Una de las grandes sorpresas que nos trae este 2022 es el regreso de PLACEBO (Brian Molko y Stefan Olsdal) con NEVER LET ME GO. Un regreso por la puerta grande si tenemos en cuenta que desde la publicación de Loud Like Love (2013) se habían prodigado muy poco; un álbum recopilatorio y un Ep en el 2016. Pero es que además, es ese disco que todos los seguidores de la banda estábamos esperando. No solamente es el mejor desde Meds (2006) incluso nos atreveríamos a decir que parece la continuación de dos de los álbumes más celebrados por el público de PLACEBO (la crítica fue otro cantar, ambos tienen una media de 65/100) Black Market Music (2000) y Sleeping With Ghost (2003). Como podréis imaginar tampoco es que existan grandes cambios con respecto a lo que suelen hacer, los sintetizadores son una parte fundamental de este álbum. Pero el carisma de Brian Molko y la calidez de su voz que suena más madura que nunca, siempre han contrarrestado toda la frialdad de la parte electrónica, más que contrarrestarla casi siempre su humanidad ha estado muy por encima de las máquinas. ¿Cuantas bandas que usen sintetizadores suenan lo suficientemente verdaderas como para que puedan llegar a emocionarnos? Muy pocas. PLACEBO es una de ellas. Y no es que reneguemos de los sintetizadores y la parte electrónica. Es el sello más reconocible de la banda. Pero siempre ha sido mucho más que una banda de Synthpop al uso, por muchos motivos, empezando por la profundidad de sus letras de las que han bebido muchas bandas de dream pop posteriores. Las canciones de NEVER LET ME GO y toda su atmósfera son muy inquietantes, otro patrón que se repite en los dos discos citados anteriormente. Pero como decimos siempre, probablemente NEVER LET ME GO es incluso mejor disco. De hecho, se presenta como una versión corregida, ampliada y muy evolucionada de aquellos álbumes dorados. Pero siempre el público valorará mejor esos álbumes del pasado, solo por haber sido producidos antes, porque el contexto en el que nacieron les fue muy favorable y porque han conseguido un lugar privilegiado en su memoria sentimental. Una banda veterana como PLACEBO, con un álbum nuevo después de siete años, en el contexto del 2022 y la manera en la que se consume la música hoy día, lo tiene muy complicado para competir con ellos mismos y su pasado, aunque lo que estén ofreciendo en el presente sea el mejor trabajo de su discografía.
Como adelantamos antes, la crítica nunca ha sido muy generosa con PLACEBO. Ninguno de sus discos anteriores alcanzan el 70/100. Cosa que no ha ocurrido con NEVER LET ME GO que se convierte en el disco mejor valorado por la crítica de toda la discografía de la banda con un 83 sobre 100 siempre según Metacritic. A pesar de que haya habido unanimidad en el 80/100 por parte de la inmensa mayoría de los medios: MusicOHM, The Telegraph, NME, The Independent, Classic Rock, AllMusic o DIY. Solamente Clash se ha diferenciado del resto otorgándole un 70/100. Lamentablemente que sea el trabajo mejor valorado de la banda no va a cambiar nada, es muy probable que no gane nuevos adeptos. Hoy día te enteras de que algunos discos existen si estás pendiente de los lanzamientos (demasiados cada semana). Si no, es muy fácil que pasen desapercibidos y teniendo en cuenta que en las Redes Sociales existe una tendencia a hablar solo de lo que está de moda o en alza. Todas estas bandas veteranas solo cuentan con el apoyo de su fandom habitual. Una lástima, porque les ha quedado un auténtico discazo. Hacía mucho tiempo que no disfrutábamos tanto con un álbum de PLACEBO. Para nosotros no merece menos de un 90 sobre 100 y también nos parece su mejor álbum con mucha diferencia.
MEDIA DE LA CRÍTICA: 83/100
VALORACIÓN EXQUISITECES: 90/100
2 comentarios:
Buena reseña. Coincido totalmente.
La verdad es que si es un DISCAZO con mayúsculas. Sinceramente no lo esperaba a esta altura de su carrera. Justo acabo de terminar de escucharlo por vez primera y es que no tiene desperdicio. Cada tema tiene identidad propia. La secuencia de las canciones es sólida, variada, emocionante y no decae.
Tal vez lo que más me asombró es como lograron mantener un balance perfecto entre un Placebo digamos “clásico”, con ganchos inmediatos, la voz tan única y reconocible de Molko y a la vez emplearon sonidos experimentales y detalles que le dan un brillo contemporáneo. La producción ni hablar, impecable.
Como primera impresión me ganó completamente. Estoy seguro que en sucesivas escuchas podré apreciar aún más detalles, las letras y definir mis temas predilectos.
@ Barcaluv
Soy seguidor de Placebo desde tiempos inmemoriales, aunque tampoco me considero muy fanático de nada, ni muy mitómano. En esto de la música no suelo casarme con nadie. Ya ves, cada viernes se editan como veinte discos nuevos. Cómo para casarse con alguien... Pero siempre suelo escribir las reseñas en positivo. Rara vez destaco cosas negativas. Si lo hago alguna vez es porque me han tocado mucho los huevos por algo. Pero intento evitarlo. Aunque otra cosa son los comentarios que aquí siento que me puedo explayar mas a gusto. Porque solo lo vas a leer tú. En serio, creo que nadie lee esto más que el interesado al que se le responde. Y hay algo que no he dicho en el post y es que Placebo hacía tiempo que estaban en horas muy bajas, este disco tiene doble mérito porque yo casi que los daba por perdidos desde Meds (2006) y el último disco que editaron en el 2013 fue el remate. Era tan flojito que hubiera sido una pena que se hubieran despedido con un trabajo como ese. Ahora, si quisieran retirarse se irían por la puerta grande. Aunque creo que este no es un disco para retirarse, es uno de esos discos para volverlos a poner en el disparadero, precisamente si cada viernes no se editaran 20 discos nuevos. Eso hace que discos tan buenos como este, pasen desapercibidos. Es lo que comentaba en el post, la manera en que se consume la música ahora, favorece muy poco a las bandas veteranas.
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