Último post de álbumes repescados de 2025. El año queda oficialmente cerrado. Mañana comenzaremos con la lista de los mejores álbumes del 2025 según nuestros lectores.
ALICE PHOEBE LOU - OBLIVION
No podíamos cerrar el año olvidándonos de algunos de esos álbumes exquisitos que inspiraron la existencia de este blog, como es el caso de OBLIVION el sexto álbum de estudio de la cantautora multiinstrumentista sudafricana y afincada en Alemania ALICE PHOEBE LOU, toda una veterana que lleva en activo desde hace más de diez años y que nos da una master class de buen gusto y elegancia con este trabajo que no ha pasado desapercibido. La crítica lo ha valorado con una media de 79 sobre 100 que se distribuye de la siguiente manera: Still Listening 85/100; Spectrum Culture 82/100; Far Out Magazine 80/100 y Clash 70/100. La sonoridad de OBLIVION se despliega como un espacio íntimo pero continuamente mutable, donde la etiqueta de indie folk de cantautora solo funciona como punto de partida. El disco respira una mezcla muy orgánica de folk minimalista, dream-pop etéreo, jazz sutil y una sensibilidad lo-fi que envuelve todo con un velo cálido y táctil. La guitarra acústica suele ser el ancla, pero a su alrededor aparecen texturas vaporosas, líneas de bajo suaves y arreglos que rozan el soul y el ambient, creando una atmósfera que se siente ligera y profunda a la vez. La producción, siempre contenida, permite que cada matiz vocal y cada silencio tengan peso propio, de modo que el álbum deambula con naturalidad por géneros que no busca habitar plenamente, sino usar como lugares de paso para construir un universo sonoro que es, sobre todo, profundamente personal. En OBLIVION, la narrativa gira en torno a un proceso de reconstrucción emocional contado con mucha sutileza. El disco describe a alguien que, tras una herida o una pérdida, se observa a sí misma con honestidad y ternura, moviéndose entre el deseo de conectar y la necesidad de soltar. El “olvido” no aparece como una desaparición dolorosa, sino como un espacio donde dejar caer lo que pesa para poder renacer. A lo largo de las canciones, la memoria, el anhelo y la fragilidad se entrelazan con la creación artística, hasta terminar en una aceptación tranquila: una comprensión de que la belleza también está en lo que se deshace y en lo que vuelve a empezar. ALICE PHOEBE LOU tiene esa cualidad de discreta perfección que a veces pasa desapercibida en el presente, pero que con el tiempo suele encontrar su lugar como obra de culto. Ella tiene ese don de hacer música aparentemente simple pero llena de atmósfera, vulnerabilidad y detalles muy cuidados. No busca el impacto inmediato: su fortaleza está en lo sutil, lo frágil y lo emocionalmente honesto. Es el tipo de música que gana con las escuchas y que suele redescubrirse años después. Su voz no busca la espectacularidad, pero transmite muchísimo. Ese tipo de identidad vocal suele convertirse en el sello de discos destinados a ser de culto. La producción a cargo de la propia ALICE PHOEBE LOU, Ziv Yamin y Dekel Adin no posee artificios, es más acústica y atmosférica, le aporta una atemporalidad que ayuda a que la música se mantenga fresca con el paso de los años. No es un disco “para poner de fondo”: es de esos discos que te envuelven, te susurran, te sostienen. Eso los convierte, para muchos oyentes, en refugios emocionales que permanecen en el tiempo y se nos ocurre citar esa pequeña obra maestra del folk contemporáneo que es Fisherman's Woman (2005) de Emilíana Torrini que era tan discreto y tan personal que pasó desapercibido para muchos… hasta que, casi sin querer, se convirtió en uno de esos trabajos que la gente recuerda como pequeñas joyas escondidas. OBLIVION podría seguir exactamente ese mismo camino. Antes de que todo eso pase, queremos adelantarnos y otorgarle un 95 sobre 100. Dentro de diez años siempre podéis venir aquí a ver lo que escribimos sobre este álbum.
MEJORES MOMENTOS: Sailor, Pretender, Mind Reader, Sparkle, The Surface, You And I...
MEDIA DE LA CRÍTICA: 79/100
NUESTRA VALORACIÓN: 95/100
CASEY DIENEL - MY HEART IS AN OUTLAW
CASEY DIENEL es una veterana cantautora de Massachusetts que lleva en activo desde hace más de veinte años intercalando sus álbumes en solitario con los de su proyecto musical White Hinterland. Recientemente ha publicado su tercer álbum de estudio firmado como CASEY DIENEL que se titula MY HEART IS AN OUTLAW. La sonoridad del álbum abre un paisaje cálido y expansivo, inspirado en el pop de los años setenta, con reminiscencias suaves de soft-rock, armonías de piano, cuerdas, metales y arreglos muy cuidados. A la vez, hay momentos más íntimos y nocturnos, con tintes jazzy o blues, guitarras reverberantes y texturas que apelan a la nostalgia pero sin caer en la imitación: Dienel consigue una paleta sonora rica que se balancea entre lo arriesgado y lo accesible, entre lo mundano y lo grandioso. Esa producción, fruto de un trabajo colectivo con músicos muy reconocidos cono el productor Adam Schatz, Meg Duffy de Hand Habits y Carly Bond de Meernaa a las guitarras, el bajista Stephen Zahn o el batería Max Jaffe, brinda una sensación de comunidad y cercanía, al tiempo que mantiene una elegancia sonora que empapa todo el disco con una sensación de madurez, incluso en sus momentos más lucidos. En cuanto a las narrativas, el álbum es una reflexión profunda sobre la identidad, la transformación, la libertad y las contradicciones internas. Dienel explora qué significa reinventarse, renunciar a viejas versiones de uno mismo y abrazar la fluidez emocional sin que eso suponga perderse. Hay una presencia constante del deseo de autonomía —no sólo en el amor, sino también en la forma de habitar la vida—, así como una celebración de la “alegría queer” como algo radical y necesario. Al mismo tiempo, el disco no es sólo reivindicación: despliega también vulnerabilidad, memoria y cotidianeidad: el crecimiento no es un triunfo limpio, sino un proceso hecho de ambigüedades, de heridas, de relaciones que no encajan en guiones tradicionales, y de libertad entendida como un acto sostenido y consciente. La figura del corazón-forajido del título del álbum sirve para hablar de un deseo que no encaja del todo en los márgenes de lo correcto, y que aun así es casi ingobernable. Hay una tensión entre la necesidad de protegerse y la pulsión de entregarse, entre la vulnerabilidad y una valentía casi temeraria. En ese vaivén, el relato explora la identidad emocional como un territorio salvaje: un espacio donde el amor, el miedo y la libertad conviven como impulsos que no siempre se pueden domesticar. Es una pena que la única valoración crítica que tiene es la de Pitchfork con un 75 sobre 100 que se queda un tanto corto. Porque es un álbum que podría aspirar a una puntuación mayor ya que logra algo cada vez más raro: unir ambición estética con una ejecución emocionalmente honesta y profundamente matizada. La producción construye un mundo sonoro amplio y coherente, donde cada arreglo —desde las cuerdas hasta los detalles más mínimos de percusión— está pensado para expandir la narrativa interna del disco. La escritura de Dienel, lejos de apoyarse en fórmulas, se arriesga a explorar identidades fluidas, afectos complejos y una noción de libertad que rehúye el dramatismo fácil, optando por un realismo sensible y lleno de matices. Esa combinación de refinamiento técnico, identidad estética sólida y vulnerabilidad sin artificio sitúa al álbum en un territorio que podría justificarse claramente dentro de una franja crítica más alta, especialmente en una escena donde la originalidad y la coherencia conceptual suelen ser valoradas de manera irregular. Por eso nuestra nota es un 85 sobre 100.
MEJORES MOMENTOS: People Can Change, Outlaws, Seventeen, Your Girl's Upstairs, I'm so glad you came...
MEDIA DE LA CRÍTICA: 75/100
NUESTRA VALORACIÓN: 85/100
SHURA - I GOT TOO SAD FOR MY FRIENDS
Alexandra Denton, o lo que es lo mismo, SHURA es una cantante y compositora británica adscrita al Synthpop que empezó su andadura musical con un álbum debut de éxito como Nothing's Real (2014) y este año nos presenta su tercer álbum de estudio titulado I GOT TO SAD FOR MY FRIEND que ha grabado con un sello discográfico más modesto como Play It Again Sam (PIAS), si tenemos en cuenta que sus dos álbumes anteriores se grabaron con Secretly Canadian o Polydor. ¿Por qué destacamos el cambio de sello discográfico? Pues porque ha sido determinante para la repercusión que ha tenido el disco. Para empezar, su media es de 74 sobre 100.—The Skinny, Clash, Dork, Record Collector, Evening Standard 80/100; Pitchfork y DIY 70/100 y Far Out Magazine 50/100— La más baja de sus tres álbumes y solo ha acumulado 9 reseñas en agregadores de críticas como Albumofyheyear frente a las 21 y 23 que acumularon sus dos discos anteriores respectivamente. Cuanto más modesto sea el sello discográfico menos atención mediática y eso también puede repercutir en que esa media no se corresponda con la realidad. Porque probablemente I GOT TO SAD FOR MY FRIEND sea su obra mas equilibrada entre la coherencia artística y la accesibilidad. Porque SHURA comenzó con trabajos algo más experimentales. Este álbum tiene una sonoridad cálida y melancólica que combina pop contemporáneo con elementos electrónicos sutiles. A lo largo del álbum, SHURA se mueve entre melodías directas y pegadizas, texturas de sintetizador delicadas y percusiones contenidas que refuerzan el tono introspectivo. Aunque mantiene la esencia synth-pop de sus trabajos anteriores, aquí el enfoque es más accesible y orgánico: las canciones fluyen con estructuras más clásicas de pop, dejando que las voces y las emociones ocupen el centro, mientras se entrelazan toques de R&B suave y electrónica atmosférica que aportan profundidad sin saturar la experiencia auditiva. En conjunto, el disco se percibe como un equilibrio entre vulnerabilidad y control estilístico, un viaje que combina intimidad y sofisticación sonora. La producción corre a cargo de SHURA y Luke Smith y las canciones también estan compuestas por ella y por Paul Hammer. En el apartado de colaboraciones nos encontramos con la participación de: Casandra Jenkins, Helado Negro, Becca Mancari. Las narrativas de I GOT TO SAD FOR MY FRIEND se centran en la introspección emocional y en los matices de las relaciones personales, explorando la soledad, la nostalgia y la vulnerabilidad sin caer en el dramatismo exagerado. SHURA narra experiencias cotidianas y emociones íntimas con un tono cercano y honesto, usando detalles sutiles que hacen que cada canción se sienta personal y reconocible. A lo largo del álbum, los textos reflejan una madurez en la forma de abordar el amor, la pérdida y la autoaceptación, combinando melancolía con destellos de humor y lucidez. La coherencia temática se mantiene incluso cuando las canciones varían en ritmo o atmósfera, creando un hilo narrativo que acompaña al oyente en un recorrido emocional íntimo y delicadamente articulado. Por nuestra parte no podemos darle menos de un 85 sobre 100 y probablemente nos parece su álbum más interesante, de lejos. Un álbum en el que no teme salirse del encorsetamiento del synthpop para mostrarnos muchos otros registros.
MEJORES MOMENTOS: Recognise, World's Worst Girlfriend, Richardson, Tokyo, Leonard Street
MEDIA DE LA CRÍTICA: 74/100
NUESTRA VALORACIÓN: 85/100
CLARA MANN - RIFT
Aunque parezca mentira, RIFT es un álbum debut y CLARA MANN una artista emergente británica de la que probablemente nadie olvidará su nombre. Porque nos ha dado uno de los mejores álbumes de folk del 2025. La sonoridad de RIFT es íntima, etérea y reflexiva: CLARA MANN canta con una voz frágil y cristalina, sobre pioneras estructuras acústicas donde predominan la guitarra y el piano, con leves ecos de cuerdas, percusión suave y ambiente casi lo-fi que deja escuchar el roce de las cuerdas o el crujido del taburete. Musicalmente transita por el folk contemporáneo, con influencias de la canción clásica francesa como Brel o Piaf porque Mann creció en un pueblo del sur de Francia y se empapó de esa cultura, y también incorpora matices del minimalismo, del ambient y de la canción confesional: es un disco de narración lenta que retrata rupturas, viajes emocionales y una sensación de viaje personal hacia la luz tras el dolor. Sus narrativas se mueven entre la vulnerabilidad y la introspección, con canciones que se sienten como fragmentos de diario escritos en voz baja. Mann explora rupturas, duelos emocionales y momentos de transición con una mirada muy humana, más interesada en captar el temblor de una sensación que en describir un hecho concreto. Sus letras parecen caminar por paisajes interiores, donde la memoria y la duda conviven con destellos de calma, y donde cada imagen —un cuarto vacío, un horizonte que cambia, un silencio compartido— funciona como un símbolo de crecimiento y reconciliación consigo misma. En estos casos, cada vez que aparece una artista como CLARA MANN las comparaciones con Joni Mitchell no se hacen esperar y por una vez y sin que sirva de precedente, esta confrontación, más que comparación, sí que nos parece interesante y es más que evidente en canciones como Driving Home The Long Way que tiene esa mezcla de delicadeza melódica y observación emocional afilada que recuerda mucho a la etapa setentera de Joni Mitchell. La progresión armónica suave, la forma de sostener las frases con una luz melancólica y ese modo de convertir un trayecto cotidiano en una metáfora emocional son recursos muy de Mitchell, solo que filtrados por la sensibilidad más contemporánea y minimalista de CLARA MANN. Es de esas canciones que, sin imitar, te muestran de dónde vienes. La crítica ha caído rendida ante este trabajo obteniendo una media de 83 sobre 100 —PopMatters y Spectrum Culture 90/100; Far Out Magazine 70/100— RIFT está producido Fabian Prynn con algunas contribuciones de Tom Kellet para algunas canciones y está compuesto en su totalidad por CLARA MANN que tiene un control creativo absoluto sobre su obra y se nota. Ya sabéis de nuestras reticencias a dar un 100 sobre 100 a un álbum debut. Pero RIFT nos parece una pequeña joya irrepetible que se va a revalorizar con el paso del tiempo.
MEJORES MOMENTOS: 'Til Come Around, Stadiums, Doubled Over, It Only Hurts, Driving Home The Long Way...
MEDIA DE LA CRÍTICA: 83/100
NUESTRA VALORACIÓN: 100/100
MAE POWELL - MAKING ROOM FOR THE LIGHT
MAE POWELL es una cantautora de San Diego, California y MAKING ROOM FOR THE LIGHT es su segundo álbum de estudio. Su música está influida por vocalistas clásicas de Jazz como Ella Fitzgerald o Billie Holiday así como artistas indies contemporáneos como Frankie Cosmos. Su sonido mezcla elementos de Indie Pop, Folk y Jazz. La sonoridad de MAKING ROOM FOR THE LIGHT se caracteriza por su delicadeza y amplitud, con arreglos que dejan espacio para que la voz de MAE POWELL se exprese con naturalidad y claridad. El álbum deambula entre el folk íntimo, el indie-pop cálido, el jazz suave y toques de soul ligero, fusionando estos estilos de manera que cada canción mantiene un equilibrio entre sutileza y presencia. Los instrumentos se integran sin competir con la melodía principal, creando un paisaje sonoro acogedor y envolvente que resalta la sensibilidad de cada interpretación. La mezcla de texturas acústicas y atmósferas ligeras aporta una sensación de fluidez y serenidad, haciendo que la escucha sea a la vez introspectiva y reconfortante. En MAKING ROOM FOR THE LIGHT, MAE POWELL construye narrativas que giran en torno a la introspección, la búsqueda de claridad y la conexión con los demás desde un lugar de vulnerabilidad serena. Muchas canciones exploran la aceptación del paso del tiempo, los procesos de duelo o reconciliación personal, y la apertura a nuevas experiencias emocionales sin perder la propia esencia. A la vez, hay relatos que celebran la intimidad cotidiana: relaciones afectivas, momentos de encuentro con la naturaleza y pequeñas revelaciones de la vida diaria, todo contado con un tono poético y delicado. Más que historias lineales, el álbum se siente como un flujo de reflexiones y emociones que invitan al oyente a acompañar a Powell en un recorrido de calma, autoexploración y luz, donde cada canción funciona como un pequeño capítulo de meditación personal. Cuando MAE POWELL transita por momentos de folk-pop suave rezuma calidez y transparencia, algo que nos ha recordado por momentos a Abra Moore. Y a Madeleine Peyroux en los momentos más jazzy, más relajada con esa cadencia un poco nostálgica. Y es que MAKING ROOM FOR THE LIGHT es un álbum mágico y lleno de matices. De los que nos gustan en este blog. La crítica le ha otorgado una media de 75 sobre 100 —Mojo y Far Out Magazine 80/100; Allmusic y Uncut 70/100—. Por nuestra parte no podemos darle menos de un 90 sobre 100. Porque tiene absolutamente todos los elementos que buscamos en un buen álbum.
MEJORES MOMENTOS: Tangerine, Contact High, Rope You In, Where Will Love Go?...
MEDIA DE LA CRÍTICA: 74/100
NUESTRA VALORACIÓN: 90/100
LUKAS NELSON - AMERICAN ROMANCE
Aunque LUKAS NELSON había editado ocho discos con su banda Promise Of The Real, AMERICAN ROMANCE es el primer álbum que firma en solitario. LUKAS NELSON es hijo de la leyenda viviente del country Willie Nelson. Algo que debe ser un estigma porque todo el mundo debe recordarle constantemente lo bueno que es su padre, mientras él lleva años trabajando duro para sobrevivir en un mismo contexto. El del Country y la Americana. AMERICAN ROMANCE está producido por Shooter Jennings. Nelson cuenta con las colaboraciones de Sierra Ferrell y Stephen Wilson Jr. y la crítica le ha otorgado una media de 75 sobre 100 —Classic Rock 80/100; AllMusic 70/100— AMERICAN ROMANCE despliega una sonoridad que va más allá del típico registro de cantautor de Americana, explorando texturas que combinan el country clásico con el rock de raíces y matices de soul. Hay un equilibrio entre arreglos íntimos de guitarra acústica y pasajes más densos con banda completa, donde los sintetizadores sutiles y las percusiones elaboradas aportan una dimensión moderna sin traicionar la autenticidad orgánica de la interpretación. A lo largo del disco, Nelson se mueve con soltura entre baladas introspectivas y temas más rítmicos, demostrando que su propuesta no se limita a la tradición de la música country, sino que dialoga también con el folk, el rock sureño e incluso el pop emocional, construyendo un paisaje sonoro que refleja su propio estilo y personalidad musical. En AMERICAN ROMANCE, LUKAS NELSON teje una narrativa muy personal: cada canción funciona casi como un capítulo de su propia “novela americana”, donde repasa su vida en la carretera, los amores, las pérdidas y la identidad que ha ido construyendo mientras crecía moviéndose por Estados Unidos. Hay un diálogo constante con lo espiritual —preguntas sobre Dios, la fe, la transitoriedad de la vida—, pero al mismo tiempo reflexiona sobre lo humano: el paso del tiempo, la ambición, los fracasos y los momentos de redención. Su relato no es grandilocuente ni político: habla desde lo íntimo, desde las carreteras, las estaciones de servicio, los amigos perdidos y encontrados, y al hacerlo dibuja una América emocional, donde la nostalgia convive con la esperanza y la carga del pasado con las ganas de seguir adelante. Por nuestra parte solo tenemos que decir que AMERICAN ROMANCE quizás no marque un hito revolucionario dentro del género, pero ofrece una combinación de autenticidad, sensibilidad narrativa y oficio musical que lo hace destacar. LUKAS NELSON demuestra que no necesita reinventar la rueda para generar un álbum sólido: la forma en que entrelaza historias personales con sonoridades que van del country clásico al rock de raíces le da una textura rica y emocional. Es un disco que recompensa la escucha atenta, donde cada canción deja entrever la madurez de un artista que sabe equilibrar respeto por la tradición y exploración personal. Pasarlo por alto sería perder la oportunidad de conectar con esa voz que, aunque familiar por el apellido, ha construido su propio lenguaje. Nuestra nota es un 80 sobre 100.
MEJORES MOMENTOS: Ain't Done, Pretty Much, Dissappearing Light, Friend In The End, American Romance
MEDIA DE LA CRÍTICA: 75/100
NUESTRA VALORACIÓN: 80/100
AUDREY HOBERT - WHO'S THE CLOWN?
WHO'S THE CLOWN? es el debut de AUDREY HOBERT, un álbum publicado en agosto que, entre la avalancha de lanzamientos veraniegos, se nos escapó por completo. Y es curioso, porque se te puede pasar una joyita oculta con muy pocas reproducciones. Pero WHO'S THE CLOWN? en streaming el disco ha funcionado sorprendentemente bien, con todas sus canciones acumulando de uno a varios millones de reproducciones. Que haya tenido tan buena acogida no sorprende del todo cuando escuchas el material: una colección de temas de indie pop con muchísimo gancho, cargados de letras inteligentes, irónicas y con una personalidad muy marcada. Pero incluso eso, hoy en día, no garantiza cifras altas (lo vemos a diario). La clave está en la biografía de AUDREY HOBERT. Su padre es un conocido guionista de Hollywood y ella también ha trabajado como guionista, su hermano es el también músico y productor Malcom Todd y una de sus mejores amigas es Gracie Abrams con la que ha coescrito varios de sus éxitos, incluyendo That's So True. Además, Abrams le ha dado visibilidad cantando con ella en sus conciertos. Era cuestión de tiempo que Hobert volara sola en el mundo de la música con esos antecedentes y todo comenzó con su single Sue Me. El resto, es historia. La sonoridad de WHO'S THE CLOWN? navega entre un pop muy pegadizo y alt-pop juguetón, con una producción firmada por Ricky Gourmet que mezcla sintetizadores brillantes, estructuras clásicas e impulsos nostálgicos. A ratos suena como esos hits pop de los 2000, con guitarras sencillas y ritmos de drum machine, mientras que otras canciones bajan el pulso para explorar momentos íntimos y confesionales, dejando espacio para armonías acústicas o arreglos más orgánicos. Su voz conversa, más que canta: hay un punto de diario personal en sus letras que hace que las melodías se sientan como monólogos pop, y ese tono confesional le da un carácter muy personal y relatable. Además, hay brochazos de folk suave en pasajes más vulnerables, pero siempre con un pulso pop firme y muy identificado con la estética indie y alternativa. Las narrativas de Hobert se mueven entre la ironía afilada y la vulnerabilidad más desarmada, siempre con esa manera tan suya de hablarle directamente al oyente como si estuviera escribiendo en su cuaderno privado. Sus letras funcionan como pequeñas escenas emocionales: a veces observa sus propios defectos con humor seco, otras disecciona relaciones que se tambalean con una mezcla de lucidez y ternura, y en varios momentos utiliza imágenes cotidianas para convertir sentimientos complejos en algo muy visual y cercano. Hay un equilibrio constante entre lo ingenioso y lo frágil, entre la autocrítica juguetona y la confesión sincera, que hace que cada canción se sienta como una conversación íntima donde no teme mostrar contradicciones ni matices. El hecho de haber trabajado como guionista suele afinar varias habilidades que encajan muy bien con la composición de canciones: el sentido del ritmo narrativo, la creación de escenas en muy poco espacio, la capacidad de sugerir más de lo que se dice explícitamente y, sobre todo, el dominio del diálogo interno. En WHO'S THE CLOWN? se aprecia una manera de escribir que no solo describe emociones, sino que las dramatiza; cada tema tiene un pequeño arco, un giro, un remate ingenioso o un detalle que hace que la historia quede grabada. Eso es muy propio de alguien acostumbrada a construir personajes, manejar subtexto y jugar con la voz narrativa. No significa que la guionista “controle” a la cantautora, pero sí que aporta herramientas que Hobert parece usar con soltura para dar profundidad y vida a sus letras. La crítica también ha respaldado este debut con una media de 79 sobre 100 —Popmatters 90/100; Rolling Stone y Clash 80/100; Northern Transmissions 75/100; Pitchfork 69/100— Por nuestra parte no podemos darle menos de un 88 sobre 100. Y nos sabe mal no haberlo descubierto cuando se lanzó. Aunque para que os hagáis una idea de como fue esa avalancha de lanzamientos, terminamos de reseñar novedades de Agosto en Octubre.
MEJORES MOMENTOS: Sue Me, Bowling Alley, Thirst Trap, Shooting Star, Phoebe, Sex And The City...
MEDIA DE LA CRÍTICA: 79/100
NUESTRA VALORACIÓN: 88/100
HANNAH FRANCES - NESTED IN TANGLED
El año pasado HANNAH FRANCES sorprendió a todo el mundo con Keeper Of The Shepherd (2024) y este año regresa con NESTED IN TANGLES aunque no sigue su misma línea, Frances ha decidido explorar otros territorios más experimentales. NESTED IN TANGLES es un paisaje sonoro complejo y emocionalmente cargado, en el que confluyen folk, jazz y rock progresivo. Las guitarras con afinaciones abiertas se entrelazan con arreglos de viento y cuerdas, mientras su voz salta entre susurros íntimos y pasajes casi épicos, generando una sensación de urgencia contenida. La instrumentación —con metales, instrumentos de viento y percusión polirrítmica— aporta una textura orquestal, pero sin abrumar, como una conversación íntima envuelta en caos ordenado. En su conjunto, el álbum transmite una energía inquieta y refinada: es turbulento, pero también cuidadosamente construido, un ejercicio sonoro que refleja la tensión entre el desorden emocional y la búsqueda de claridad interior. Está producido por la propia HANNAH FRANCES y Kevin Copeland. Ella también es la autora de todos los cortes del álbum sin ninguna ayuda. En el apartado de colaboraciones brilla especialmente las dos intervenciones de Daniel Rossen que estaban predestinados a trabajar juntos, porque tienen estilos que, aunque distintos, encajan de manera natural: él aporta un sentido de textura y detalle en la producción que complementa perfectamente la densidad emocional y el riesgo experimental de ella. Las narrativas de NESTED IN TANGLES se despliegan como un proceso de deshilachar y recomponer la identidad, siguiendo a una voz que atraviesa el duelo, la fragilidad y el deseo de transformación. Las letras funcionan como pequeñas escenas emocionales en las que lo íntimo se vuelve casi ritual: confesiones que aparecen en medio del desorden, memorias que se superponen y dudas que se aferran al cuerpo. A lo largo del álbum, la protagonista parece debatirse entre aferrarse a viejas estructuras y permitir que lo desconocido la renueve, de modo que cada canción actúa como un nudo que se tensa o se afloja. El resultado es un relato en espiral, donde la vulnerabilidad no es un punto de derrota, sino un territorio desde el cual mirar el mundo con una lucidez nueva. La crítica ha respondido muy bien. Para empezar el éxito crítico de Keeper Of The Shepherd ha conseguido que NESTED IN TANGLES tenga mucha más atención mediática y se encuentre con una media de 83 sobre 100 basada en nueve reseñas frente a las cuatro que decidieron la media de su álbum anterior. Algo que claramente le beneficia. Las máximas puntuaciones obtenidas son el 91/100 de Paste y el 90/100 de God Is In The Tv. El resto de medios mayoritariamente están en consenso con un 80/100 (Uncut, The Guardian, Mojo, The Needle Drop, Far Out Magazine, No Ripcord o Pitchfork) y nosotros nos sumamos a esa misma nota. Por nuestra parte es otro claro 80 sobre 100. Es un disco que arriesga muchísimo y nosotros siempre vamos a valorar el riesgo. Pero HANNAH FRANCES es una artista que ha empezado a ganar notoriedad a partir de su álbum del año pasado y tampoco creemos que necesite experimentar por experimentar y seguramente NESTED IN TANGLES habrá surgido tras un proceso creativo orgánico, no buscando la provocación o el suicidio comercial. Porque si se hubiera limitado a perfeccionar lo que ya nos ofreció y nos hubiese dado un "más y mejor" habría sido igual de arrisegado. Lo interesante es que es una artista impredecible y seguramente nos va a sorprender en cada álbum que haga. No obstante, nosotros preferimos Keeper Of The Sheepherd.
MEJORES MOMENTOS: Steady In The Hand, The Space Between, Life's Work, Falling From And Further, Surviving You...
MEDIA DE LA CRÍTICA: 83/100
NUESTRA VALORACIÓN: 80/100
FREE RANGE - LOST & FOUND
Tras el nombre de FREE RANGE se esconde Sofia Jensen une cantautore de Chicago que este año ha publicado su segundo álbum de estudio titulado LOST & FOUND y probablemente sea otra de esas joyas ocultas que solamente sacamos en este blog. LOST & FOUND tiene una sonoridad íntima y orgánica, donde las guitarras acústicas y eléctricas se entrelazan con texturas sutiles de teclado y percusión delicada, creando un paisaje sonoro que respira a lo largo de todo el disco. El álbum transita principalmente por el indie folk y el alt-country, pero también coquetea con el dream pop y el rock alternativo en ciertos momentos, gracias a arreglos atmosféricos y capas vocales etéreas. La producción de Tommy y Hannah Read y Eric Adams equilibra lo crudo y lo refinado: se percibe la espontaneidad de una banda que toca junta, pero con un pulso cuidado que refuerza las emociones de cada canción. La voz de Sofía Jensen, clara y vulnerable, se convierte en el hilo conductor, haciendo que cada tema se sienta personal y cercano, casi como un diario musical. Las narrativas de LOST & FOUND giran en torno a la transición entre la adolescencia y la adultez, explorando la vulnerabilidad, el autodescubrimiento y las complejidades de las relaciones humanas. Cada canción funciona como un fragmento de diario, donde Sofía Jensen comparte emociones íntimas, dudas existenciales y pequeñas victorias personales. Temas como la dificultad de abrirse a los demás, la pérdida de confianza y el anhelo de conexión se entrelazan con momentos de introspección y autoaceptación, creando una narrativa emocionalmente coherente que acompaña al oyente de principio a fin. La sensación general es la de un viaje introspectivo: hay nostalgia por lo que se deja atrás, curiosidad por lo que viene y una honestidad brutal que convierte el disco en un espacio seguro para la empatía y la identificación. Al ser Jensen una persona no binarie, es interesante también hacer una lectura desde una perspectiva queer, las narrativas del álbum cobran capas adicionales de significado. Los temas de autodescubrimiento, vulnerabilidad y dificultad para abrirse pueden interpretarse como metáforas de la experiencia de vivir fuera de los binarios de género tradicionales: la búsqueda de identidad, la aceptación propia y la navegación de relaciones en un mundo que a menudo asume normas rígidas de género y sexualidad. Las letras, que combinan introspección y emocionalidad directa, también reflejan la tensión entre la autenticidad personal y las expectativas sociales, algo muy presente en la experiencia queer. La crítica le ha dado una media de 79 sobre 100 —Northern Transmissions 82/100; Paste 75/100— Por nuestra parte tenemos que decir que el disco es una joya por sus letras sinceras y emocionalmente densas. Su producción que equilibra lo orgánico y lo refinado sin perder autenticidad. Su capacidad de generar conexión inmediata con el oyente. Y sobre todo por la cohesión conceptual y musical a lo largo de todo el álbum. Nuestra nota es un 90 sobre 100. El motivo por no ponerle un 95/100 o un 100/100 es solo que, como todo disco joven, todavía tiene margen para que Jensen explore nuevas texturas o arriesgue más en algunos arreglos, pero en términos de impacto artístico, es claramente sobresaliente.
MEJORES MOMENTOS: Big Star, Hardly, Lost & Found, Storm, Tilt, Concept...
MEDIA DE LA CRÍTICA: 79/100
NUESTRA VALORACIÓN: 90/100
ST. CATHERINE'S CHILD - THIS MIGHT AFFECT YOU
ST. CATHERINE'S CHILD es Ilana Zsigmond una cantautora que tiene sensibilidad americana y británica a la vez porque nació en el Reino Unido en una familia de músicos. Pero pasó gran parte de su infancia en New Haven (Connecticut) y luego volvió al Reino Unido en 2015. Este año ha publicado su álbum debut THIS MIGHT AFFECT YOU que ha sido bien recibido en general. Aunque la única valoración crítica que tiene procede de Hot Press y es un 90 sobre 100. Probablemente nosotros seamos quienes emitamos la segunda valoración numérica de este álbum. Pero tendréis que llegar al final de esta reseña, que es la última que escribiremos este 2025. THIS MIGHT AFFECT YOU despliega una sonoridad cálida y envolvente, en la que convergen el folk introspectivo, la americana con raíces country y matices suaves de indie pop. Las guitarras acústicas se entrelazan con delicados arreglos de piano y percusión sutil, creando una atmósfera íntima y reflexiva que acompaña a la voz clara y emotiva de Ilana Zsigmond. A lo largo del disco se perciben transiciones fluidas entre momentos de melancolía profunda y pasajes más luminosos, donde la instrumentación gana amplitud y textura, mostrando una sensibilidad que combina la tradición de la música norteamericana con la elegancia melódica del indie británico. El resultado es un conjunto coherente y atmosférico, donde cada tema se siente personal pero conectado a un hilo narrativo que atraviesa el álbum entero. Las canciones de THIS MIGHT AFFECT YOUse adentran en territorios personales y emotivos, explorando temas como la pérdida, el duelo, la memoria familiar y la herencia emocional que dejamos y recibimos. Cada tema funciona casi como un relato íntimo, en el que Ilana Zsigmond combina recuerdos concretos con reflexiones universales sobre la fragilidad y la resiliencia humanas. La narrativa del disco avanza con una sensación de introspección sostenida, alternando entre momentos de vulnerabilidad explícita y destellos de aceptación o reconciliación, lo que permite que el oyente se sienta acompañado en un viaje emocional muy cercano y auténtico, sin perder nunca la sutileza poética que caracteriza su escritura. En The Other Side of Twenty Five, la voz de Zsigmond evoca la claridad y la sensibilidad de Maggie Reilly, aportando un aire etéreo que se combina con guitarras suaves y arreglos minimalistas. La interpretación transmite intimidad y melancolía sin resultar cargada, mientras la producción deja que cada matiz emocional fluya. Esta coincidencia no se limita a una sola canción: en varias piezas del álbum, la transparencia del timbre, la delicadeza en el fraseo y la atmósfera introspectiva recuerdan a la forma en que Reilly construía sus interpretaciones a finales de los ochenta. Al igual que ella, Ilana logra una sensación de atemporalidad, creando música que trasciende décadas y sitúa al oyente en un espacio introspectivo, cercano y profundamente humano, donde cada canción funciona como un pequeño relato emocional que combina nostalgia, intimidad y poesía sutil. Aunque hay mucho más. En la canción This Might Affect You, que da título al álbum, muestra un registro más rockero que contrasta con la sensibilidad folk e introspectiva del resto del disco. La instrumentación se vuelve más densa, con guitarras eléctricas y una percusión más marcada, mientras la voz adopta un matiz más firme y directo, transmitiendo intensidad y urgencia emocional. Este cambio de energía no rompe la coherencia del álbum, sino que añade dinamismo y dimensión, mostrando que su expresividad no se limita a la melancolía etérea y que puede moverse con naturalidad entre la introspección y la fuerza más enérgica del rock. Un acierto en la producción de David Glover, Alec Brits y la propia Ilana Zsigmond. Por nuestra parte, no merece menos de un 86 sobre 100 porque nos parece un disco que no decae. Es un álbum emocionalmente profundo, musicalmente versátil y atemporal, donde la delicadeza folk se mezcla con momentos de intensidad rockera y una narrativa íntima que atraviesa todo el disco. Un excelente álbum para terminar el año.
MEJORES MOMENTOS: I'n Not Ready Yet, This Might Affect You, The Other Side Of Twenty Five, New Eden...
MEDIA DE LA CRÍTICA: 90/100
NUESTRA VALORACIÓN: 86/100











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