NATALIE BERGMAN es una cantante y compositora de Illinois, es la mitad del dúo Wild Belle junto a su hermano Eliott Bergman que ejerce de productor del álbum que hoy nos ocupa. Natalie comenzó su carrera paralela en solitario con Mercy (2021), su álbum debut y este año nos ha sorprendido con MY HOME IS NOT IN THIS WORLD un álbum que construye un paisaje sonoro que combina con maestría soul, gospel, folk y guiños al country-western, resultando en una obra de gran calidez y profundidad emocional. Desde los primeros compases, se percibe una fuerte influencia de la Motown de los años 60: bajos vibrantes, grooves precisos y arreglos de cuerdas y órganos que evocan la riqueza del soul clásico. Esta paleta retro no es un simple homenaje; Bergman la emplea como vehículo para sus narrativas, que giran en torno a la búsqueda de un hogar espiritual y emocional, la maternidad, la introspección y el renacimiento.
En MY HOME IS NOT IN THIS WORLD, NATALIE BERGMAN adopta un enfoque profundamente analógico y orgánico, que se percibe en cada capa del álbum. La grabación en cinta y el uso de instrumentos reales —guitarras, bajos, órganos, cuerdas— generan una calidez y una riqueza armónica que rara vez se encuentran en las producciones digitales modernas. Cada arreglo respira: los ecos, las pequeñas imperfecciones y la textura natural de los instrumentos crean una sensación de intimidad y cercanía, como si el oyente estuviera en la misma sala de ensayo que la artista. Este método no solo resalta la expresividad de su voz, sino que también refuerza la autenticidad emocional de sus composiciones, convirtiendo el sonido en un vehículo tan poderoso como sus letras.
El título del álbum, MY HOME IS NOT IN THIS WORLD, funciona como declaración poética: las canciones navegan entre el anhelo por un lugar de pertenencia y la sensación de desarraigo, haciendo de cada pista un pequeño universo emocional. La producción, cuidadosa y analógica, refuerza esa sensación de intimidad y cercanía, otorgando a los instrumentos y a la voz de Bergman una textura orgánica y envolvente.
En ciertos momentos, la combinación de folk introspectivo y atmósferas cálidas recuerda sutilmente a artistas como Laura Veirs, aunque Bergman traza su propio camino, más rico en armonías retro y texturas gospel. El resultado es un álbum que se siente a la vez clásico y contemporáneo, profundamente personal y, al mismo tiempo, universal.
La crítica le da una media de 81 sobre 100 que se distribuye de la siguiente manera: desde el 100/100 de Northern Transmissions pasando por los 80/100 de AllMusic y Uncut para terminar con los 75/100 y 70/100 de Spectrum Culture y Paste respectivamente. Por nuestra parte, tenemos que decir que MY HOME IS NOT IN THIS WORLD es un disco que se siente fresco, necesario y cuidadosamente elaborado, que conecta tanto con los amantes del soul clásico como con quienes buscan nuevas propuestas con profundidad emocional. Su combinación de producción analógica, arreglos orgánicos y narrativas íntimas lo convierte en una obra que merece ser escuchada con atención. Por todo esto, le hemos otorgado una nota de 90/100, celebrando su capacidad de renovar sonidos clásicos y ofrecer una experiencia musical que se siente al mismo tiempo cálida, contemporánea y profundamente humana.
MEJORES MOMENTOS: Guslinger, Lonely Road, Dance, You Can Have Me, I'll Be Your Number One...
MEDIA CRÍTICA: 81/100
NUESTRA VALORACIÓN: 90/100

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