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martes, 8 de junio de 2021

BEN HOWARD: CURVA DESCENDENTE.

 

 
 
Creo que ya podemos decir que Noonday Dream (2018) es el mejor trabajo de toda la carrera de BEN HOWARD hasta el momento, aunque tuvo un ligero descenso en ventas con respecto a sus dos primeros trabajos. Así que tenemos la sensación de que no caló en el público lo suficiente, a pesar de que para nosotros fue uno de nuestros discos preferidos de su año de producción. Howard ha regresado con su cuarto álbum de estudio titulado COLLECTIONS FROM THE WHITEOUT. Se editó a finales del mes de Marzo y sus ventas están siendo aún más discretas que las de su tercer trabajo. Eso es algo que venimos observando de cualquier banda o artista que tenga más de tres álbumes, normalmente la atención mediática suele venir con el debut y el segundo trabajo. Incluso con un tercer álbum tan brillante como el de Howard, corres el riesgo de que tus ventas bajen. Es algo normal y los artistas y las discográficas lo saben. ¿Qué es lo que vamos a encontrar en este cuarto trabajo? Recuerdo que dijimos que Noonday Dream (2018) representaba la consagración de Howard, nos mostraba justo lo que se atisbaba en que se convertiría en sus primeros trabajos. COLLECTIONS FROM THE WHITEOUT tiene el handicap de que la evolución ya está hecha y solo nos muestra un camino de continuidad. Si acaso, la electrónica sigue jugando un papel importante, continúa con sus atmósferas envolventes cada vez menos orgánicas. Y no resulta un disco fácil de escuchar. Necesita dos o tres escuchas para que empecemos a hablar de él. 
El compañero de viaje de Howard en la producción musical en esta ocasión es Aaron Dessner (The National) que últimamente es el perejil de todas las salsas. Nosotros consideramos que cuando un disco es tan bueno como Noonday Dream (2018) no hay que cambiar a su productor para la grabación del siguiente álbum. Así que nosotros creemos que con Mickey Smith, el responsable de la producción de su trabajo anterior, COLLECTION FROM THE WHITOUT habría sido mejor álbum...
 
 



...O por lo menos no pasaría a la historia por ser oficialmente el peor disco de BEN HOWARD. Porque la media crítica también es la más baja de su carrera con un 69 sobre 100. Realmente ha bajado mucho porque las malas notas se han incorporado hace poco, pero cuando se puso en el mercado la primera reacción fue muy positiva, casi todos los medios (Mojo, The Independent, DIY...) coincidían en que era un álbum de 80 sobre 100 o lo que es lo mismo, las cuatro estrellas de rigor. Pero luego llegaron NME, Popmatters o MusicOHM con sus 60 sobre 100 y la nota bajó considerablemente. Para que finalmente Uncut le diera la puntilla con su 50 sobre 100. ¿Lo que tenemos que decir al respecto...? Pues que es bastante injusto. Quizás será porque nuestras expectativas eran muy bajas solo por el simple hecho de que sabíamos que cualquier álbum que viniera detrás de Noonday Dream (2018) estaba condenado al fracaso. Así que nos hemos parado más en fijarnos en sus virtudes, que en sus defectos. De hecho, es un disco que nos ha gustado. No nos atreveríamos a decir que nos ha gustado más que sus dos primeros trabajos, porque ambos tuvieron su propio contexto, quizás descontextualizándolos, sí. No obstante, también os digo que este trabajo se va a apreciar mucho más con el paso del tiempo. También necesitará ser descontextualizado en un futuro. En lo que a nosotros respecta y bajo nuestra responsabilidad nuestra nota es de un 85 sobre 100 que equivaldría a cuatro estrellas y media, que  normalmente suele ser la nota del corte para entrar en nuestra lista de lo mejor del año. Creemos que es un disco que debería estar, aunque sea en la cola. Admitimos vuestros argumentos en los comentarios sobre por qué NO debería estar en nuestra lista.
 
 



MEDIA DE LA CRÍTICA:69/100

VALORACIÓN EXQUISITECES: 85/100

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