Cuando RHIANNON GIDDENS publicó Tomorrow Is My Turn (2015) os contamos que había dado un paso adelante y se había puesto en primer término tras aparcar su banda Carolina Chocolate Drops. El disco estaba compuesto por temas tradicionales y de otros autores que la Giddens hizo suyos. Solo había un corte de composición propia. El disco fue todo un éxito y tuvo su reconocimiento en forma de nominación al Grammy, además de aparecer en muchas listas de lo mejor de su año de producción, incluida la nuestra.
A finales del 2015 editó también un Ep con cinco canciones de composición propia titulado FACTORY GIRL que le valió una nueva nominación en la última edición de los Grammys en la que triunfó Adele.
A finales del 2015 editó también un Ep con cinco canciones de composición propia titulado FACTORY GIRL que le valió una nueva nominación en la última edición de los Grammys en la que triunfó Adele.
Todos esos pasos eran absolutamente necesarios para llegar al punto en el que nos encontramos en este preciso momento, cuando una más que inspiradísima Rhiannon Giddens nos ha regalado esta obra maestra titulada FREEDOM HIGHWAY. Un disco en el que ella ha compuesto todos los cortes basándose en textos y diarios apócrifos que datan desde 1800, en su mayor parte de esclavos afroamericanos. Esta vez ha contado con la producción de el multiinstrumentista Dirk Powell. La producción de T-Bonne Burnett de Tomorrow Is My Turn fue impecable. Pero es que la de Powell para este disco es de quitarse el sombrero también. No sabríamos decir cual es mejor de las dos. Aunque seguramente acabemos inclinándonos por FREEDOM HIGHWAY porque nos ha gustado mucho más y nos parece mejor disco que Tomorrow Is My Turn.
Hablar sobre la historia de la esclavitud no deja de ser algo político en cierto sentido, como la propia Giddens ha reivindicado. Pero creemos que además de esa parte política de los textos, está el componente afectivo con el que son tratados. Y Giddens se implica al 100% abriéndose en canal en cada una de sus interpretaciones hasta el punto que vemos su alma, y lo hace con una clase y sensibilidad que se ha convertido en su sello distintivo. Y ahí es donde reside la magia de este gran trabajo. Técnicamente es más que impecable. Pero es que además, consigue arañar corazones y conciencias. Simplemente perfecto.
Hablar sobre la historia de la esclavitud no deja de ser algo político en cierto sentido, como la propia Giddens ha reivindicado. Pero creemos que además de esa parte política de los textos, está el componente afectivo con el que son tratados. Y Giddens se implica al 100% abriéndose en canal en cada una de sus interpretaciones hasta el punto que vemos su alma, y lo hace con una clase y sensibilidad que se ha convertido en su sello distintivo. Y ahí es donde reside la magia de este gran trabajo. Técnicamente es más que impecable. Pero es que además, consigue arañar corazones y conciencias. Simplemente perfecto.