NUESTROS CÓMPLICES:

viernes, 17 de octubre de 2025

SUEDE ES EL BRITPOP


En los últimos años cada nuevo disco de SUEDE se ha convertido en todo un acontecimiento. Ahora con ANTIDEPRESSANTS la banda no solo entrega una obra maestra para los que llevamos años reividicándolos, este álbum los situa de manera definitiva en el epicentro de la historia del britpop. Aunque eso lo desarrollaremos al final. ANTIDEPRESSANTS tiene en común con el resto de la obra de SUEDE en que la influencia de Bowie está muy presente. Aunque no de forma explícita o imitativa, sino como una especie de espíritu guía. La sensibilidad dramática, el gusto por el art rock melódico, la teatralidad emocional y esa capacidad de hablar del dolor con belleza. Brett Anderson siempre ha sabido canalizar ese legado de Bowie, no tanto en lo estético como en la actitud frente al arte y la vulnerabilidad, y en este álbum vuelve a quedar claro. Musicalmente, ANTIDEPRESSANTS es mucho menos crudo que Autofiction (2022), que abrazaba un sonido más punk y directo, y recupera un enfoque más melódico, orquestal y atmosférico, cercano a trabajos como Night Thoughts (2016) o The Blue Hour (2018), pero con una producción más depurada y elegante de Ed Buller, un compañero de viaje de la banda que ha estado siempre presente en sus mejores álbumes. Hay momentos de glam contenido, destellos de post-punk melancólico, pasajes de pop barroco, e incluso cierta cercanía al synth-pop ochentero en algunos arreglos más electrónicos, aunque todo ello envuelto en una sensibilidad muy británica y muy SUEDE: oscura, romántica e introspectiva. Con respecto a las narrativas, como sugiere el título, el álbum gira en torno a la búsqueda de alivio en medio del sufrimiento. No es un disco luminoso, pero sí esperanzado a su manera. Anderson canta sobre el desgaste emocional, la ansiedad, el amor como redención y la vida adulta como un terreno frágil donde uno aprende a vivir con sus cicatrices. No hay grandilocuencia ni cinismo; hay un tono íntimo, humano, profundamente empático. El “antidepresivo” no se presenta como una solución mágica, sino como un símbolo de supervivencia cotidiana, una metáfora de lo que uno se agarra para no hundirse del todo. 



En cuanto a la crítica ANTIDEPRESSANTS ha conseguido una media de 89 sobre 100 con absolutamente ninguna valoración baja. MusicOHM, Mojo, Louder Than War y Evening Standard le otorgan el pleno, el 100/100 y consideran que es uno de los mejores álbumes del año. Under The Radar, Northern Transmissions y The Line Of Best Fit 90/100; Uncut, Classic Rock, Record Collector, Spectrum Culture, The Guardian, Clash, DIY, AllMusic y PopMatters 80/100 y para finalizar Spill Magazine 70/100. Por nuestra parte, añadir que SUEDE nunca fue la banda más mediática del britpop, pero con el tiempo ha demostrado ser la más coherente, arriesgada y artísticamente relevante. Mientras Oasis se disolvió atrapada en su propia caricatura y Blur funcionó de manera intermitente, SUEDE construyó una carrera sólida y valiente, especialmente desde su regreso en 2013, publicando algunos de sus mejores trabajos: Night Thoughts (2016), The Blue Hour (2018), Autofiction (2022), y ahora ANTIDEPRESSANTS, discos que no viven del pasado, sino que lo trascienden. En un momento en el que muchas figuras del britpop siguen atrapadas en la nostalgia, SUEDE reivindica su lugar como una pieza central —y no secundaria— de aquel movimiento, cuyo papel fue injustamente ensombrecido por el ruido mediático de Blur y Oasis. Porque SUEDE fueron pioneros incluso antes de que existiera la etiqueta “britpop” y siempre destacaron por un lenguaje más literario, ambiguo, provocador y musicalmente sofisticado. A diferencia de sus contemporáneos, no han buscado agradar ni adaptarse a modas, sino que han seguido una línea estética y emocional propia, hablando de lo marginal y lo vulnerable con una sensibilidad que pocas bandas británicas han mantenido con tanta dignidad. Su evolución ha sido real, no cosmética, y su legado está más vivo que nunca. ANTIDEPRESSANTS no es solo el nuevo álbum de una banda veterana, sino la confirmación de que SUEDE ha alcanzado un estado de madurez creativa del que muy pocos grupos de su generación pueden presumir. Lejos de caer en la autocomplacencia o en el reciclaje nostálgico, el disco se presenta como una obra honesta, emocionalmente afilada y musicalmente refinada, que no necesita gestos grandilocuentes para dejar huella. Este trabajo no mira atrás: respira presente, y eso lo convierte, probablemente, en una de las entregas más significativas de su carrera. ANTIDEPRESSANTS es un pleno, es un 100 sobre 100 y uno de los grandes álbumes del 2025, porque no solo se escucha. Se siente, se sostiene y confirma que SUEDE ya no tiene nada que demostrar... porque ya lo ha demostrado todo.  



MEJORES MOMENTOS: Dance With The Europeans, Trance State, Desintegrate, Sweet Kid, Broken Music For Broken People...

MEDIA CRÍTICA: 89/100

NUESTRA VALORACIÓN: 100/100

miércoles, 15 de octubre de 2025

UNA PIONERA LLAMADA TANITA TIKARAM.



Menudo año nos están dando las veteranas. Este mismo fin de semana se publicó LIAR (LOVE ISN'T A RIGHT) de TANITA TIKARAM, el décimo álbum de su carrera y sin ninguna duda, uno de sus mejores trabajos. Este álbum se plantea inicialmente como una secuela tardía de Ancient Heart (1988). Según su autora no fue concebido como tal en un principio, pero lo ha acabado siendo. En algunas notas de prensa se puede leer que Ancient Heart (1988) contaba la historia de “una joven de 18 años, morena, gay, viviendo en el centro de Inglaterra, sintiéndose extraña en su propio hogar” y que "LIAR (LOVE ISN'T A RIGHT), treinta y siete años después, está contado desde la mirada de esa misma persona, ahora con décadas de experiencia de vida, enfrentando nuevas formas de alienación, inseguridad y polarización social". Hasta ahí casi todo bien pero nos gustaría matizar algunos aspectos. En primer lugar, Tikaram nunca se definió como "gay" abiertamente. Como muchas mujeres artistas de su generación, vivieron su vida como les apeteció vivirla, pero nunca se dejaron encasillar con ninguna etiqueta, ni quisieron ser abanderadas de ninguna causa. Tampoco era el momento adecuado para hacerlo porque en los años en que Tikaram se hizo famosa, salir del armario públicamente como figura conocida era mucho más raro, arriesgado y estigmatizante que hoy. Incluso en la industria musical, presumiblemente más abierta, muchas mujeres queer no se definían públicamente con etiquetas como “lesbiana” por miedo a perder contratos, que las acusaran de alienar a la audiencia o ser reducidas a esa etiqueta. Además, el lenguaje era mucho más limitado. La palabra "queer" que implica una opción algo más abierta y fluida, no tenía la circulación cultural que tiene ahora. Incluso el uso positivo y autodefinido de “lesbiana” era aún objeto de debate en los propios círculos feministas. Muchas artistas queer (o con experiencia en relaciones con mujeres) de esa generación expresan su identidad de forma más fluida, sin definiciones cerradas. No es una negación, sino un estilo de afirmación que prioriza la libertad sobre el etiquetado. Luego hay un pequeño detalle que se nos olvida cuando hablamos de TANITA TIKARAM y es que era una mujer racializada criada y educada en la Inglaterra de la era Thatcher. Una época en el que el racismo estructural y la homofobia institucional estaban más que presentes y en la cultura pop las artistas que no eran blancas, o se presentaban como exóticas y sexualizadas o directamente eran invisibilizadas. La mezcla de ascendencias de Tanita (malayo, hindú y fiyiana) no encajaba en ningún arquetipo aceptado. Ser mujer no blanca, con una identidad posiblemente queer, y sin interés en encajar en las reglas del juego visual y sonoro, hacía de ella una anomalía en la industria, casi una figura “accidental” de éxito. Por todo esto, no es extraño que no hablara de su sexualidad ni de su origen con demasiada insistencia en esa época. No era cobardía ni falta de conciencia, sino una estrategia de supervivencia en una industria que no ofrecía espacios seguros para mujeres como ella. Al mismo tiempo, si sabías leer entre líneas, su música transmitía todo eso. Hay una sensación permanente de desarraigo, de no pertenecer del todo, de hablar desde un lugar liminal. Cuando miramos ahora la figura de TANITA TIKARAM, se vuelve evidente que fue pionera en muchos sentidos, aunque sin proclamarse como tal: Mujer racializada en el pop británico pre-diversidad. Artista joven que evitó la hipersexualización. Posible figura queer en una era represiva. Voz personalísima que no se dejó moldear por el mercado. Y todo eso lo hizo sin hacer de ello una bandera, lo cual no resta valor, sino que subraya la dificultad del terreno que pisaba. ¿Por qué importa contar todo esto ahora? Porque cuando los medios de hoy la describen en Ancient Heart (1988) como “una joven de 18 años, morena, gay, viviendo en el centro de Inglaterra sintiendose extraña en su propio hogar”, como si fuera una narrativa armada desde el presente, pierden de vista el contexto histórico y social que hacía que vivir así —y mucho más contarlo— fuera un acto de resistencia silenciosa. Para terminar con el contexto histórico y social sobre mujeres queer en la música, tenemos que recordar que habría que esperar a la década de los noventa para que muchas artistas sí que dijeran "soy lesbiana" y se convirtiera casi en un acto político. Las primeras en hacerlo fueron K.D. Lang y Melissa Etheridge. Añadiríamos también a Indigo Girls aunque ellas fueron activistas LGBTIQ+ desde sus inicios y nunca tuvieron que hacer ninguna gran salida del armario, porque toda su comunidad sabían que eran lesbianas desde siempre. Por lo que el caso de Indigo Girls es diferente al de Lang y Etheridge que no eran tan de nicho y sí que lo hicieron público a lo grande y justo en el mejor momento de sus carreras, sin medir las posibles consecuencias. Afortunadamente, les salió bien y abrieron puertas a muchísimas otras mujeres.  



Volviendo a TANITA TIKARAM, nosotros más que ver a LIAR (LOVE ISN'T A RIGHT) como una secuela tardía de Ancient Heart (1988) creemos que la Tanita del presente establece un diálogo con la del pasado. En LIAR (LOVE ISN'T A RIGHT), lo que asoma es un dominio extraordinario de la emoción como lenguaje musical y narrativo. No hay histrionismo, ni sentimentalismo. Hay contención, pulso interno, lucidez. Sus letras no explican lo que siente; lo sugieren, lo respiran, lo moldean en armonías y pausas. Canta desde la madurez, pero sin cinismo. Hay ternura, pero también ese desapego que sigue estando presente. Su voz suena más sabia que nunca, pero también más íntima, más cerca del oído. Aunque este álbum está producido por Andy Monaghan y ha hecho un gran trabajo con los arreglos orquestales. Tenemos que dejar muy claro que todos los cortes los compone TANITA TIKARAM, sin coautores y que rezuma una inteligencia emocional poco vista anteriormente en ninguna otra artista. En LIAR (LOVE ISN'T A RIGHT), Tanita logra un equilibrio extraño. Confirma una vez más que es capaz de darnos algo virtuosamente compositivo, pero sin ninguna ansiedad de demostrarlo. Las estructuras son complejas, pero suenan naturales. Las modulaciones emocionales suceden con una elegancia que solo puede dar el oficio. Orquestalmente podemos decir que se ha tocado techo con este trabajo. Los arreglos nunca son decorativos; son extensiones emocionales de la voz y del texto. Hay una paleta rica: cuerdas, metales, vientos, contrabajos. Pero usada con discreción. El espacio sonoro no abruma ni seduce, envuelve como un recuerdo lúcido. Y sobre todo dejar muy claro que este no es un disco de regresos ni de homenajes a sí misma. Es un álbum completamente presente. Por nuestra parte y para concluir, solo podemos decir que hay discos de los que es fácil hacer una descripción, y hay discos que solo se pueden escuchar. LIAR (LOVE ISN'T A RIGHT), el nuevo trabajo de TANITA TIKARAM, pertenece con claridad al segundo grupo. Más que una reinvención, es una depuración: la voz y la mirada de una artista que ya era madura desde joven, y que ahora nos ofrece canciones en las que cada nota y cada palabra están ahí porque no podrían ser de otra forma. Nuestra valoración para LIAR (LOVE ISN'T A RIGHT) es un claro 100 sobre 100. En cuanto a la crítica especializada, en el momento que estamos escribiendo esto, a pesar de tener reseñas positivas, ningún medio le ha otorgado ninguna valoración numérica aún. En cuanto eso ocurra actualizaremos esta reseña. No obstante os recuerdo que es un álbum que no lleva ni cinco días en la calle y no necesitaréis a la crítica especializada si confiais en nosotros y nuestro criterio, que hemos dejado todo lo que estábamos haciendo para hablar de esta maravilla.  



MEJORES MOMENTOS: This Perfect Friend, Fears And Chills, Lover Don't Come Around

MEDIA CRÍTICA:-----

NUESTRA VALORACIÓN: 100/100 

lunes, 13 de octubre de 2025

JOY CROOKES YA NO NOS NECESITA.

 


Hoy hablamos de JOY CROOKES. Recuerdo que cuando escribimos la reseña de Skin (2021) casi os tuvimos que rogar por nuestras Redes Sociales que por favor escuchaseis el disco. Porque era una obra muy especial, no solo por su producción y sonido, sino por la profundidad lírica y el carácter tan personal que tiene. JOY CROOKES volcó muchísimo de su identidad, herencia cultural y experiencias personales en ese álbum y nos inquietaba que tuviera tan pocas reproducciones al principio. Porque Skin (2021) no fue un boom comercial inmediato, especialmente en plataformas como Spotify, donde los números a veces tardan en reflejar el impacto cultural o artístico de un trabajo. Pero acabó ganando tracción con el tiempo, y su nominación al Mercury Prize ayudó mucho a reforzar su posición como una artista seria y con voz propia. Con JUNIPER, su segundo trabajo, parece haber afinado un poco más la fórmula para alcanzar a un público más amplio, quizá con sonidos algo más accesibles o producciones más orientadas a la comercialidad. De hecho, varias de sus canciones superan ya el millón de reproducciones en muy poco tiempo. Así que ya no teníamos la urgencia de escribir esta reseña cuanto antes. Porque hoy ya es una artista consolidada, lo suficientemente conocida y ya no nos necesita.   




JUNIPER está producido por la propia JOY CROOKES, Blue May y Harvey Grant entre otros y en el apartado de colaboraciones nos encontramos a Vince Staples, Kano y a San Fender de corista en Somebody To You uno de los puntos álgidos del álbum. En cuanto a géneros predominantes encontramos Soul pop moderno, R&B más actual, toques de funk, electrónica suave, y dance-pop. Más uso de beatmaking, loops, y producción digital. El resultado es más pulido, con producción más moderna y sonidos más brillantes, beats más marcados, coros más pegadizos. Aun con letras personales, el tono es menos introspectivo y más celebrativo. Se nota una búsqueda de expansión de público, sin dejar del todo sus raíces. Porque en sus narrativas seguimos encontrando gran parte de su identidad y los problemas que le preocupan. Nos habla de salud mental, relaciones tóxicas, autoimagen, amor queer y la vulnerabilidad de amar. Algunos de esos temas ya estaban presentes en Skin (2021). Nuestra nota para JUNIPER es un 93 sobre 100 frente al 100/100 que le dimos a Skin (2021) porque JOY CROOKES firmó un debut que se recibe como una confesión íntima, un relato crudo y orgánico donde cada nota y palabra parece salir de lo más profundo de su identidad. La producción, marcada por arreglos orquestales y una sensibilidad neo-soul auténtica, reforzaba esa sensación de honestidad sin artificios, haciendo del disco una experiencia emocionalmente redonda e irrepetible. Merecía nuestro 100/100 que es la puntuación perfecta, ya que ofrecía un universo propio, coherente y profundamente personal. En contraste, JUNIPER es el paso natural hacia la expansión comercial y la madurez artística. Algo que está presente en una producción enfocada a triunfar en los streamings. Si bien la calidad y la sensibilidad siguen presentes, especialmente en la lírica que aborda temas como la salud mental y la resiliencia, la crudeza que hacía único a Skin (2021) se diluye un poco en favor de accesibilidad y gancho. Esto no es una traición a su esencia, sino una evolución que inevitablemente implica concesiones. Por ello, aunque JUNIPER sigue siendo un álbum notable, lo sentimos menos arriesgado, menos urgente, y por eso la puntuación baja ligeramente para nosotros, sin perder de vista su indudable valor. Porque JUNIPER probablemente sea también uno de los mejores álbumes de 2025. La crítica le ha otorgado una media de 84 sobre 100 y medios como Dork lo han valorado con el 100/100 y el resto de medios: DIY, The Guardian, Clash o The Line Of Best Fit han sido unánimes con el 80/100. Una excelente recepción crítica que la convierte en una artista imparable. Nosotros nos alegramos mucho porque, como siempre, la vimos primero.      



MEJORES MOMENTOS: Mathematics, Perfect Crime, Pass The Salt, Carmen, Somebody To You, I Know You'd Kill

MEDIA CRÍTICA: 84/100

NUESTRA VALORACIÓN: 93/100

viernes, 10 de octubre de 2025

JACOB ALON: UN DEBUT BRILLANTE.

 


Se está hablando mucho últimamente de JACOB ALON que ha sido nominado al Mercury Prize por su álbum debut IN LIMERENCE. Alon es un joven escocés que se mueve en el folk contemporáneo con una voz que combina lo etéreo y lo íntimo con letras profundas, usando arreglos que incluyen guitarra acústica, toques eléctricos y elementos de ambientes como sonidos sacados de fragmentos de vídeos caseros algo que se aprecia en el corte instrumental titulado Home Tapes. Se define como no binarie, IN LIMERENCE está marcado fuertemente por su identidad queer en su narrativa. Nos habla también de la memoria, la infancia, el trauma, la pérdida, la culpa, los ciclos de autodestrucción, y sobre todo y dando significado al título del álbum, el anhelo romántico intenso hacia alguien, muchas veces idealizado, no correspondido, o atrapado en una fantasía. La idea de proyectar versiones de personas que no son reales, obsesionarse con la idea más que con la persona misma. El productor elegido para este trabajo que rezuma sensibilidad y delicadeza, para nuestra sorpresa es Dan Carey más conocido por su vinculación a artistas rock o post punk, pero muy poco al Folk. Eso ha llamado la atención. Aún habiendo hecho un trabajo excelente. Nosotros hubiéramos llamado a Tim Bidwell. Ojalá el próximo álbum de Jacob Alon sea con él.    



En cuanto a la crítica IN LIMERENCE ha obtenido una media de 80 sobre 100 que se distribuye de la siguiente manera: Clash 90/100; DIY, The Skinny, Uncut, Mojo 80/100; The Guardian 60/100. Aunque un 80/100 es una muy buena nota, nos parece poco para un álbum que está nominado al Mercury Prize, que ha tenido atención mediática, cierta repercusión en el Reino Unido y representa una propuesta artística arriesgada, emocionalmente densa y estilísticamente única. Quizás se deba a que no es un artista estandarizado fácil de ubicar o etiquetar o que su narrativa no sea lineal porque es más bien poética y fragmentada. Por nuestra parte, no tenemos ninguna duda de que es uno de los debuts más brillantes del año y nos deja con ganas de mucho más. Además de que trata temas muy cotidianos de los que no se habla demasiado, como la idealización del concepto romántico y las ansiedades que genera. Algo con lo que cualquiera puede identificarse en algún momento de su vida. Por nuestra parte es un claro 90 sobre 100.   



MEJORES MOMENTOS: Confession, Fairy In A Bottle, Glimmer, Of Amber, Sertraline, Zathura, Don't Fall Asleep, I couldn't Feed Her... 

MEDIA CRÍTICA: 80/100

NUESTRA VALORACIÓN: 90/100

miércoles, 8 de octubre de 2025

EL RECONOCIMIENTO DE SOPHIE ELLIS-BEXTOR

 


Vaya por delante que SOPHIE ELLIS-BEXTOR nos cae muy bien y nos alegramos mucho de todo lo bueno que le está pasando. Siempre nos había gustado, pero nos ganó definitivamente durante la pandemia y sus Kitchen Discos. Fue sencillamente entrañable. No solo eran actuaciones, eran actos de cariño y humanidad en un momento de aislamiento global. Verla allí, brillando con el mirrorball, rodeada de sus hijos, riéndose, cantando con tanta entrega, trajo alegría a muchísima gente. Lo siguiente fue el resurgimiento de Murder on the Dancefloor (2001) gracias a la película Saltburn (Emmerald Fennell, 2022) que ha sido como una puerta de entrada para que nuevas generaciones descubran no solo su música pasada, sino también trabajos recientes como su último álbum PERIMENOPOP, que refleja madurez, vulnerabilidad y evolución artística sin perder su chispa característica. Parece que por fin SOPHIE ELLIS-BEXTOR tiene todo el reconocimiento crítico que se le ha negado todos estos años a pesar de tener una trayectoria impecable. PERIMENOPOP no es solo un álbum de pop, es un disco que trata temas como el envejecimiento, la maternidad, el deseo de seguir siendo relevante, y el impacto emocional del paso del tiempo, todo ello sin perder el brillo de la pista de baile. Muchos críticos han valorado que Sophie no intenta fingir juventud ni disimular su etapa vital. En vez de eso, la abraza con inteligencia, humor y sinceridad. Esto es refrescante en un mundo pop que a menudo glorifica la juventud eterna. El hecho de que una mujer hable abiertamente del cuerpo, los cambios hormonales y las dudas existenciales en un lenguaje pop, ha sido visto como un acto de valentía artística. Musicalmente, PERIMONOPOP combina su característico sonido disco-pop con arreglos modernos y una producción elegante. La música suena familiar para quienes la siguen desde Murder on the Dancefloor, pero también muy contemporánea. No es un disco retro, sino uno que sabe usar la nostalgia como herramienta sin volverse una parodia de sí mismo. Digamos que SOPHIE ELLIS BEXTOR logra mantener su identidad sin estancarse, evolucionando pero sin traicionar sus raíces. La reivindicación de artistas de largo recorrido, sobre todo mujeres que han sido infravaloradas o encasilladas, está cobrando fuerza. Sophie encaja perfectamente en esta narrativa: una artista con talento comprobado, presencia escénica, carisma, y una carrera que nunca se rindió aunque no siempre se le prestara la atención merecida. 



Aunque esto no tiene que ver directamente con el contenido de PERIMENOPOP, el éxito viral tras Saltburn definitivamente reavivó el interés en ella. Muchos críticos y oyentes llegaron a este álbum con una nueva curiosidad, y se sorprendieron al encontrar un trabajo tan sólido y emocionalmente resonante. A veces, hace falta una chispa externa para que la gente preste atención a lo que ya estaba ahí. En cuanto a la crítica PERIMENOPOP ha obtenido una media de 84 sobre 100 que se distribuye de la siguiente manera: The Line Of Best Fit 90/100; MusicOHM, AllMusic, God Is In The Tv, The Independent y Record Collector 80/100 y Clash 70/100. Muchos críticos de esos mismos medios han elogiado el disco por su inteligencia lírica, su identidad sonora bien definida y el hecho de que demuestra que el pop puede hablar de temas profundos sin perder su brillo. Parece ser que esos críticos están más abiertos ahora a ver el pop como una forma legítima de expresión artística, no solo como un entretenimiento vacío, y Sophie ha ofrecido exactamente eso. Por nuestra parte tenemos que añadir una cosa más que parece que se nos está pasando. Porque este éxito no es fruto de la suerte o la casualidad, o que hayan tenido a bien acordarse de ella. Hay que mirar los créditos de PERIMENOPOP para saber el gran trabajo que hay detrás. El álbum cuenta con la producción de Karma Kid, James Greenwood, Jon Shave, Kid Harpoon, Baz Kaye, Finn Keane, Richard Stannard, Duck Blackwell, Chris Greatti y Luke Fitton, con la producción adicional del esposo de Ellis-Bextor y bajista de The Feeling, Richard Jones. Y la verdad es que es un álbum sólido, cohesionado e inteligente. Nuestra nota es un 90 sobre 100 y esperamos que la fiebre Ellis-Bextor no decaiga porque si hay una sola persona que merece reconocimiento por todo lo que nos ha dado en venticinco años, esa es SOPHIE ELLIS-BEXTOR.



MEJORES MOMENTOS: Freedom of the night, Rentless Love, Vertigo, Taste, Dolce Vita, Stay On me...

MEDIA CRÍTICA: 84/100

NUESTRA VALORACIÓN: 90/100

lunes, 6 de octubre de 2025

RACHAEL YAMAGATA: ¿CALMA PERFECTA?

 


RACHAEL YAMAGATA llevaba sin grabar un álbum desde el excelente Tightrope Walker (2016) y han pasado nueve años hasta llegar a este álbum titulado STARLIT ALCHEMY, que es su quinto álbum de estudio. Es cierto que en todo este tiempo ha sacado algún Ep y ha colaborado en la banda sonora de dos series surcoreanas de éxito -Sus canciones para estas series alcanzan más de doce millones de reproducciones- pero se la echaba mucho de menos. ¿Y qué nos trae? Pues probablemente su disco más maduro. Aunque nos ha preocupado en una primera escucha porque es una madurez un tanto domesticada ya no existe la urgencia emocional que derrochaba en Happenstance (2004) parece que tiene una ligera obesesión por canciones calmadas no exentas de profundidad lírica y arreglos ambientales envolventes de texturas oníricas con el piano en primer término. Es cierto que esta vez nadie va a afirmar que es una colección de canciones dispersas sin ninguna cohesión como dijeron de Cheseapike (2011) porque el disco es como un viaje en el que transitas por un único paisaje sonoro, casi sin sobresaltos. Es para escucharlo sentado en una terraza contemplando el mar en calma. Pero justamente por eso, se echa de menos alguna tormenta. A pesar de que la narrativa sugiere una transformación interna, la alquimia del título, que es el hilo conductor que lo une todo, cambiar a través de la pérdida, del dolor y de la contemplación.  



Y la realidad es que STARLIT ALCHEMY es un álbum contemplativo, hay pocas canciones que rompan su atmósfera. Quizás Somebody Like Me sea una de ellas pero tampoco lo consigue del todo. Llama la atención que en la producción, además de la propia RACHAEL YAMAGATA, el disco haya contado con cinco productores: John Alagia, Michael Chaves, Jeff Lipstein (colaboradores habituales), y Sandy Bell y Pete Hanlon. Podría esperarse más variedad de enfoque con tantos nombres en los créditos, pero no es el caso. La artista mantiene un control creativo absoluto, y ninguno de los productores desafía esa dirección. El resultado es un trabajo muy homogéneo, demasiado, quizá. A nosotros nos ha resultado un tanto monótono y es una pena, porque nos hubiese gustado escribir una reseña como la que escribimos el viernes sobre Dar Williams. Nos hubiera encantado darle otro 100/100. Pero no va a ser posible porque tiene álbumes en su discografía que se están revalorizando con los años y precisamente dejó el listón altísimo con Tightrope Walker (2016) que es una pequeña joya. Porque no es que no haya calidad en STARLIT ALCHEMY. Calidad hay, y a raudales. Pero este álbum se acerca peligrosamente a una vertiente más aburrida del pop vocal tradicional. Y cuando una artista ha demostrado ser capaz de crear la tormenta perfecta en una canción, cuesta conformarse con la calma. Al menos, no sin un punto de ruptura que matice el tono general. Por eso decíamos al principio que veíamos una madurez un tanto domesticada. Aún así, todo está muy cuidado en este trabajo. No es un álbum de singles, es para escucharlo entero de principio a fin y probablemente nos convenza más cuando asumamos todos esos cambios que nos propone. De momento nuestra nota es un 84 sobre 100. En cuanto a la crítica, se trata de un álbum que salió este fin de semana y no se ha recogido ninguna valoración en ninguno de los agregadores de críticas existentes. Si hay algún cambio, como hacemos siempre, actualizaremos la reseña. 



MEJORES MOMENTOS: Backwards, Birds, Empty Houses, Blue Jay, Somebody Like Me, Hurt, 

MEDIA CRÍTICA:----

NUESTRA VALORACIÓN: 84/100

viernes, 3 de octubre de 2025

DAR WILLIAMS: SABIDURÍA EMOCIONAL.

 


Este 2025 ha supuesto el regreso de muchas de las musas que inspiraron este blog en su día: Sarah McLachlan, Mary Chapin Carpenter, Patty Griffin, Kathleen Edwards o Rachael Yamagata y hoy hablamos de DAR WILLIAMS que vuelve con su undécimo álbum titulado HUMMINGBIRD HIGHWAY. No publicaba material inédito desde I'll Meet You Here (2021) y Williams no suele ser de esas artistas cuya evolución consista en experimentar o buscar nuevos sonidos. Su evolución tiene más que ver con su perfeccionismo, con su maestría al moverse por todos los géneros, que además HUMMINGBIRD HIGHWAY probablemente sea su álbum más ecléctico dentro de su propio orden. En este álbum Williams deambula entre el indie folk, el alt country o incluso el soft rock melódico y el pop de cámara. Pero en esta ocasión, se atreve con giros inesperados como los que encontramos con esa perla que es Tu Sais Le Printemps en la que se atreve a cantar en francés y en la que mezcla bossa nova con una estética de Jazz latino suave o todo lo que es capaz de conseguir con Put The Coin on His Eyes con una instrumentación y ritmo que evoca al folk de raíz appalache con un toque de bluegrass en el tratamiento vocal. Estas dos incursiones que probablemente son las más arriesgadas del nuevo repertorio, se integran a la perfección dentro de un álbum muy bien cohesionado y para hablar de DAR WILLIAMS hay que seguir hablando de prefección. Porque es una compositora de precisión quirúrgica. Pero su perfeccionismo nunca se vuelve frío ni calculado. Siempre hay calidez, humanidad y detalle emocional. Compone como quien observa el mundo desde una ventana pequeña pero con una vista muy amplia, consiguiendo que lo cotidiano se vuelva revelador. También cabe destacar el perfeccionismo de sus producciones. Es escuchar dos canciones del álbum y ves que, como siempre, todo funciona como un reloj. Esta vez ha contado con Ken Rich y David Chalfant. Rich aporta calidez, combina lo acústico con texturas que suman sin recargar en un álbum en el que todo fluye. En cuanto Chalfant, es el responsable de ese prodigio que es Put The Coin On His Eyes y podríamos decir que aporta el riesgo necesario para que HUMMINGBIRD HIGHWAY no pase desapercibido y a la larga se convierta en uno de los discos favoritos de la discografía de DAR WILLIAMS


Con respecto a la narrativa, Williams siempre ha sabido moverse entre la melancolía y la esperanza sin caer en el sentimentalismo. Aquí, esa fórmula está más afinada que nunca. HUMMINGBIRD HIGHWAY es un álbum consciente del tiempo que ha pasado, del dolor del mundo, pero también lleno de aceptación y resiliencia, sin cinismo. En lugar de mirar atrás con nostalgia o enfado, parece mirar el presente con una calma que sólo se gana con la experiencia. No es resignación, es sabiduría emocional. El álbum no es político en el sentido explícito, pero muchas canciones hablan de resistencia cotidiana, de cuidar lo que importa, del lugar de la mujer, de la comunidad, de la fragilidad del planeta... Temas que Williams siempre ha abordado, pero aquí lo hace con un tono menos activista y más poético. Es complicado darle una valoración numérica a un disco de DAR WILLIAMS porque no tiene un álbum fallido o más flojo que el resto. Se hace cada vez más complicado hacer un ranking con sus discos porque entre los primeros puestos podrían empatar perfectamente tres o cuatro álbumes. HUMMINGBIRD HIGHWAY podría formar parte de ese empate y por nuestra parte es un claro 100 sobre 100. Como habéis podido comprobar, no hay media crítica porque el caracter artesanal e independiente de la obra de Williams parece que la relega al ostracismo mediático. Una pena porque a día de hoy, es la mejor en escribir canciones que hablan con honestidad sobre la vida, el amor, el miedo, el paso del tiempo, la comunidad y el alma humana.



MEJORES MOMENTOS: Hummingird Highway, Put The Coin On His Eyes, Tu Sais Le Printemps, All Is Come Undone, I Want To See The Bright Lights Tonight...

MEDIA CRÍTICA:----

NUESTRA VALORACIÓN: 100/100

miércoles, 1 de octubre de 2025

PRESENTANDO A CHITRA.

 


La escena musical australiana se mueve, ya lo hemos contado en otras ocasiones. Hoy por hoy, nos está pareciendo uno de los mayores filones de la música actual hecha por mujeres y hoy le toca el turno a CHITRA que recientemente ha lanzado su álbum debut YOU CAN SEE IT WHEN IT'S DARK. Chitra Ridwan creció en la Península de Bellarine, que está ubicada dentro del territorio tradicional del pueblo Wadawurrung y en la actualidad está afincada en Naarm/Melbourne. Se dió a conocer en 2020 con un Ep homónimo. Su música se sitúa en el ámbito indie-rock e indie-pop, con un enfoque muy emocional, e íntimo, con letras que exploran momentos de cambio personal y emocional y de introspección. ¿Qué ofrece? Honestidad emocional: Las letras no se quedan en lo superficial, exploran vulnerabilidad, contradicción, detalles emocionales complejos, lo cual conecta con quienes buscan profundidad en la música. Variedad en el tono: No es un álbum uniforme; hay altibajos emocionales, contrastes que lo hacen dinámico. También ofrece una producción cuidada. Porque aún manteniendo esa sensación íntima, la producción está bien lograda, no suena lo-fi, sino "profesional". Aunque cabe destacar que el productor elegido para esta aventura es John Castle que ha trabajado antes con dos artistas de las que hemos hablado mucho en este blog: Angie McMahon y Hatchie y para terminar también se puede hablar de Universalidad dentro de todo lo que ofrece, porque incide en temas como la nostalgia, las relaciones pasadas, sentirse perdido, la ansiedad o el desapego... Muchos pueden sentirse identificados.  


Volviendo a la escena musical australiana vamos a analizar qué tiene CHITRA en común y de diferente con respecto a sus compañeras. Como Julia Jacklin o Angie McMahon, Chitra Ridwan trabaja mucho con la introspección emocional y las contradicciones internas. Pero sus letras tienden a ser más sutiles y abstractas, menos narrativas que las de Jacklin o Barnett. No es tan cuentista ni sarcástica como Courtney Barnett, por ejemplo. Tiene un tono emocional más contenido pero no menos profundo: se permite hablar de ansiedad, inseguridad o desapego sin necesariamente gritarlo. Musicalmente, Comparte con Angie McMahon y Rowena Wise el gusto por los arreglos indie-folk con capas eléctricas suaves, a veces con un pulso melancólico, a veces más enérgico. No es tan minimalista ni tan "americana" como Emma Swift a la que le dedicaremos reseña próximamente, ni tan garage rock alternativo como Courtney Barnett. Su álbum debut tiene una producción pulida pero con margen para respirar, no satura. Eso la acerca más a Angie McMahon o a Aldous Harding (aunque esta última es neozelandesa y algo más experimental). CHITRA no busca ser frontalmente provocadora ni usar su imagen para proyectar una identidad fuerte, como sí puede hacerlo Barnett. En cambio, su estética es más introspectiva, más cálida, más cercana al oyente emocional que al oyente político o irónico. En cuanto a la crítica, mucho nos tememos que vamos a ser una vez más los primeros en un blog español en hablar de este álbum y otorgarle una valoración. Os estamos malacostumbrando. ¿Qué es lo que tiene YOU CAN SEE IT WHEN IT'S DARK de especial? Se trata de un álbum que se mueve dentro del territorio emocional, pero CHITRA opta por una voz menos dramática, más sobria. No hay histrionismo, ni grandes clímax emocionales, sino un tono cálido, casi casual, que contrasta con la densidad de lo que está diciendo. Esto la hace parecer más cercana, más auténtica. Como si te estuviera hablando desde la otra punta de tu sofá, no desde un escenario. No hay metáforas recargadas ni narrativas grandilocuentes. CHITRA prefiere imágenes pequeñas, momentos vagos pero significativos, que sugieren ansiedad, desconexión, resignación. Usa la fragmentación como estilo. No te da el relato entero, solo un cuadro emocional. Esto recuerda mucho a Phoebe Bridgers, pero sin el sarcasmo ni el guiño generacional. Es más lírica, menos irónica. A veces parece decir: "Yo también estoy aquí, en esta generación que habla desde la vulnerabilidad, pero sin necesidad de ser intensa ni extravagante". No es un disco para impactar, sino para permanecer. No busca romper moldes, pero se siente orgánico, honesto, sin pretensión. En lo que a nosotros respecta nuestra nota es un 90 sobre 100 para un álbum que no busca deslumbrar, pero termina dejando huella. Podría haber sido otro de nuestros 100/100 si no fuera porque es un álbum debut y aunque es excelente, sentimos que todavía no lo hemos visto todo. Y ojalá no lo hayamos visto aún. Queremos seguir hablando de ella y reseñar sus futuros discos.



MEJORES MOMENTOS: Big Shot, In My Opinion, Sold, Autumm, Close Proximity, Yo Can See it When It's Dark, Go Easy

MEDIA CRÍTICA:------

NUESTRA VALORACIÓN: 90/100

lunes, 29 de septiembre de 2025

ÁLBUMES REPESCADOS: MORGAN WADE, RENEÉ RAPP, RYAN DAVIS & THE ROADHOUSE BAND, DOROTHY, PATTY GRIFFIN, ASHLEY MONROE, THE BLACK KEYS, TOM GRENNAN, ALISON GOLDFRAPP y BLUSH.

 


Por fin llega el post de álbumes repescados del mes de Septiembre coincidiendo con la última entrada del mes. Llega tan tarde porque a pesar de que no se ha notado, hemos estado de vacaciones este mes y las entradas se dejaron escritas y programadas previamente. Pero una entrada tan laboriosa como esta había que escribirla a la vuelta de las vacaciones, de ahí su tardanza. El post de álbumes repescados de Octubre seguramente se publicará mucho antes.  

Solo nos quedan dos meses para cerrar el año y sentimos que quedan discos muy buenos por salir y que todavía tenemos muchos más en la recámara de los que nos gustaría hablar. No descartamos que en las próximas semanas se publiquen más de tres posts a la semana para dar salida a todo ese material del que queremos hablar y cumplir nuestra programación.  

MORGAN WADE - THE PARTY IS OVER (RECOVERED)


Justo un año después de la publicación de Obsesed (2024)MORGAN WADE regresa con THE PARTY IS OVER (RECOVERED), a priori puede parecer que no es demasiado inteligente publicar un álbum tan pronto, especialmente cuando Obsesed (2024) podría haber tenido más largo recorrido. Pero si tenemos en cuenta algunas características especiales de este nuevo álbum, sí que ha sido inteligente y mucho. Las canciones que tenemos aquí están compuestas por ella en su totalidad, sin co-autores, como ya pasaba en su álbum anterior. Lo que ocurre es que una parte de esas canciones fueron escritas antes de que firmase con su nuevo sello discográfico que es una major. Son temas antiguos, demos o canciones que ha interpretado en directo pero que no habían sido grabadas con producción definitiva (“recovered” en el título se refiere en parte a eso: rescatar canciones del pasado). El productor vuelve a ser Clint Wells, su colaborador habitual, lo que aporta una continuidad en el sonido, pero con la ventaja de la experiencia que ha ganado desde esos temas antiguos hasta ahora. Aunque sean canciones antiguas, Morgan las revisita desde una posición más madura, con nuevas perspectivas. Esa tensión entre lo viejo y lo nuevo puede generar profundidad emocional, una sensación de introspección que Obsessed (2024) ya apuntaba. Las canciones reflejan diferentes estilos: desde guitarras más crudas, influencias de rock/grunge, twang-punk, hasta momentos acústicos íntimos. Eso permite que no sea solo un álbum recopilatorio, sino una carta de presentación ampliada de quién es ella, de dónde viene, y cómo ha llegado a su presente. El álbum no es completamente retroactivo: mezcla lo antiguo recuperado con algunas canciones nuevas que siguen en la misma línea emocional. Así que también ofrece algo de nuevo contenido para quienes ya escucharon Obsessed (2024), lo que lo convierte en algo más que un simple recopilatorio que en ningún caso lo es, porque si no, no estaríamos hablando de él. Después de Obsessed (2024), que fue bastante íntimo y fue muy bien recibido, publicar algo así permite mantener el interés de la audiencia, sin necesidad de reinventarse totalmente, pero sí profundizar lo que ya estaba haciendo. Además, ayuda a marcar hitos en su proceso de recuperación personal como artista, algo que ella misma ha reconocido como parte de este proyecto. Lo más interesante de todo es que parece que incluso THE PARTY IS OVER (RECOVERED) está gustando un poco más que su álbum anterior del que se podría considerar una continuación o incluso un complemento. Porque posee mayor variación tonal y mezcla canciones rockeras más agresivas con baladas íntimas y atmósferas oscuras o melancólicas. Eso le da más dinámica que lo que algunos críticos sintieron que le faltaba a Obsessed (2024). En términos generales, THE PARTY IS OVER (RECOVERED) parece tener una recepción ligeramente superior en cuanto a reconocimiento de evolución artística, producción más ambiciosa, diversidad de estilos, y en que el rescate de canciones antiguas no se siente como relleno sino que aporta profundidad. Sin embargo, Obsessed (2024) sigue siendo valorado, particularmente por lo honesto y cohesionadamente personal que es, y por cómo reafirma lo que hace bien MORGAN WADE: escribir desde la emoción, transmitir vulnerabilidad, conectar con el oyente. Si tuviera que apostar, diría que este nuevo álbum le da un “plus” en frescura y riesgo respecto a Obsessed (2024), lo que para muchos críticos lo coloca un escalón más arriba, o al menos empata con lo mejor de su discografía. Cuando decimos todo esto sobre la crítica tenemos que aclarar que aunque las reseñas sobre estos dos discos siempre han sido positivas, que es a eso justo a lo que nos referimos, las valoraciones numéricas en la discografía de Wade nunca fueron demasiado altas. Si Obsessed (2024) terminó con un 72/100 de media, de momento, THE PARTY IS OVER (RECOVERED) alcanza una media de 70 sobre 100 gracias a American Songwriter 80/100 y Mojo 60/100. Por nuestra parte revalidamos la nota que le dimos a Obsessed (2024) que fue un 85 sobre 100 porque entendemos este nuevo álbum como una continuación aumentada en matices para saber de una vez quien es MORGAN WADE.      



MEJORES MOMENTOS: Let Me Behind, The Party Is Over, Let Me Behind

MEDIA CRÍTICA: 70/100

NUESTRA VALORACIÓN: 85/100

RENEÉ RAPP - BITE ME


RENÉE RAPP es una cantante, compositora y actriz estadounidense de tan solo venticinco años. Obtuvo reconocimiento por interpretar a la icónica Regina George en la versión musical de Broadway de Mean Girls, Chicas Malas en España. Repitió el papel en la adaptación cinematográfica musical de 2024 y también contribuyó a su banda sonora. Lanzó su EP debut Everything to Everyone (2022), al que siguió su álbum de estudio de larga duración Snow Angel (2023). BITE ME es su segundo álbum y se ha editado recientemente. Nosotros teníamos que hablar de él porque a pesar de que BITE ME tuvo un debut muy fuerte, especialmente en mercados clave. En Reino Unido y Países Bajos llegó al Nº 1 en listas de ventas de álbumes, mientras que en Estados Unidos alcanzó un sólido top 3 en el Billboard 200, con más de 64,000 unidades equivalentes vendidas en la primera semana (ventas físicas, digitales + streaming) que es un dato excelente para un debut, especialmente con una artista que viene más del mundo de la actuación y las redes, que del pop mainstream tradicional. Vivimos en una era de hiperproducción musical. Cada viernes hay una avalancha de lanzamientos, y muchas veces incluso propuestas destacadas, como BITE ME de RENÉE RAPP, se ven enterradas por el flujo constante de novedades. El ciclo de vida de un disco o single es ahora extremadamente corto, y eso afecta incluso a artistas con talento y una propuesta clara. Con lo que este álbum, a pesar de su atención mediática el fin de semana de su lanzamiento y esos buenos resultados, es muy probable que a la semana siguiente ya fuera eclipsado por otro álbum y otra artista. Eso quiere decir que si no sigues atentamente la corriente, puede que termines sin enterarte de que un álbum tan bueno como BITE ME de RENEÉ RAPP existe. Aunque para eso están estos posts de álbumes repescados que dejan reposar un poco estos álbumes en el tiempo (no mucho tiempo, porque vamos aceleradísimos), para darles una segunda merecida oportunidad. La narrativa de este álbum versa sobre las "emociones desestabilizadoras" tanto del comienzo como del final de las relaciones, lo que se nota además como "angustia seguida de la prisa de un nuevo enamoramiento". Además, BITE ME se aleja de la vulnerabilidad del desamor en Snow Angel (2023) y abarca temas de actitud rebelde. También se exploran los conceptos de reflexión tranquila, honestidad cruda, visibilidad queer y caos. Como suele ocurrir con estos productos de pop mainstream de calidad es un disco multiproducido por casi una decena de productores y con otros tantos co-autores. Destacan Solomonophomic, Carter Lang o Ryan Tedder entre los acreditados. La crítica lo ha valorado con una media de 79 sobre 100 que se distribuye de la siguiente manera: Dork 100/100; Rolling Stone 90/100; Spectrum Culture 87/100; The Independent, AllMusic y The Forty-Five 80/100; The Line of Best Fit y Clash 70/100; Pitchfork 64/100; The Arts Desk, The Irish Time y Evening Standard 60/100 para terminar con el 58/100 de Paste. Nosotros solo podemos decir que este álbum es mejor que el de Addison Rae, que no entendemos muy bien como está tan arriba en el cartel del Primavera Sound si apenas sabe cantar en directo, frente a RENÉE RAPP que nos ha dado un producto bastante decente que no insulta la inteligencia de nadie y además es comprobado que tiene tablas suficientes como para cantar bien en directo y no hacer el ridículo. Por nuestra parte no podemos darle menos de un 85 sobre 100.    



MEJORES MOMENTOS: Mad, Leave Me Alone, Why Is She Still Here?, Kiss It Kiss It, 

MEDIA CRÍTICA: 79/100

NUESTRA VALORACIÓN: 85/100

RYAN DAVIS & THE ROADHOUSE BAND - NEW TREATS FROM THE SOUL


RYAN DAVIS es un músico estadounidense (cantautor, multiinstrumentista) originario de Louisville, Kentucky. Actualmente vive en Jeffersonville, Indiana. Ha estado activo en diversos proyectos musicales durante más de una década. Antes de su etapa como RYAN DAVIS & THE ROADHOUSE BAND formó parte de bandas como State Champion, Tropical Trash, y experimentó con agrupaciones instrumentales como Equipment Pointed Ankh. NEW TREATS OF THE SOUL no es un álbum convencional en el sentido que no sigue los parámetros comerciales a los que estamos acostumbrados. Es un álbum con tan solo siete canciones que suelen exceder la duración habitual (alguna alcanza incluso los nueve minutos) y hace que la escucha de este trabajo se alargue a algo menos de una hora. Está especialmente indicado para consumidores de álbumes más que a consumidores de canciones o playlists. Se inscribe en una fusión de géneros cercanos a la americana, rock alternativo y alt-country, con toques experimentales en su instrumentación y arreglos. Las letras son un punto central: rebosan reflexiones existenciales, giros imaginativos, autorreproches, nostalgia, humor sombrío y observaciones poéticas sobre la vida cotidiana. No es un álbum que se guíe por fórmulas fáciles; muchas de las canciones se permiten saltos, digresiones y cambios de ritmo para mantener un carácter impredecible. La banda que acompaña a Davis incorpora instrumentos como pedal steel, cuerdas (violín, viola), samplers, sintetizadores, percusión, lo que le da al conjunto capas sonoras ricas y texturizadas. En NEW TREATS OF THE SOUL participan voces invitadas como Catherine Irwin (de Freakwater), Will Oldham, Jenny Rose y Lou Turner. Ha sido un álbum aclamado por la crítica. Ha obtenido una media de nada menos que 89 sobre 100 cuyas valoraciones más altas son el 97/100 de Paste y los 90/100 de Uncut y PopMatters y las más bajas (que no lo son) los 80/100 por parte de medios como: Dusted, Mojo, The Wire y Record Collector. Por nuestra parte TREATS OF THE SOUL no merece menos de un 90 sobre 100. Porque es un trabajo denso, desconcertante a ratos, pero cargado de verdad y hallazgos. Ryan Davis apuesta por la extensión, por letras que no se explican de inmediato, y por acompañamientos que amplifican emociones en vez de suavizarlas. Es un disco que requiere una escucha atenta, pero que entrega recompensas como sorpresas, momentos de conmoción y un claro reflejo de su autor como narrador íntimo y arriesgado. Ryan Davis es el paradigma del autor indie. Él compone absolutamente todo: las letras, las melodías, los arreglos. Participa activamente en la grabación y mezcla, eligiendo estudios y colaboradores muy específicos. Controla el lanzamiento a través de su propio sello (Sophomore Lounge). Su música tiene una estructura libre, poco pensada para el mercado o la radio. Se permite canciones extensas, con progresiones impredecibles, como monólogos cantados. Incluso la instrumentación (violines, pedal steel, samplers, loops, efectos de cinta, etc.) parece guiada más por su sensibilidad que por un molde genérico. En resumen, aunque haya trabajado con un productor externo como Seth Manchester, lo que vamos a escuchar refleja la visión de un autor total, y no de alguien siguiendo una fórmula ajena. El disco suena a lo que sucede cuando un músico experimentado y sin ataduras decide hacer lo que le sale del alma, que es justo lo que el título sugiere. Seguramente estará en todas las listas de lo mejor del año, incluida la nuestra.



MEJORES MOMENTOS: Montecarlo/No Limits. New Treats From The Soul... Por citar dos canciones. Aunque este es un álbum para escucharlo de principio a fin. 

MEDIA CRÍTICA: 89/100

NUESTRA VALORACIÓN: 90/100

DOROTHY - THE WAY


DOROTHY es la banda de rock de Dorothy Martin y THE WAY es su cuarto álbum de estudio. Tenemos que confesar que hemos seguido la carrera de Dorothy Martin porque comenzó siendo una clara heredera de Pat Benatar, aunque a lo largo de los años ha evolucionado hacia otros sonidos y otras perspectivas. En THE WAY se combinan elementos de rock duro con influencias sureñas y hasta pinceladas de country y gospel. Hay fuerza, riffs potentes, momentos cargados de emoción, introspección y temas de redención. Porque Dorothy Martin estuvo a punto de morir por consumo de drogas y la narrativa de THE WAY está muy ligada a las vivencias de Dorothy Martin, especialmente su lucha contra las adicciones, su proceso de sanación, y su conexión con la fe. Es una historia sobre como cae, lucha, se enfrenta a sí misma y finalmente encuentra un camino hacia la redención. No es una historia lineal, sino emocional. Es cruda, espiritual y poderosa, y se siente más como un testimonio personal que como una ficción. Hay que aclarar también que no es un "álbum conceptual" en el sentido estricto. Más que contar una historia con principio y final, sigue un recorrido emocional y espiritual, una especie de viaje de transformación personal. THE WAY está producido por Scott Stevens y uno de sus momentos más celebrados es la colaboración de Slash en la canción Tombstonese que se puede describir como un tema enérgico, con riffs que recuerdan al estilo Motörhead, y con Slash aportando un solo de guitarra contundente. El tema trata de traición, venganza y misericordia. Con respecto a la crítica, tenemos la sensación de que estos géneros que eran muy populares en los ochenta y noventa, en la actualidad parecen ser una rareza y casi de nicho. Solamente dos medios han reseñado THE WAY, Blabbermouth.com con un 90/100 y Classic Rock con un 70/100 y su media es de un 80 sobre 100. Por nuestra parte es un álbum que nos apetecía reseñar porque traemos a pocas mujeres rockeras clásicas a estas páginas y DOROTHY se merececía su espacio de una vez. Es cierto que cuando escuchás un disco como THE WAY, lleno de dramatismo, solos de guitarra, voces al límite y letras espirituales, suena como algo de otro tiempo. Aunque esté bien hecho, no encaja con el clima cultural actual y eso lo acaba convirtiendo en un guilty pleasure para muchas personas. Pero si buscas algo más visceral, auténtico y atemporal, DOROTHY ofrece eso. Para fans de Pat Benatar, Janis Joplin, Stevie Nicks o incluso de bandas como Halestorm, The Pretty Reckless o Rival Sons, THE WAY no es una rareza, es una bocanada de aire fresco. A veces, escuchar algo que está totalmente fuera de las modas, te hace conectar directamente, sin el filtro de la tendencia o la aprobación social. Nuestra nota precisamente por todo eso es de un 82 sobre 100.   



MEJORES MOMENTOS: Mud. Tonbstone Town, The Devil I Know, I Come Alive

MEDIA CRÍTICA: 80/100

NUESTRA VALORACIÓN: 82/100

PATTY GRIFFIN - CROWN OF ROSES


CROWN OF ROSES es el último trabajo de PATTY GRIFFIN, que no publicaba material inédito desde su álbum homónimo de 2019 y en todo este tiempo ha tenido que enfrentarse a desafíos personales importantes. Un tratamiento de cáncer que afectó su voz, la muerte de su madre y períodos de inseguridad creativa. Porque pensó que no volvería a cantar profesionalmente porque su voz cambió. Tenía menos rango, menos fuerza y más fragilidad. Este álbum representa para ella un renacimiento, volver a encontrarse tras la crisis porque aprendió a aceptar esa nueva voz y adaptó su manera de escribir canciones a su nuevo registro vocal. Según la propia PATTY GRIFFIN: "No puedo hacer lo que solía hacer vocalmente. Pero encontré maneras de seguir. Tuve que escribir canciones que mi voz pudiera cantar hoy, no las que mi voz podía cantar hace 10 años". Este proceso de pérdida, adaptación y aceptación está muy presente en CROWN OF ROSES, tanto lírica como sonoramente. Muchos críticos y fans han valorado justamente cómo convierte una experiencia tan dura en arte honesto y contenido emocional real. Dentro de la narrativa de estas nuevas canciones también encontramos temáticas relacionadas con la relación materno-filial, esta vez nos ha querido contar historias sobre mujeres, sobre la naturaleza, el tiempo y el legado, sobre la resiliencia y la esperanza. En cuanto a géneros y estilos PATTY GRIFFIN siempre se ha sentido muy cómoda dentro del folk, el alt country y la americana. Pero en este trabajo también encontramos algunos toques de blues, de gospel, muy sutiles, no excesivamente dominantes, pero sí como matices que aportan profundidad emocional. También hay momentos de sonido más íntimo, de arreglos minimalistas, de espacio para que la nueva voz de Griffin se exprese y despliegue todos sus registros. En cuanto a la crítica CROWN OF ROSES ha recibido una media de 84 sobre 100 que se distribuye de la siguiente manera: Uncut 90/100; AllMusic y Mojo 80/100 y HipHopDX y PopMatters 70/100. Por nuestra parte, CROWN OF ROSES representa un punto de inflexión en la carrera de PATTY GRIFFIN. No tanto porque cambie radicalmente lo que hace, sino porque es el momento en que todo lo que ha vivido: sus pérdidas, su enfermedad o sus dudas, lo incorpora a su arte de forma tan directa que ya no se siente separado de ella. Su voz con cicatrices, ya no suena como algo que hay que ocultar, sino como algo que aporta. La narrativa sobre su madre, los roles de mujeres, la naturaleza, la responsabilidad que tenemos con lo que dejamos... todo eso lo trae con sencillez, con elegancia, sin adornos innecesarios. ¿Es uno de sus mejores trabajos? Sí. Especialmente en términos de lo que significa ahora: el álbum que tenía que hacer, el álbum que expresa quién es ella hoy, no quién era. No sabemos si será el álbum más accesible para el oyente medio, pero en cuanto a integridad artística, profundidad emotiva, y coherencia con su trayectoria, creemos que CROWN OF ROSES está al nivel de sus mejores álbumes y no merece menos de un 90 sobre 100.  



MEJORES MOMENTOS: Way Up To The Sky, Born In A Cage, Back At The Start

MEDIA CRÍTICA: 84/100

NUESTRA VALORACIÓN: 90/100

ASHLEY MONROE - TENNESEE LIGHTNING


La última vez que hablamos de ASHLEY MONROE fue para hablar de Rosegold (2021) un álbum fallido, probablemente de los menos valorados de su discografía y poco tiempo después del lanzamiento de ese disco, Monroe comunicaba que tenía cáncer y que iba a comenzar a tratarse. El cáncer en su familia ya había estado presente. Sparrow (2018) uno de sus álbumes más aclamados, estaba dedicado a su padre que falleció de esa enfermedad. Afortunadamente, ASHLEY MONROE hace un tiempo que finalizó su tratamiento y hoy ya está recuperada y nos presenta un álbum ambicioso como TENNESSEE LIGHTNING en el que confluyen varias narrativas además de la superación de la enfermedad y la exaltación de la fé cristiana en algúnos momentos como en el corte final en el que sigue la tradición de Cash o Elvis y versiona innecesariamente Jesus Hold My Hand que roza el exhibicionismo de la espiritualidad que es algo que detestamos en este blog provenga de la religión que provenga y argumentamos que es exhibicionismo de la espiritualidad porque lo que percibimos es un uso casi testimonial o performativo de la fé en vez de algo verdaderamente integrado al discurso artístico del álbum. En lo que a nosotros respecta el álbum termina en el corte anterior y seguramente la inclusión de este tema va a bajar nuestra valoración final. Una pena, porque podría haber sido incluso mejor que Sparrow (2018) que sigue siendo su obra maestra. No obstante es un disco bastante rico que toca muchos más temas. Una de las cosas más interesantes del álbum es que Monroe no ofrece emociones limpias o unilaterales. Muchas canciones navegan en esa zona ambigua entre la tristeza y la alegría, entre la aceptación y la resistencia. Esa ambivalencia es muy humana, y le da profundidad emocional al disco. Habla sobre la celebración de la vida cotidiana con una mirada nostálgica, sobre el peso del pasado y la memoria. No es un álbum feminista, pero sí de autoafirmación femenina. El sur está presente también como paisaje emocional y simbólico. Aunque este trabajo está inevitablemente marcado por su enfermedad, Monroe no lo convierte en el tema central. Más bien, lo integra en una narrativa mayor, la de alguien que ha pasado por un umbral y ha salido con una visión más clara de quién es y qué quiere contar. El tono general del disco es más vitalista que solemne, y eso es revelador. En cuanto a géneros y estilos, después de su álbum fallido anterior, se ha dado cuenta que transitar hacia el pop igual no fue una buena idea y es mejor hacer un álbum que no traicione sus raíces country y que integre con fluidez otros géneros como Alt Country, Americana, Soft pop o incluso soft rock setentero, así como Gospel o Southern Soul. Como siempre ocurre con los álbumes de ASHLEY MONROE sus créditos son una fantasía. En esta ocasión ella se ha involucrado como productora y ha contado con la ayuda de Gena Johnson en esas labores. Pero por TENNESSEE LIGHTNING desfilan nombres como Brendan Benson, T Bone Burnett, Britney Spencer, Mary Stuart, Vince Gill, Waylon Payne, Karen Fairchild y Armand Hutton justo en la canción que eliminaríamos. En cuanto a la crítica, no entendemos muy bien como un trabajo como TENNESEE LIGHTNING solo recibe la reseña de un medio importante como es PopMatters con un 80 sobre 100. Todo parece indicar que más allá de su fandom, muy poca gente sabe que este disco existe. También influye que Monroe terminó con Warner en 2019 y sus dos discos posteriores son independientes. TENNESSEE LIGHTNING merecería mayor atención porque es su mejor álbum desde Sparrow (2018). Si tiene buenos publicistas y saben moverse, a lo mejor tendría una segunda oportunidad de cara a los Grammy. Porque merecería más de una nominación. Nuestra nota es de un 85 sobre 100 que podría haber sido un 90/100 si no hubiera incluido esa versión lúgubre de Jesus Hold My Hand y pensase más en todo tipo de públicos y no solamente en el de la América profunda.      


MEJORES MOMENTOS: Risen Road, The Touch, The Rod Pipe Dream, Magnolia, There You Are

MEDIA CRÍTICA: 80/100

NUESTRA VALORACIÓN: 85/100

THE BLACK KEYS - NO RAIN, NO FLOWERS


¿Qué ha pasado con THE BLACK KEYS? ¿Por qué sus últimos discos son tan complacientes con el gran público? ¿Por qué escuchas NO RAIN, NO FLOWERS y parece que estás escuchando un disco de Maroon5? Intentaremos dar respuesta a todas estas preguntas en las que vamos a basar nuestra reseña. En primer lugar aclararemos que NO RAIN, NO FLOWERS es un disco agradable de escuchar, muy radiable, con muchos hits un tanto genéricos que digeriríamos bastante mejor si no recordásemos a los THE BLACK KEYS de El camino (2011) de los que queda ya muy poco. En NO RAIN, NO FLOWERS se ha contado con productores externos como Patrick Carney, Rick Nowels, Daniel Tashian o Scott Storch, además del propio Dan Auerbach que últiamente es mucho más interesante cuando graba en solitario o produce para otros artistas. Todos estos productores lo único que han conseguido es darle un aire mainstream de manual a este álbum con arreglos más pulidos y una orientación a buscar el hit por el hit. Digamos que si El Camino (2011) supuso un pico en la carrera de THE BLACK KEYS, NO RAIN NO FLOWERS probablemente suponga otro pico, pero para mal y en una dirección totalmente opuesta. Si El Camino (2011) fue su cima expresiva y comercial, NO RAIN, NO FLOWERS es el momento donde lo comercial ha devorado lo expresivo. THE BLACK KEYS hoy parece más una plataforma de negocio musical que una banda a la que le corra sangre por las venas. Auerbach se reserva lo mejor para su sello Easy Eye Sound y sus grabaciones en solitario. Carney está más activo en producción y radio. El proyecto THE BLACK KEYS hoy es lo que le pasa a muchas bandas cuando ya no tienen nada que demostrar, quieren mantenerse vigentes, y tienen un público asegurado que les pide otro disco más como el anterior. Le ha pasado a los citados Maroon5 y también le pasa a Coldplay. ¿Por qué no les iba a ocurrir a ellos? Y ya que hablamos de Coldplay, nos gustaría decir algo positivo de NO RAIN, NO FLOWERS que puede sonar complaciente, prefabricado, y falto de garra, pero no llega al punto de ser emocionalmente falso como algunos discos recientes de Coldplay. Music of the Spheres (2021), por ejemplo. Hay en él, al menos, una capa de gusto musical real, cierta intención melódica que, aunque diluida, no suena totalmente hecha por algoritmo. El álbum está muy bien producido a nivel técnico. Suena bien, no hay errores que molesten en la mezcla. Esto, para muchos, entre los que nos incluimos, no es suficiente, pero por lo menos no es un desastre. Se nota que Auerbach aún sabe cómo armar una canción redonda, lo que pasa es que cuando está en THE BLACK KEYS ya no quiere incomodar a nadie. La crítica ha estado un tanto tibia con este álbum y no nos extraña. Según Albumoftheyear.org su media es de un 68 sobre 100 frente la de 71/100 que recoge Metacritic, como siempre obviando las malas valoraciones cuando se trata de un producto comercial. Así que nos quedamos con la media de Albumoftheyear.org esta vez, que se distribuye de la siguiente manera: The Skinny, Mojo, Record Collector y Classic Rock le otorgan la máxima puntuación que es un 80/100; AllMusic, DIY, Sputnikmusic, Rolling Stone, Clash, Uncut y The Needle Drop 70/100; The Arts Desk y The Independent 60/100 y las mínimas son las de Pitchfork, MusicOHM y Spectrum Culture con 54/100, 50/100 y 40/100 respectivamente. NO RAIN, NO FLOWERS es un disco de escucha fácil, pero que no deja huella. Está pulido, suena bien, y aún conserva cierta intuición melódica, pero ha perdido casi todo lo que alguna vez hizo vibrante a THE BLACK KEYS. No es tan cínico ni vacío como Coldplay en su etapa más comercial, pero es lo más cerca que la banda ha estado de convertirse en una versión adulta y domesticada de sí misma. Por todo esto nuestra valoración se queda en un 60 sobre 100 y estamos siendo muy generosos porque hubo un tiempo en que los amamos. Pero merecería mucho menos.    


MEJORES MOMENTOS: The Night Before, No Rain No Flowers, Baby Girl, On Repeat, Men In A Mission...

MEDIA CRÍTICA: 68/100

NUESTRA VALORACIÓN: 60/100

TOM GRENNAN - EVERY I WENT LED ME TO WHERE I DIDN'T WANT TO BE


EVERYWHERE I WENT LED ME TO WHERE I DIDN'T WANT TO BE es el cuarto álbum de estudio de TOM GREENAN. Un álbum que comienzas a escucharlo y notas que las tres primeras canciones son grandilocuentes, sobreproducidas y excesivas, esperas que algo cambie y que entre otra canción que haga de contrapunto y pueda ofrecer otra visión. Pero nunca llega. Todo el disco es grandilocuente, sobreproducido y excesivo y nos encontramos con el principal problema que nos hace pensar que los álbumes tal y como los conocemos, un día dejarán de existir. Porque las canciones de este nuevo trabajo pueden funcionar por separado, seguramente muchas de ellas serán singles y acumularán millones de reproducciones. Pero cuando las escuchas todas juntas como álbum, es una avalancha sonora que nunca afloja. No hay matices, ni momentos de respiro o contraste emocional. Es como si todo el álbum estuviera gritando sus sentimientos desde un estadio, con luces de neón y fuegos artificiales… incluso cuando lo que está diciendo podría haber funcionado mejor en voz baja. Esta misma crítica se la podríamos haber hecho a American Heart (2025) de Benson Boone (Que tuvo unas críticas terribles y que nosotros ni nos vamos a molestar en reseñar) porque ambos tienen en común una producción maximalista. Todo suena grande, limpio, épico, con capas y capas de sonido. Cada canción parece diseñada para sonar bien en una playlist editorial de Spotify o en TikTok, no para formar parte de un todo coherente. Incluso las baladas se sienten hinchadas, como si hubiera miedo al silencio o a la fragilidad. También se puede hablar en ambos casos de grandilocuencia emocional o lo que es lo mismo, letras cargadas de dramatismo: rupturas, ansiedad, crecimiento personal... Pero todo se dice a gritos, sin espacio para la sutileza. Las canciones se convierten en "eventos emocionales" más que en exploraciones reales de sentimiento. Y por supuesto trabajando con la mentalidad del single, no del álbum. Se nota que el enfoque es: “cada canción tiene que poder ser un hit”. No hay intención narrativa, ni arco emocional, ni estructura pensada a largo plazo. Se pierde la oportunidad de mostrar vulnerabilidad o construir una identidad artística más sólida. En ambos casos, el álbum no parece una necesidad expresiva del artista, sino una consecuencia lógica de tener que capitalizar el éxito previo. ¿Y por qué esto es tan común? Porque en el ecosistema actual, el álbum ha dejado de ser una apuesta artística para pasar a ser una estrategia de consolidación. El proceso es este: Te haces viral o generas hype con un par de singles. La discográfica ve el tirón. Hay que aprovechar la ola, por lo que lanzas un álbum. Pero como nadie escucha discos enteros… nadie se esfuerza mucho en construir uno. Es decir: El álbum es un envoltorio, no una obra en sí misma. Y esto es exactamente lo estamos señalando: la industria ha dejado de exigirle a los artistas que hagan buenos discos, y les exige simplemente que encadenen canciones vendibles. Afortunadamente en este blog hablamos muchísimo más de las excepciones que confirman esa regla. Pero la situación actual es esa y EVERYWHERE I WENT LED ME TO WHERE I DIDN'T WANT TO BE representa la manera de hacer y consumir música hoy día. En cuanto a las valoraciones críticas este álbum ha conseguido una media de 50 sobre 100 gracias a las valoraciones de Rolling Stone Uk con un 60/100 y The Arts Desk con un 40/100. Por nuestra parte, si habéis llegado hasta aquí, con todo lo que hemos dicho, no tiene ningún sentido que salvemos este álbum con una nota superior a esas dos. No, no lo tiene. Pero ya sabéis que cuando nos molestamos en escribir una reseña es porque hemos visto algo positivo y a pesar de todo, TOM GREENAN siempre nos ha parecido interesante aunque esta vez haya caído en todas las trampas de las discográficas. Como decimos siempre, esto no va a ser siempre así y llegará un momento que sus canciones tengan menor interés, su discográfica se deshaga de él y empecemos a ver a ese artista que muchos queremos ver. Nuestra nota es un 58 sobre 100 aunque sea un auténtico rosario de hits para Tik Tok.    



MEJORES MOMENTOS: higher, Boys Don't Cry, Full Attention, Shadowboxing

MEDIA CRÍTICA: 50/100

NUESTRA VALORACIÓN: 58/100

ALISON GOLDFRAPP - FLUX


Para hablar de FLUX de ALISON GOLDFRAPP nos tememos que tenemos que hacer una pequeña introducción nostálgica y hablar de la moda Chill Out en España que fue un fenómeno que sirvió como paraguas para meter desde downtempo elegante hasta compilaciones infames vendidas en gasolineras con portadas de puestas de sol y nombres como Buddha Ibiza Dreams Vol. 24. Y ahí, por supuesto, Goldfrapp, tenía su lugar asegurado con temas como Lovely Head o Pilots que, sacados de contexto, parecían hechos para pincharlos en una terraza con mojitos, aunque en realidad tenían una oscuridad y rareza mucho más ricas que todo ese envoltorio de fondo de spa barato. Recuerdo que no tenía nada en contra de Goldfrapp ni de ninguna banda que se vió metida en esa moda entre 2000 y 2005, los que me caían mal eran los que te miraban por encima del hombro y te decían que esa era la música que tenías que escuchar, máxime cuando la etiqueta Chill Out se convirtió en un auténtico coladero en España que dejó pasar a gente como Luis Cobos incluso. El chiste se cuenta solo. Pues bien, no dejo de pensar en toda esa gente enfrentándose hoy a FLUX de ALISON GOLDFRAPP con ese sonido más clubber y hedonista sin pedir perdón por ser directamente petarda. Algo muy interesante porque rompe con esa imagen refinada y pretenciosa que muchos snobs del Chill Out le proyectaban en aquel momento. Esos mismos, deben estar rasgándose las vestiduras ahora mismo si escuchan FLUX, un giro hacia el Glitter. Aunque para ser rigurosos, también hay que decirle a toda esa gente que Goldfrapp nunca fue estrictamente Chill Out. De hecho, en cuanto pudieron, se soltaron el moño con Black Cherry (2003) -Nuestro álbum favorito de su etapa como banda-, que ya tiraba más al glam y al electroclash, alejándose de esa imagen de banda para ambientar tiendas de ropa cara. ALISON GOLDFRAPP es una artista con más de dos décadas de trayectoria que empezó con un sonido etéreo, cinematográfico y arty en Felt Mountain (2000), se transformó en diva electro-glam con Black Cherry (2003), y luego ha ido moviéndose entre lo sofisticado y lo pop con elegancia. Podría haberse acomodado fácilmente en un perfil más “respetable”, más “veterana cool” o incluso nostálgico. Pero no. Se lanza con FLUX a la pista de baile sin pedir perdón, abrazando sin complejos el petardeo electrónico actual, el brillo sintético, los beats directos, y un sonido más hedonista que cerebral. Eso a algunos críticos les cuesta digerirlo. Porque parece que cuando una artista con su recorrido se lanza a hacer un disco claramente orientado al baile, con momentos casi eurodance o clubber, enseguida aparecen los adjetivos como "ligero", "poco ambicioso", "superficial"... como si por no ser introspectivo o conceptual estuviera por debajo de sus estándares anteriores. Pero ese juicio ignora algo importante: la libertad artística también incluye el derecho a pasárselo bien, a ser frívola si te da la gana, y a evolucionar sin pedir permiso. Y en realidad, si uno mira en perspectiva, Goldfrapp siempre ha tenido una vena mamarracha genial, juguetona y disfrutable. Lo que pasa es que ahora Alison lo hace en solitario, sin Will Gregory, y se nota que ha querido liberarse de cierta solemnidad. FLUX no es tanto un desvío como una culminación lógica de ese deseo de moverse, de mutar. Así que lo tenemos muy claro. Que alguien con una carrera como la de ALISON GOLDFRAPP venga en 2025 con un álbum así no es una bajada de nivel. Es más bien una especie de acto de desobediencia estética: "¿Esperabas elegancia contenida? Pues toma bombo a negras, lentejuelas y sudor de club." Y la verdad: eso, hoy, se agradece mucho más que otro disco introspectivo con cuerdas y silencios reverberados. En cuanto a la crítica, Metacritic le da un 71/100 de media pero nos vamos a quedar con el 65 sobre 100 de albumoftheyear.org porque recoge muchas más reseñas. Y aunque hay medios como AllMusic, The Line Of Best Fit y Record Collector que le otorgan un 80/100 como nota más alta, muchos otros medios han optado por el 60/100 (The Skkinny, Uncut, Mojo, The Independent, The Arts Desk...). Pero Far Out Magazine le da la puntilla con un 30/100. Por nuestra parte ya ha quedado claro que nos gustan este tipo de incursiones que deja descolocada a la crítica y tenemos que reconocer que el fin de semana que se editó este álbum supuso un soplo de aire fresco en comparación con otros más aburridos que nos tocó escuchar. Nos unimos al grupo de los de la máxima nota con un 80 sobre 100. Y que nadie se piense que esto es un disco menor y fácil de hacer porque en el apartado técnico ha necesitado tres productores más, además de la propia ALISON GOLDFRAPP que enriquece el universo Synthwave.    



MEJORES MOMENTOS: Find Xanadu, Hey Hi Hello, Reverberotic, Sound & Light...

MEDIA CRÍTICA: 65/100

NUESTRA VALORACIÓN: 80/100

BLUSH - BEAUTY FADES, PAIN LASTS FOREVER


Y terminamos este post de álbumes repescados con la nota más exótica. Se trata de BLUSH una banda asiática, concretamente de Singapur que acaba de publicar su segundo álbum de estudio titulado BEAUTY FADES, PAINT LASTS FOREVER. BLUSH crea música en el espectro Indie pop, Dream Pop e Indie Alternativo. Aunque en este álbum tiene como colofón una pequeña pieza maestra del rock alternativo que se diferencia del resto del álbum titulada Swallowing 999999 Needles, uno de los cortes más intensos del álbum, en el que se combinan voces suaves y momentos de gritos y distorsión, reflejando ese contraste tan presente en el disco. Singapur no tiene un mercado tan importante como Corea del Sur, pero poco a poco empiezan a salir también bandas interesantes que por supuesto no estarían adscritas al movimiento K-Pop que es exclusivamente Surcoerano. Por si alguien se lo ha preguntado, tenemos que decir que no hay ninguna etiqueta similar para la música que se hace en Singapur porque muchos artistas escriben y cantan en inglés, lo cual los inserta directamente en circuitos angloparlantes globales y hace menos necesario tener esa etiqueta local distintiva. En este segundo álbum la formación es la siguiente: Soffi Peters (vocalista) y Daniel Pei (bajo). A ellos se unió Darell Laser en guitarra, mientras que Jared Lim que ya había colaborado previamente y vuelve como productor y guitarrista colaborador. Una de las intenciones de la banda con su nuevo álbum es jugar con la tensión entre lo “dulce” de las melodías pop y momentos más oscuros, ruidosos o distorsionados. Volviendo al hecho de que canten en inglés, en una primera escucha si no tienes toda la información biográfica que os estamos dando, es muy probable que ubiqueis este disco dentro del mercado europeo, concretamente en el anglosajón. Porque las letras están en un inglés fluido y natural, sin acentos marcados. La vocalista, Soffi Peters, tiene una voz suave, casi etérea, que recuerda mucho a artistas británicas como Hope Sandoval (Mazzy Star) o Harriet Wheeler (The Sundays). Además, los títulos y frases tienen ese tono melancólico y poético que suele asociarse con bandas del Reino Unido o del circuito alternativo de Estados Unidos. En ese sentido, saber que es una banda asiática podría generar ciertos prejuicios y si te enfrentas a BEAUTY FADES, PAINT LASTS FOREVER es un buen álbum que no tiene nada que envidiarle a los mejores productos indies británicos o americanos. En cuanto a la crítica, ningún medio importante lo ha reseñado, ni le ha dado una valoración numérica como para que los agregadores de críticas lo recojan. Ni siquiera en el apartado de Albumoftheyear.org en el que son los usuarios de esa página los que valoran. Así que tendréis que confiar en nuestro criterio. Este álbum no merece menos de un 85 sobre 100, es un álbum sólido, tiene identidad artística, tiene momentos destacables y cohesión. Pero también tiene espacio para crecer o arriesgar más y es una banda que logró algo importante: Trascender su origen y ser escuchados por lo que hacen, no por lo que representan. En ningún momento se siente como si este álbum fuera un trampantojo por que ellos no sean británicos. No molesta que suene como una banda británica, no decepciona que no lo sea y no nos parece que finjan nada, porque no lo hacen. Es un álbum muy recomendable al que le vamos dar todo nuestro apoyo de aquí a Diciembre. Porque si algo nos gusta de nuestro trabajo es descubrir bandas tan interesante como BLUSH.



MEJORES MOMENTOS: X My Heart, Poison The Well, Heartbreak Cafe, Swallowing 999999 Needles... 

MEDIA CRÍTICA: ----

NUESTRA VALORACIÓN: 85/100


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...