Los que seguís este blog desde sus comienzos sabéis que para nosotros DAVID GRAY es todo un referente y una inspiración y estamos especialmente contentos porque nos toca hablar de SKELLIG, que es su decimosegundo y último álbum de estudio y probablemente uno de los mejores de su carrera. Gray hace unos años que pasa desapercibido. Tiene mucha menos atención mediática desde que sus discos ya no son publicados por grandes multinacionales. Y a decir verdad, esta nueva etapa indie está siendo de lo más productiva. Sus dos últimos trabajos: Mutineers (2014) y Gold In A Brass Age (2019) fueron auténticas gemas y ahora SKELLIG (2021) es una Obra Maestra.
Por eso decíamos que estábamos contentos. Porque no es lo mismo escribir sobre un disco alimenticio de alguien que te gusta lo justo, que hablar de una Obra Maestra de un autor al que admiras muchísimo. Y el placer de darle un 100 sobre 100 sabiendo que no se lo damos por esa admiración que sentimos. Estamos siendo muy objetivos. SKELLIG se diferencia bastante de sus dos trabajos anteriores, Gray sigue usando la electrónica que siempre ha sabido conjugar con inteligencia y que brillaba especialmente en Mutineers (2014), en esta ocasión se trata de pequeños efectos que son aún más sutiles incluso que a lo largo de su carrera, para adentrarse en un sonido limpio, sustentado por increíbles armonías vocales con las voces de Caroline Dale, Robbie Malone, David Kitt, Niamh Farrell y Mossy Nolan, que se convierte uno de los grandes aciertos de este álbum que evoca pureza y una vuelta a los orígenes. En cuanto a la temática del álbum está inspirado en las Islas Skellig (Irlanda) un lugar de paz y quietud para el autor, cuyos encuentros con su soledad han dado pie a muchas reflexiones que se han acabado conviertiendo en doce poéticos cortes. Todas las canciones están compuestas y producidas por David Gray aunque cuenta también con Ben de Vries como productor adicional.
Estamos seguros de que gran parte del público ignora la existencia de este trabajo por lo poco que se ha hablado de él en los medios de comunicación, muchos de nuestros lectores lo van a descubrir gracias a este post. Pero los críticos han dado muy buena cuenta de SKELLIG. Ellos también consideran que es el mejor trabajo de Gray hasta la fecha. American Songwriter y MusicOMH consideran que es un 90 sobre 100 mientras que hay cierta unanimidad con el 80 sobre 100 por parte de AllMusic, The Telegraph y The Irish Times. La buena noticia es que no ha recibido ninguna nota más baja que todos esos 80 sobre 100, con lo cual su media es de un 87 sobre 100. Nosotros ya hemos adelantado que consideramos que este trabajo es un claro 100 sobre 100 porque según nuestra línea editorial tiene todo lo que debe tener un buen álbum. Estamos hablando de canciones que rezuman auténtica magia en cada uno de sus versos. Cada vez que nos topamos con un trabajo como SKELLIG es un balón de oxígeno para nosotros, si en algún momento hemos pensado en cerrar este blog, con trabajos como este ni se nos ocurre. Merece la pena estar aquí para hablar de discos como SKELLIG. Ahora nos toca pediros un pequeño favor y es que si este disco os ha gustado tanto como a nosotros, que lo recomendéis a vuestros amigos o que compartáis este post en vuestras Redes Sociales para que nuestro trabajo tenga cierta continuidad y sentido. Realmente, SKELLIG es un álbum que nosotros regalaríamos a alguien que nos importase de verdad. Alguien a quien quisiéramos en nuestra vida.
MEDIA DE LA CRÍTICA: 87/100
VALORACIÓN EXQUISITECES: 100/100
2 comentarios:
Gracias por esta entrada.
Profundo, delicado, magnético, exquisito.
Yo he de decir que le llevo varias escuchas ya y no lo he terminado de disfrutar del todo hasta estas últimas semanas de calma veraniega.
COn todo, tengo pendiente apreciar mejor el White Ladder. Para mí, David Gray me refiere siempre a "If 8 were 9" de su anterior disco.
Abrazote
@Comentarista Local
Gray consiguió el éxito con "White Ladder" en 1998, fue un gran disco que hizo que se reeditaran sus discos anteriores y le proporcionó un contrato con una multinacional con la que hizo sus dos siguientes álbumes que estuvieron muy bien también. Pero siempre fueron juzgados con la sombra de "White Ladder" que es un disco jodidamente redondo. Hoy si repasamos esos dos discos posteriores (2002 y 2005), son excelentes. Realmente, no tiene un disco malo. El último disco de esta primera etapa es "Draw The Line" (2009) en él destaca un himno a dúo con la gran Annie Lennox que te recomiendo que busques en Youtube. En el 2010 hizo un disco introspectivo titulado "Foundling" que se quedaría un poco en medio, más tirando a su segunda etapa "indie" que comenzaría con "Mutineers" (2014) y daría otro sentido a la "Folktrónica".
SKELLIG está emparentado un poco con "Foundling" aunque es mucho mejor álbum. Realmente, puedo entender en el contexto de 1998 que Gray triunfara con "White Ladder" lo que me cuesta creer y entender es que cuatro gatos estemos hablando de SKELLIG y me temo que cuando llegue Diciembre vamos a ser los únicos que vamos a apostar por él en nuestra lista, eso es lo que no logro entender. Justo ahora que con Internet la gente puede buscar e indagar y encontrar ellos solitos discos como este, sin necesidad de que nadie los recomiende. No entiendo como no ha tenido la repercusión que tuvo "White Ladder" en el 98.
En cuanto el disco anterior, ya era bueno, ya. Le dimos el 90/100 y "If 8 were 9" quizás era la canción para conquistar al público del disco. Por eso la elegimos para nuestras playlists de la época, porque ese tipo de canciones son las que hacen que la gente quiera escuchar un poco más del artista. Pero SKELLIG son palabras mayores es un 100/100 y creo que va a tardar dos o tres discos más para poder superar esto, si es que se puede superar. En cualquier caso, una pena que mucha gente no sepa quien es David Gray en nuestro país porque están muy liados con la última canción del último trend de Tik Tok. Ya que tenemos algo tan poderoso como es la información que nos da Internet, en vez de enriquecernos y buscar cosas interesantes musicalmente, lo usamos para aborregarnos aún más y escuchar todavía más lo que escucha todo el mundo. Mucho más que cuando no existía Internet. Lamentable.
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