ESPECIAL CANCIONES: CINCO TEMAS DE R.E.M.

Ayer, charlando sobre lo divino y lo humano con mi amigo NAHIM, nuestro co-autor de CRÓNICA ACELERADA, le juré y perjuré que no iba a escribir nada en Exquisiteces sobre la separación de R.E.M. porque en este blog no se hacen necrológicas, ni se publican obviedades como las que podemos decir todos ante una noticia de este calado. Pero he estado reflexionando sobre la posibilidad de dedicarles esta nueva entrada porque al fin y al cabo, son actualidad. Y porque creo que hay otra manera de tomarse esta noticia.

Quien espere la carta de un fan apenado por la disolución de su banda preferida, que no siga leyendo. Porque creo que esta separación puede ser muy positiva:

Primero, porque ninguno de los componentes se va a marchar a su casa para siempre. Son músicos de raza y seguro que nos sorprenden en solitario o en otros proyectos musicales. Esto no es el final, es un nuevo principio. 

Y segundo, porque últimamente las separaciones no son definitivas. O si no, que se lo digan a Simon & Garfunkel... Es probable que en unos años se reunan para hacer una gira o para grabar algún álbum y será francamente bueno. 

Comencé la semana con LOSING MY RELIGION en la sección de versiones y si me llegan a decir que terminaría la semana hablando de ellos de nuevo, no lo hubiese creído. A continuación, os invito a seguir cinco canciones de los R.E.M. que forman parte de mi vida.

No voy a decir con qué edad perdí la virginidad porque tengo dos edades distintas para eso, ya que la perdí dos veces. Lo que sí que voy a contar es que a los trece años era de lo mas inocente y fantaseaba mucho con los besos y caricias. No me malinterpretéis, también me pasaba la vida encerrado en el baño y deseando quedarme solo en casa para hacer lo que hacen los chicos de esa edad y entonces, al tratarse de puro onanismo, no lo idealizaba como un acto de amor. Lo que sí que imaginaba es que hacerlo con una chica -que era la fantasía recurrente para la que me habían educado- tenía que ser perfecto. Casi como escuchar PERFECT CIRCLE (1983) de R.E.M.

Extraído del álbum Murmur en 1983.

Una de esas canciones que me ha acompañado toda la vida es IT'S THE END OF THE WORLD AS WE KNOW IT (AND I FEEL FINE) (1987) es una de mis canciones anti-depresión. Soy un animal de costumbres al que no le gustan nada las sorpresas. No me gusta que se presenten en casa sin llamar antes, o que suene el teléfono fijo mas tarde de las diez de la noche, si no es para algo realmente importante. Entre otras cosas, porque a mi no se me ocurre llamar a nadie a esas horas a no ser que me esté muriendo. En ese sentido, me he vuelto muy cuadriculado con los años y os aseguro que si fuera el final del mundo tal y como lo conocemos. Yo, al menos, no me sentiría bien. Así que esta canción me sirve para cantarla cuando algo se tuerce un poco, y tiene la virtud de reponerme de todos los imprevistos que puedan surgir y consigue que al final, me sienta un poco mejor.



Extraído del álbum Document en 1987.

No pensaba incluir LOSING MY RELIGION (1991) en esta entrada porque hablamos de ella el lunes. Pero creo que ha sido una canción fundamental en mi vida. Que además coincidió en una época en la que hacía un par de años que me había desvinculado del yugo de la Iglesia Católica por pura coherencia y me sentía mas libre que nunca. Esta canción me acompañó en esos momentos de libertad en los que yo también había perdido mi religión.



Extraído del álbum Out Of Time en 1991.

MAN ON THE MOON (1992) hace referencia al humorista Andy Kaufman y a la teoría conspiratoria de que la llegada del hombre a la luna fue un montaje, extrapolar una letra como esa a nuestra vida cotidiana resulta complicado. Pero tampoco es necesario. En mi caso, me trae mil recuerdos de mi época universitaria, otro de los momentos mas importantes de mi vida, en el que una vez mas, sonaba R.E.M... Como siempre.

Extraido del álbum Automatic for The People en 1992.

Y cerramos con DAYSLEEPER (1998). Recuerdo que cuando sonó este tema tenía veintiocho años y me acercaba a los temidos treinta. Con esa edad, ya había sentado un poco la cabeza y me enfrentaba al proceso madurativo que no termina de producirse a mis cuarenta de hoy. Una bellísima canción que me transmite paz y tranquilidad y que surgió en uno de los mejores momentos de mi existencia, coincidiendo con los dos primeros años compartidos con el amor de mi vida. Ya vamos por los quince...



Extraído del álbum Up en 1998.