y quizás lo más importante: THE CLEARING no trata de ser importante. Simplemente lo es, para quien esté dispuesto a escucharlo.         




MEJORES MOMENTOS: Bloom Baby Bloom, White Horse, The Sofa, Learning Against The Wall, Midnight Song, Safe The World

MEDIA CRÍTICA: 83/100

NUESTRA VALORACIÓN: 100/100

viernes, 19 de septiembre de 2025

MOLLY TUTTLE: MÁS ELLA QUE NUNCA.

 


Si hay alguien que ha destacado en los últimos años en el country y en el bluegrass esa es sin ninguna duda MOLLY TUTTLE que ha ganado dos Grammys consecutivos al mejor álbum de bluegrass con Crooked Tree (2023) y City Of Gold (2024), dos álbumes reseñados y muy celebrados en nuestro blog en los que firmaban junto a ella su banda de acompañamiento Golden Highway con los que ha alcanzado la gloria. En esta ocasión nos presenta SO LONG LITTLE MISS SUNSHINE y es un pequeño descanso de esos dos discos anteriores para sumergirse en un proyecto mucho más personal. Marca un cambio en su estilo; mantiene sus raíces bluegrass folk, pero incorpora pop, country, rock y flat‑picking. Es un álbum bastante personal; trata temas de auto‑descubrimiento, dejar atrás lo que ya no la sirve, identidad y aceptación. Otra cosa que es digna de mención es que MOLLY TUTTLE convive con alopecia areata desde los tres años, lo cual ha influido en su identidad pública, y esto aparece reflejado también en la portada del álbum, con imágenes de ella con diferentes pelucas y una versión sin ella. Lo que sugiere que el Little Miss Sunshine del título no tiene que ver con aquella maravillosa película hhomónima que todos recordamos. Hace alusión a una metáfora de esa versión anterior de ella misma. En particular, eso se ve reflejado en la canción Old Me (New Wig) que habla de dejar atrás la versión antigua de su “yo”. Es un álbum bastante comprometido para alguien que había sentado las bases del bluegrass y que podría haber hecho tres discos más como los anteriores ahorrándose cierta exposición que no había tenido nunca antes. Pero imaginamos que lo hace porque sabe que su público va a valorar su valentía y autenticidad. Porque el público siempre aprecia la verdad y en este disco hay muchísima verdad. SO LONG LITTLE MISS SUNSHINE se grabó en Nashville y estuvo producido por Jay Joyce.    


En cuanto a la crítica los medios han sido unánimes con el 80/100. Esa ha sido la valoración que le ha otorgado Uncut, Mojo, AllMusic y PopMatters y luego hay dos medios más que se han desmarcado un poco con un 69/100 por parte de Spectrum Culture y 60/100 de The Arts Desk. Finalmente la media de albumoftheyear.org es de 75 sobre 100. En cambio la de Metacritic es 84/100 porque usa el algoritmo de ponderación y no recoge las dos valoraciones más bajas. En este caso optaremos por la de albumoftheyear.org porque consideramos que están haciendo mejor su trabajo. Nosotros tenemos que reconocer que si hablamos de calidad musical, sus dos álbumes anteriores de bluegrass casi alcanzaron la perfección absoluta. Esto es otra cosa, SO LONG LITTLE MISS SUNSHINE te permite conocer mejor quien es MOLLY TUTTLE y cuales son sus sentimientos. Es mucho más permeable y menos academicista. No obstante, es obvio que se trata de un álbum puntual. Porque es más lógico que su carrera vuelva al camino que inició con sus álbumes anteriores antes que repetir otro álbum con una narrativa similar a la de este. Por nuestra parte lo valoramos con un 85 sobre 100. No entendemos muy bien lo que aporta el cover de I Love It de Icona Pop & Charli XCX llevado a su territorio que incluye este álbum, porque parece un desvío sonoro que rompe el flujo emocional del resto del conjunto y le resta cohesión. Pero lo entendemos porque se trata de un álbum sobre liberarse y en ese sentido, es una canción muy liberadora.     





MEJORES MOMENTOS: That's Gonna Leave a Mark, The Highway Knows, Old Me (New Wig), Everything Burns, Oasis, No Regrets, Story Of Me So Called Life...

MEDIA CRÍTICA: 75/100

NUESTRA VALORACIÓN: 85/100

miércoles, 17 de septiembre de 2025

PRESENTANDO A M.A. SAMPSON

 


Una vez más vamos a ser los primeros en escribir la reseña de un álbum y esta vez no solamente vamos a ser los primeros en España. Es que hay muy pocos datos biográficos sobre M.A. SAMPSON y su álbum debut PISTONS OF THE AGES no ha sido lo suficientemente reseñado. Así que nos va a tocar a nosotros desentrañarlo y será un placer hacerlo. Porque PISTONS OF THE AGES es uno de los álbumes desconocidos más estimulantes que hemos escuchado últimamente. M.A. SAMPSON es un artista autodidacta emergente dentro de la escena del rock alternativo estadounidense. Se trata de un álbum con una fuerte influencia del rock progresivo de los setenta y ochenta como Pink Floyd, King Crimson, Tool y Porcupine Tree, pero también se puede notar la influencia de artistas más contemporáneos como Opeth o Mastodon. Pero ya sabéis, no se trata de un homenaje ni de una revitalización de los géneros. Lo que nos ofrece PISTONS OF THE AGE está más cerca del art rock que del metal progresivo como muchos han afirmado. M.A. SAMPSON no solo se encarga de la voz y guitarra en sus grabaciones, sino que también es responsable de la composición de casi todos los aspectos del álbum, lo que resalta su habilidad como productor y arreglista. Destaca sobre todo la fuerza que imprimen cada una de sus canciones. En esta ocasión ni siquiera podemos enlazar vídeos de Youtube... ¡Porque no los hemos encontrado!     

En cuanto a la crítica, no aparece en ninguno de nuestros agregadores de críticas de cabecera. Ni en Albumoftheyear.org, Metacritic o Anydecentmusic. Así que tendréis que fiaros de nuestro criterio. El debut de M.A. SAMPSON, PISTON OF THE AGES, no es simplemente un álbum: es una declaración de intenciones. Situado en algún punto entre el rock progresivo, el art rock y la música atmosférica, este trabajo propone una experiencia sonora envolvente, íntima y al mismo tiempo poderosa, en la que se reconoce la herencia de figuras como Steven Wilson, pero con una voz claramente propia. Aunque el término "progresivo" suele asociarse con alardes técnicos o estructuras abrumadoras, PISTON OF THE AGES rehúye esa exhibición vacía. Aquí, lo progresivo se entiende como una voluntad de explorar, de estirar los límites de la canción sin romperla. Las estructuras son complejas, pero nunca arbitrarias; cada sección responde a un propósito emocional o narrativo. La producción, cuidada hasta el último detalle, combina guitarras etéreas, teclados texturizados y bases rítmicas sobrias pero eficaces. Uno de los aciertos más evidentes del álbum es la inclusión de la voz femenina de Malia Seawright en temas clave como New Frontier, una balada contenida, de atmósfera crepuscular, cuya intensidad no depende del volumen, sino del peso emocional que arrastra. En un género donde la voz masculina ha sido históricamente dominante, y a menudo monocorde, su participación aporta no solo color y contraste, sino también una carga simbólica. Sus armonías no son un mero acompañamiento: suenan como una segunda conciencia, como una dimensión adicional que expande el significado de las letras. En pleno 2025, este tipo de presencia no debería ser novedad, pero lo es. Y marca la diferencia. A pesar de sus influencias, PISTON OF THE AGES no suena nostálgico. Tiene esa cualidad difícil de lograr: respetar una tradición sin depender de ella. Sampson no quiere parecerse a nadie, aunque sepa perfectamente de dónde viene. Su lenguaje es reconocible, sí, pero también fresco, especialmente en el contexto actual, donde la música progresiva (con sus múltiples subgéneros) corre el riesgo de volverse predecible. PISTON OF THE AGES es un álbum debut con una madurez inesperada. No se trata de un simple ejercicio de estilo, sino de una obra coherente y emocionalmente honesta. M.A. SAMPSON ha sabido conjugar sensibilidad melódica, inquietud conceptual y una producción contemporánea, dando lugar a un disco que no solo suena bien, sino que resuena. Si este es el comienzo, habrá que estar atentos a lo que viene. De momento es un 90 sobre 100 pero nos puede dar auténticas obras maestras en próximos trabajos. Esperamos que el boca-oreja haga su magia y que este blog sirva para darlo a conocer.   



MEJORES MOMENTOS: New Frontier, Wristband, Pistons, Drinking Song #1, Babydoll, Love and leaving, Landmines 

MEDIA CRÍTICA:---

NUESTRA VALORACIÓN: 90/100

lunes, 15 de septiembre de 2025

WISP: LAS APARIENCIAS ENGAÑAN.

 


Natalie R. Lu, conocida profesionalmente como WISP, es una jovencísima intérprete, compositora y músico estadounidense de escendencia taiwanesa y tailandesa. Tras hacerse viral en Tik Tok con su single debut Your Face en 2023 su carrera ha continuado con un Ep titulado Pandora (2024) y por fin ha publicado su álbum debut titulado IF NOT WINTER. Este álbum se enmarca dentro del shoegaze y el nu‑gaze, una versión moderna del shoegaze impulsada por la generación Z. Aunque como le pasa a muchos otros músicos que son etiquetados como shoegaze, Lu considera que puede limitala. De hecho, WISP fusiona shoegaze con pop, electrónica, rock alternativo, e incluso elementos de folk poético y atmósferas de fantasía medieval, creando una narrativa coherente y emocional. También incorpora pop melódico, distorsión, capas sintetizadas y letras íntimas que ella describe como fragmentos de su diario y sueños de infancia. WISP en realidad, se considera más una artista de nu‑gaze, rock alternativo, con tintes de dream pop, pop melódico y texturas electrónicas.


Aunque todo lo que os hemos contado hasta ahora puede dar a entender que es una artista independiente que crea de forma casera. En cuanto ves los créditos de IF NOT WINTER, tenemos que decir que está muy alejado de esa apariencia. Porque se trata de un disco multiproducido por más de diez productores entre los que destacan Stint, Krauss y Colin Brittain. En cuanto a las canciones, todas están acreditadas también por múltiples coautores y ha fichado por un sello discográfico como instrescope records, que es un sello fuerte dentro de la industria. La crítica le da una media de 75 sobre 100 que se distribuye de la siguiente manera AllMusic, Clash, Kerrang! y NME 80/100; Paste 73/100; The Line Of Best Fit 70/100; Spectrum Culture 60/100 y Pitchfork 58/100. Por nuestra parte, nos ha recordado vagamente a Lanterns On The Lake con los que comparte atmósferas evocadoras y melancólicas, pero WISP marca la diferencia introduciendo una intensidad más distorsionada y pop-rock. Aún así, los dos últimos álbumes de Lanterns On The Lake son dos pequeñas joyas del indie pop contemporáneo. IF NOT WINTER solo es un álbum debut prometedor de una artista que ahora mismo tiene un gran apoyo discográfico. Pero no siempre va a ser así si no cumple con los objetivos comerciales. Nuestra valoración es un 83 sobre 100.   



MEJORES MOMENTOS: Sword, Save Me Now, Get Back To Me, Breath Onto Me, Serpentine...

MEDIA CRÍTICA: 75/100

NUESTRA VALORACIÓN: 83/100

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